En los días lluviosos hay varias cosas que tenemos que tener en cuenta. Es importante asegurarnos que, una vez pasada la tormenta, las plantas reciban un buen flujo de aire para evitar acumulación de humedad.
Hongos
Una de las posibilidades es la aparición de Botrytis: se ve como una película blanca que empieza a desplegarse desde el interior del cogollo formado. En caso de que aparezca es clave deshacerse de la parte infectada de la planta y, en lo posible, separarla del resto.
A la hora de cosechar, no está demás manejar esa planta por separado tanto a la hora de secarla como de llevarla a frasco. Muchos cultivadores optan directamente por deshechar el ejemplar afectado.
Otra posibilidad es que se activen las esporas de alguna especie de Fusarium. En ese caso va a producirse un marchitamiento progresivo de la planta. Ni bien lo veas, es necesario separar la planta del cultivo y deshacerse de ella, aunque duela.
Más allá de que siempre la mejor prevención es la salud de nuestras plantas, si podemos retirarlas de la lluvia y prender un ventilador para que se sequen, es bueno hacerlo para prevenir hongos.
Más allá de que siempre la mejor prevención es la salud de nuestras plantas, si podemos retirarlas de la lluvia y prender un ventilador para que se sequen, es bueno hacerlo. En caso de que las plantas estén en suelo, podemos sacudir suavemente las ramas para que se desprenda parte del agua acumulada y montar un cobertor de plástico, siempre asegurándonos que el aire circule.
Quiebres
El otro riesgo de los días tormentosos son los quiebres de ramas. Si hablamos de plantas bien cogolladas y a punto de cosecha el peso de cada rama puede aumentar con el agua y la humedad acumuladas y podrían partirse.
Para prevenirlo, siempre se recomienda el uso de tutores y, en caso de ser necesario, generar algún soporte para la rama que veamos en situación crítica. No olvides usar cañas o maderas, siempre recubriendo con cera de abejas las partes que entran en contacto con el suelo y con las plantas. Aplicala también en las ataduras que, idealmente, deben hacerse sin “estrangular” tallos y ramas, con hilos o materiales plásticos que no lastimen la planta.