Si queremos que nuestra cosecha tenga los mejores sabores y aromas la etapa del curado es clave. Para que este proceso se desarrolle de forma óptima es necesario que nuestros cogollos alcancen un nivel de humedad equilibrado.
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A veces, puede suceder que los cogollos presenten demasiada humedad una vez enfrascados. Esto se aprecia en la textura de la flor y en casos extremos vamos a poder ver condensación en el interior del frasco.
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Si observamos estos signos, debemos retirar los cogollos del frasco e introducirlos en una bolsa de papel, caja de cartón o directamente ponerlos a secar colgados como si fueran recién cosechados, de acuerdo a la cantidad de humedad que observemos.
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En pocas horas los cogollos liberarán la humedad excesiva y podremos volver a enfrascarlos, siempre prestando atención a la evolución del proceso.
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