Sabina Galfano, cultivadora de Entre Ríos, está procesada por la tenencia de plantas de cannabis. Se la acusa de “cultivo para uso personal”, desconociendo los fallos judiciales que preservan ese derecho. Mañana la Justicia va a decidir sobre su futuro. Sabina es parte de la Agrupación Paranaense de Agricultorxs Cannábicxs (APAC) que junto al Frente de Organizaciones Cannábicas Argentinas (FOCA) convocó a una movilización a las 9 de la mañana hacia el Juzgado Federal de la ciudad de Paraná.
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Hablamos con ella sobre su situación que comenzó hace ya dos años.
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– Cómo comenzó todo: A mí me allanaron el 15 de marzo de 2017 a raíz de la denuncia de un vecino, que previamente me había cogollado nueve plantas. Cinco eran plantines. Más o menos tres días después la policía llegó a mi casa con una orden de allanamiento, alegando que había una denuncia de una persona que, supuestamente, le dijo a la policía que yo tenía una pareja que guardaba armas de fuego en mi casa.
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– ¿Encontraron las armas?: Obviamente no, pero sí encontraron mis plantas. A partir de ahí arrancó todo lo que es un proceso judicial federal donde me investigaron durante un tiempo. Ahora llegamos a esta instancia en que los jueces tienen que decidir si soy culpable o no. Lo que me está ocurriendo en una locura, una injusticia. El día de la audiencia queremos visivilizar que somo muchos los que cultivamos y que es una práctica totalmente legítima que ya está instalada en nuestra sociedad.
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– ¿Cómo son estos instantes previos antes de la sentencia?: Con mucha ansiedad, porque no es sólo el tema de una condena sino todo el tiempo que uno está preso de la justicia, pasando nervios, esperando, sin saber qué te va a pasar. La verdad que el allanamiento te deja estrés postraumático. Todavía no lo puedo superar del todo: tenés un policía cerca y que te pone nerviosa, los golpes fuertes te generan un estado de ansiedad terrible. Y no saben lo que es dormir sola en la casa donde fuiste allanada… Cuando te violenta la policía sentís angustia y soledad, los que están al rededor ni pueden imaginarse