El cannabis podría ser una solución efectiva para el consumo problemático de cocaína. Un grupo de científicos del Centro de Uso de Sustancias en Columbia Británica, Canadá, estudiaron particularmente el caso del crack.
Sus conclusiones surgen de pruebas concretas: siguieron los casos de 122 personas usuarias de crack durante un período de 3 años, lo que permitió ver que usan con menor frecuencia esa sustancia cuando consumen marihuana.
No es la primera vez que se llevan adelante este tipo de experiencias. Hay antecedentes en Bogotá y San Pablo. Por su parte los canadienses son cautelosos: “no queremos decir que por fumarse un porro cualquiera va a olvidarse de que tiene una dependencia del crack, pero lo que encontramos es que los cannabionides podrían jugar un rol en la reducción de daños de las personas que usan crack”, declaró el doctor M.J. Milloy, el epidemiólogo y líder del equipo que elaboró el informe.
El crack es, en los papeles, una combinación de clorohidrato de cocaína con bicarbonato de sodio que se consume fumada. Por supuesto, queda mucho camino por recorrer para determinar un tratamiento protocolarizado de reducción de daños a base de cannabis, pero los primeros pasos ya fueron dados.
Para investigadores como Milloy la inminente regulación del cannabis en Canadá va a generar importante beneficios para la Salud Pública, ya que más gente que lo necesita va a poder utilizar el cannabis como herramienta para reducir riesgos y daños no sólo asociados al consumo problemático de cocaína, sino también de opiaceos y alcohol.
El estudio puede leerse acá:
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/?term=crack+cannabis+milloy