Desde agua saborizada hasta rosado cannabico, las bebidas cannábicas prometen ser el futuro de la industria. Apuntan a un efecto más paulatino y sutil que los comestibles, brindando la misma posibilidad de dosificación que las bebidas alcohólicas, es decir sorbo a sorbo.
A tres años de la legalización en California, Estados Unidos, 2019 cerró con una enorme cifra en ventas legales: 3,1 mil millones de dólares, solo en el último año. Por eso es que cada vez más empresas apuntan a los productos cannabicos, en lugar de las flores o los extractos, como boom de ventas.
En los últimos meses, tres empresas con base en California lanzaron vinos rosados sin alcohol pero infusionados con cannabis: House of Saka, Viv & Oak y Rebel Coast. Los números les sonríen: solamente en 2018 se vendieron 18 millones de botellas de vinos rosados sin cannabis.
A pesar de la reticencia de los distribuidores, ya que las bebidas requieren refrigeración y en volumen tienen mucho menos valor que el mismo volumen de flores o cartuchos para vaporizador, la empresa BDS Analytics calcula que en 2022, las bebidas cannábicas sin alcohol podrían significar un mercado de 375 millones de dólares