Vientos de cambio. Después de casi 60 años de prohibición, una comisión de las Naciones Unidas (ONU) votó para retirar el cannabis medicinal de la lista de sustancias peligrosas.
La Comisión de Estupefacientes, integrada por representantes de 53 países, finalmente aprobó eliminar el cannabis de la Lista IV de la Convención Única de 1961, donde se incluyó la marihuana como una sustancia peligrosa y adictiva, al mismo nivel de los opioides como la heroína.
Se trata de una propuesta impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y que se venía postergando e implica el primer cambio a los viejos acuerdos de 1961
En 1961, se firmó la Convención Única de Estupefacientes, que estableció acuerdos para el control de ciertas sustancias y alentó su prohibición.
En esa convención se clasificó a las sustancias en 4 listas:
- Lista I: Sustancias que son muy adictivas o de probable uso indebido.
- Lista II: Sustancias que son menos adictivas y cuyo uso indebido es menos probable que las de la Lista I.
- Lista III: Preparados que contienen una cantidad baja de estupefacientes, son poco susceptibles de uso indebido.
- Lista IV: Algunos estupefacientes de la Lista I considerados como particularmente nocivos por sus propiedades adictivas y con escaso o nulo valor terapéutico.
El cannabis, entonces, deja de ser considerado “particularmente nocivo por sus propiedades adictivas” y se reconoce su indiscutible valor terapéutico.
Qué significa
Hasta ahora, la ONU aconsejaba no usar cannabis con fines médicos de manera tolamente explítica. Eso comienza a cambiar. La votación en Comisión a favor de retirar al cannabis de la lista IV convalida lo que dijo el Comité de Expertos de la OMS y reconoce que el cannabis es una alernativa para tratamientos de la salud.
Este voto implica un apoyo a las regulaciones del cannabis con fines terepéuticos, sino que también implica un reconocimiento de una realidad ya avanzada en muchos países
Esto significa un gesto importante de reconocimiento por parte de la Comisión que acuerda las normas internacionales sobre el control de sustancias.
No sólo porque supone un apoyo a las regulaciones del cannabis con fines terepéuticos, sino porque también implica un reconocimiento de una realidad ya avanzada en muchos países.
Qué cambia
Si bien la resolución no tendrá un impacto inmediato en la situación legal actual del cannabis país por país, se trata de que algo en el paradigma mundial se está moviendo de forma irreversible.
Los países miembro se basan en la convenciones de la ONU como guía para trazar sus propias legislaciones y precisamente de esa manera fue que se extendió la prohibición mundial impulsada por Estados Unidos en los años 60 y 70.
Las convenciones de la ONU implicaron un sentido común a nivel burocracia planetaria: el cannabis y otras sustancias son una amenaza que debe ser controlada a cualquier costo.
Queda mucho camino por recorrer: el cannabis permanecerá en la lista I. Y esto seguirá funcionando como herramienta para justificar su prohibición o la de alguno de sus compuestos en los países que así lo decidan.
Pero el cannabis permanecerá en la lista I. Y esto seguirá funcionando como herramienta para justificar su prohibición o la de alguno de sus compuestos en los países que así lo decidan
Es decir, que aún sigue sin revisarse la postura extrema que llevó a la prohibición del cannabis y que ni siquiera está dispuesta a establecer niveles más tolerantes de fiscalización.