Colombia reguló el cannabis medicinal y quiere transformarse en el principal productor mundial. Hace días se anunció que el país tendrá su primera planta de cultivo de cannabis para producir derivados para uso medicinal.
Se trata de un proyecto que será administrado por una empresa privada. El Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos de Colombia (Invima) otorgó la licencia a la empresa Clever Leaves. Así la compañía podrá a producir a gran escala fitofármacos derivados del cannabis.
La empresa producirá para el mercado interno pero tiene pensado exportar al menos a otros país latinoamericanos.
Desde Cleaver Leaves aseguran que la compañía generará unos 500 puestos de trabajo formales y que la planta de extracción puede producir más de 30 mil litros de aceite de cannabis al año.
El avance comercial se da en un contexto en el que los campesinos, que cultivan cannabis desde hace décadas, reclaman salir de la clandestinidad y ser parte de la nueva regulación.
En marzo pasado, los campesinos de departamento de Quindío recibieron la autorización para cultivar cannabis con fines medicinales, algo que reclaman otras comunidades cultivadoras de otras regiones de Colombia. Pero aún no recibieron el permiso para poder comercializar sus productos que, además, deberá ajustarse a las necesidades y condiciones que establezcan las grandes compañías del naciente mercado del cannabis medicinal.
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