A pesar de los avances que ha vivido el mundo del deporte en materia de marihuana, en Argentina los futbolistas no hablan públicamente del tema. Son pocos los casos que asumen el uso y menos el autocultivo.
No se trata solo al enorme prejuicio que reina en el ambiente de la pelota, sino también al miedo a perder el trabajo, además de las consecuencias legales en un contexto donde la prohibición sigue siendo ley.
Justamente eso le pasó a Andrés Manzanares, el ex defensor del fútbol de ascenso que perdió su último contrato en el fútbol profesional por fumar marihuana.
¿Qué pasó? Los dirigentes del club Crucero del Norte de Misiones se habían enterado que Manzana era usuario de cannabis y decidieron no renovarle el contrato.
“Me habían llamado para hacerme el contrato, pero después no me lo renovaron. Al tiempo mi representante me contó que en el club se enteraron que fumaba marihuana”, recuerda Andrés.
“En el momento no sabía nada, pensé que era otra cosa. Cuando lo supe varios meses después, no lo podía creer”, relata el ex marcador central de Crucero del Norte, Quilmes, Temperley y otros clubes del ascenso argentino.
¿Qué sentiste al enterarte que te quedaste sin trabajo por ser usuario de cannabis?
Un bajón. Quizá por cómo eran las reglas del fútbol, yo las rompí porque no permiten el uso, salvo ahora el CBD. Pero el cannabis tiene su lugar en la sociedad y en el deporte también. No es una droga, ni te ayuda a rendir más en la alta competencia. ¡Es una planta!
“El cannabis tiene su lugar en la sociedad y en el deporte también. No es una droga, ni te ayuda a rendir más en la alta competencia. ¡Es una planta!”
No da ventaja, ¿pero ayuda en algo?
A los jugadores de fútbol profesional y otros deportes de alto rendimiento, que tienen tantas presiones, el cannabis los ayuda a descontracturar esa presión. También ayuda a relajarse y a tomar las cosas con más calma. Capaz que algunas personas no les hace bien, pero a mí y a muchos sí.
¿Es muy prohibicionista el ambiente del fútbol?
Siempre estuvo mal visto en el ambiente del deporte. Por eso siempre me cuidé por los controles, pero a los 28 empecé a fumar con continuidad. Con quién sí hablé mucho de cannabis fue con Fernando Pasquinelli.
¿El ex delantero de Boca?
Sí, Fer es uno de los grandes amigos que me dejó el fútbol. El también usa cannabis, obvio que le pregunté si podía contar esto (risas). Con él sí podía hablar mucho del tema. Antes se hablaba poco de cannabis en el fútbol, ahora las nuevas generaciones cambiarán esto porque es algo que ya ganó su lugar en la sociedad. Me parece una locura que en fútbol le hagan la vista gorda al cannabis.
Sacaron el CBD de algunos controles antidopaje, pero no el THC, ¿qué pensás de eso?
Me parece correcto el cambio con lo del CBD, pero todavía falta avanzar. Tendrían que analizar bien la situación: a un jugador de fútbol que le duele algo le meten un B12 o corticoide y está a full. Ahí sí estás usando algo que te levanta para jugar. Con el cannabis, a nivel físico, no sacás ventaja en absoluto.
“A un jugador de fútbol que le duele algo le meten un corticoide y está a full. Ahí sí estás usando algo que te levanta para jugar. Con el cannabis, a nivel físico, no sacás ventaja en absoluto”
¿Qué uso le dabas al cannabis como profesional y qué uso le das ahora?
Yo fumo por relajación. Antes cuando llegaba de entrenar, me fumaba uno viendo la tele y tomando unos mates y me iba a dormir. Ahora trabajo con el rubro comida acá en Bariloche.
¿Cultivás o cultivaste?
Cuando dejé de jugar al fútbol empecé a cultivar, me enseñó un amigo de acá de Bariloche. Anteriormente nunca había cultivado una planta. Este último año no estoy cultivando por otras cuestiones, pero sí he cultivado y aprendido bastante.
¿Cómo te resultó la experiencia de plantar?
Me enganché, aprendí a cuidarlas, de las distintas genéticas que hay y cosas de jardinería. También siempre supe que el cannabis sirve para uso medicinal de varias patologías. Tengo amigos que autocultivan tanto medicinal como no medicinal. Acá en el Bolsón y el Mallín es como estar en la “California patagónica”.