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diego maradona preso por drogasAFP

Maradona: se cumplen 30 años de su detención por tenencia de drogas

Hace 30 años de un hecho que sacudió al mundo entero: Diego Maradona fue detenido en Buenos Aires, acusado de uso y tenencia de drogas.

El allanamiento, ordenado por la jueza Amelia Berraz de Vidal, fue realizado en el departamento de Franklin 896 en Caballito (CABA). A partir de ahí, las versiones se sucedieron a toda velocidad.

Según las primeras informaciones que trascendieron, se habló de medio kilo de cocaína. Luego, la realidad demostró que se trataba de poco más de cien gramos.

Persecución sistematizada

Antes del allanamiento y la detención, Maradona venía de sentir la mano de hierro del control antidoping. Fue en Italia, el 17 de marzo de 1991, luego de su último partido en el estadio San Paolo.

Los resultados se conocieron una semana después. La sanción fue de 15 meses de inactividad. La mayoría de la prensa consideró que era el final de su carrera. Diego, dejó Napoli y volvió a Buenos Aires.

Apenas semanas después, el 26 de abril, dejó la imagen de un Maradona detenido, en estado de shock, con varias manos que tironean de él y acompañado por la Policía Federal Argentina.

La imagen, para algunos, se convirtió en un ícono en la historia de los escándalos del 10. Lo cierto es que fue la foto de una época.

Pocos días antes, el 18 de abril de 1991, el presidente Carlos Menem había firmó el decreto secreto 717/1991 que ponía en marcha el Plan Nacional contra el Tráfico Ilícito de Drogas en sintonía con las presiones internacionales.

En la primavera del prohibicionismo argentino, nada mejor para ilustrar el peligro de las sustancias ilícitas que mostrar el derrumbe de un ídolo. Maradona se convirtió en uno de los mayores trofeos de la Guerra a las Drogas

“Dada la información obtenida a través de los órganos del Estado Nacional correspondientes, y la actual situación coyuntural que se vive en el orden internacional, es posible un significativo aumento de tráfico y consumo de drogas ilícitas y un desplazamiento de las zonas de producción al territorio nacional”, afirmaba el decreto.

La decisión oficial destinaba recursos y capacidad de coordinación a la joven Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y Lucha contra el Narcotráfico (SEDRONAR) que, en coordinación con la Ley de Drogas votada en 1989, mezcló a los usuarios de drogas con el tráfico ilícito.

maradona detenido
Maradona fue detenido el 26 de abril de 1991


En ese contexto, la persecución a los usuarios y usuarias, enmarcada en la supuesta guerra contra las drogas, logró un trofeo incomparable: la cabeza del astro mundial del fútbol.

Nada mejor para ilustrar el peligro de las sustancias ilícitas que mostrar el derrumbe de un ídolo. Maradona se convirtió así en un trofeo de las políticas prohibicionistas.

La cura brutal

Eran otras épocas y corrían otras voces: una conocida revista deportiva contribuyó a generar una supuesta imagen de decadencia e inmoralidad. Decían que, al momento de su detención, Maradona estaba desnudo en una cama, escuchando Madonna, tomando cocaína.

Ese mismo medio, le sugirió a Diego que intentara “curarse” con todas sus fuerzas.

Finalmente la imputación por tráfico no prosperó y la jueza Berraz de Vidal, liberó a Maradona un día después. Diego tuvo que depositar una fianza de u$s 20.000.

Sin embargo, fue condenado a realizar un “tratamiento de rehabilitación”, una medida compulsiva y forzada que en la ley de drogas argentina puede intercambiarse para evitar una condena de prisión.

Maradona, como miles de personas por aquellos años, tuvo que elegir: declararse adicto y aceptar la “medida curativa” o recibir una condena a prisión. Se trataba de la base que gestó las “granjas de rehabilitación”

La decisión también fue parte de una época. En los años 90, a partir de esa herramienta legal, surgió el enorme negocio de las “granjas” que prometían sacara las personas “de la droga”, sin mayor propuesta que la reclusión y el maltrato. 

Las granjas, en manos de privados e instituciones religiosas, fueron financiadas por el Estado. Como resultado, jamás se diseñó un verdadero sistema de tratamientos basado en evidencias científicas y una mirada más humana sobre el uso problemático de sustancias psicoactivas.

Por supuesto, no existieron jamás pruebas de que Maradona formara parte de ninguna red delictiva.

Del mismo modo, no puedo presentarse ni una sola evidencia que permitiera tan solo suponer que su genialidad deportiva había necesitado una sustancia ilegal para llegar al máximo de su rendimiento.