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Chow 420: una nueva Blockchain para la trazabilidad en la industria del cannabis

Desde que en la última década la industria del cannabis comenzó a despegar, en los países que avanzó algún tipo de regulación uno de los principales problemas para las empresas fue la imposibilidad de realizar transacciones bancarias ya que las instituciones financieras no avalan este comercio al ser la planta una sustancia prohibida desde la Convención Única de Estupefacientes de Naciones Unidas del año 1961.

Si bien se espera que Estados Unidos sancione su ley federal para que se habilite la producción y venta del cannabis, lo que modificaría las reglas de varios bancos internacionales, en el rubro ya surgieron nuevas tecnologías que no solo solucionan los giros de dinero. Sino que también aseguran la trazabilidad del cannabis y sus derivados. Se trata de Chow420, una nueva blockchain del cannabis que funciona en Estados Unidos.

“El mercado del cannabis aún es emergente y por lo tanto presenta muchos vacíos legales y productos adulterados. Creamos Chow 420 para terminar con eso”, le dice a THC David Obasiolu, fundador de la blockchain pensada específicamente para quienes comercializan con la planta. 

“Supongamos que yo vendo un producto de cannabis. En la blockchain va a figurar que es kush, cosechado el 3 de agosto en Argentina. Alguien me lo compra y obtiene toda esa información. Si a esa persona no le llega lo que yo prometí, me hace un reporte en la blockchain y todos van a saber lo que hice”, le explica a THC Martín Eduardo Género, investigador de blockchains en Clave Bursátil.

“Con esta tecnología podemos certificar que los productos cannábicos que se venden a través de ella son seguros para los clientes”, señala Obasiolu. Y agrega al respecto: “Nuestro protocolo de verificación asigna identidades únicas a productos examinados, lo que permite registros de pruebas de laboratorio infalsificables a los que se puede acceder en cualquier momento”. 

Quienes trabajan en Chow 420 comentan a THC que este proceso es fundamental para reforzar la confianza en el mercado. “Aún abunda la tergiversación. Creemos que con la blockchain podemos hacer cumplir un estricto protocolo legal que llevará más seguridad a los clientes”, finalizan desde la compañía. 

Martín Eduardo Género investiga sobre blockchains en el espacio dedicado a la difusión y educación financiera Clave Bursátil. En diálogo con THC, él dice que “el punto central es el beneficio de implementar un sistema descentralizado. Cualquier cosa que se refiera a comprar y vender necesita un marco que le brinde transparencia y seguridad. En este caso, lo que se busca es eso”, explica Género. 

“El mercado del cannabis aún es emergente y por lo tanto presenta muchos vacíos legales y productos adulterados. Creamos Chow 420 para terminar con eso”, le dice a THC David Obasiolu, fundador de la blockchain pensada específicamente para quienes comercializan con la planta. 

De la misma forma que al comprar un bono los usuarios confían en ese papel porque tiene el respaldo de una institución financiera, al adquirir un producto a través de una blockchain se cree en el mismo porque mantiene un registro que verifica las transacciones. La gran diferencia es que no existe un ente físico o humano que funcione como regulador. 

“Supongamos que yo vendo un producto de cannabis. En la blockchain va a figurar que es kush, cosechado el 3 de agosto en Argentina. Alguien me lo compra y obtiene toda esa información. Si a esa persona no le llega lo que yo prometí, me hace un reporte en la blockchain y todos van a saber lo que hice”, ejemplifica Género. 

De esta manera, se puede gestionar el mercado sin una autoridad central. Todo se realiza de forma horizontal y democrática entre los usuarios. “Los beneficios es que es más barato, más rápido y detrás hay una cuestión moral de que la industria no es susceptible a la arbitrariedad o decisión política del órgano central. Que muchas veces puede no responder a los intereses del consumidor”, reflexiona el investigador de Clave Bursátil. 

De todas formas, la blockchain es una tecnología en desarrollo y también tiene sus puntos flojos. “El más notorio es el paso del mundo físico a la blockchain. Por ejemplo, yo produzco cannabis con 10% de THC y 20% de CBD y esa información la carga una persona a la red de forma manual. Ahí estamos de nuevo con un problema de centralización”, señala Género al respecto. Aunque aclara que es una problemática de todos los mercados físicos que migran hacia estas plataformas.