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The Leafy

Mecheros: la importancia de la temperatura justa

En esencia, fumar cannabis es prenderlo fuego. A pesar de no ser la forma más saludable de uso, sin dudas es la más popular. Pero el hecho de que sea una práctica simple, no significa que deba ser  rudimentaria.

Como en la cocina, la temperatura es una variable fundamental en la experiencia de usar cannabis. Por ejemplo, a la hora de vaporizar, es decir inhalar cannabinoides evaporados sin llama, se pueden aplicar temperaturas precisas para vaporizaciones selectivas, eligiendo puntualmente que compuesto vaporizar.

En el caso de utilizar extractos como el dab o rosin en rigs y bongs, es necesario alcanzar una temperatura homogénea en todo el sistema de evaporación para evitar desperdiciar material.

Big Buddy de Blazer Torches, un mechero cómodo, eficiente y seguro. En Argentina es comercializado por The Leafy.

Usar un mechero o soplete de una marca reconocida tiene sus ventajas que son difíciles de discutir: estamos manipulando un instrumento cargado de gas altamente inflamable, con múltiples partes móviles.

Además su seguridad depende de una válvula capaz de controlar no sólo la presión de gas saliente sino también evitar que la llama ingrese al tanque de carga. Sin un buen dispositivo, se podría generar un accidente nada agradable.

La excelencia en mecheros

Big Buddy de Blazer Torches es un soplete fabricado en acero inoxidable que cumple dos conceptos básicos a la hora de analizar una herramienta de calidad: seguridad y durabilidad.

Liviano y resistente, se puede disfrutar en el hogar o gracias a su reducido tamaño acompañarnos puertas afuera.

Es especial para disfrutar de extractos: su llama tiene una temperatura máxima de 1300°C y gracias a la potencia de su caudal asegura una repartición homogénea de la temperatura en nails y evaporadores.

Al ser totalmente regulable, también puede utilizarse para dabbear en frío, es decir aumentando la temperatura progresivamente en lugar de volcar el concentrado en una pieza ya caliente.

Posee una firme base plástica que asegura su estabilidad y reduce los accidentes, además de un sistema de seguridad que impide el accionamiento accidental. Es recargable y de alto rendimiento: una recarga alcanza para 60 minutos continuos de llama.

Para quienes prefieran mayor seguridad mejorando además la conducción de la temperatura, pueden conseguirse protectores de silicona que reducen la posibilidad de quemaduras accidentales.