En algunos países el cannabis es parte de la agricultura a gran escala. Sí, hablamos de hectáreas de cultivos que cubren las necesidades de miles de usuarios.
En ese contexto, el cuidado del medioambiente y las prácticas amigables con la naturaleza empiezan a ser parte de la agenda de los cannabicultores.
En el estado de Colorado, una pareja de granjeros lanzaron Pot Zero, un emprendimiento de cultivo de cannabis orgánico. En suelo fértil y con agua de deshielo que cae desde 3800 metros sobre el nivel del mar, Rob y Linda decidieron cultivar cannabis lejos de los contaminantes.
“Tenemos la suerte de contar con buena tierra de la montaña, luz solar intensa debido a nuestra elevación de 2400 metros, y agua que viene directamente a nuestra propiedad desde una montaña de 3800 metros de altura”, explica Rob, quien junto a su esposa producen cogollos para usuarios medicinales.
Antes de la regulación del cannabis recreativo en Colorado, la pareja de granjeros se dedicaba a producir heno para el ganado, pero siempre de un modo 100% natural, sin productos químicos.
“Queremos tener la producción más verde y más sostenible de Colorado. Desde el punto de vista energético y ambiental, somos sustentables”, explica Rob orgulloso en medio de su mar verde.