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Yanukit

El THC podría ser clave para tratar el autismo

En los últimos años se popularizó el uso de cannabis, especialmente el cannabinoide CBD, para aliviar algunos síntomas del trastorno del espectro autista. Pero un grupo de investigadores acaba de dar un paso más allá: el THC podría ser clave para el tratamiento del autismo.

Científicos de la Universidad de Tel Aviv publicaron recientemente un estudio que evaluó no solo los efectos de los cannabinoides en el comportamiento sino también indagó en las dosificaciones necesarias para aprovechar estos efectos. Y los resultados abren un nuevo panorama.

Administrados con THC puro los ratones mostraron una reducción en los síntomas que afectan el comportamiento social y una tendencia a disminuir los comportamientos compulsivos, sugiriendo que no es necesario enriquecer con CBD los productos o extractos utilizados para el tratamiento del TEA.

Los científicos utilizaron un modelo animal de ratones con una mutación en el gen SHANK3, que en el caso de los humanos esta mutación está vinculada a un pequeño porcentaje de casos de autismo.

Sin embargo, el modelo funciona para evaluar distintas terapias o mecanismos que pueden provocar esta condición, ya que muestra signos compatibles con un TEA: ansiedad, comportamientos compulsivos como acicalado constante y una reducción notable de la interacción social con otros ratones.

Al administrar CBD a los ratones, los científicos descubrieron que este cannabinoide redujo los síntomas de comportamiento compulsivo y/o repetitivo, pero tuvo poca influencia en modificar los patrones de conducta sociales cuyo déficit caracteriza los distintos niveles del trastorno del espectro autista.

Administrados con THC puro (1mg/kg de peso) los ratones mostraron una reducción en los síntomas que afectan el comportamiento social, pero también una tendencia a disminuir los comportamientos compulsivos, sugiriendo que no es necesario enriquecer con CBD los productos o extractos utilizados para el tratamiento del TEA.

Paralelamente los investigadores notaron que las dosis efectivas resultaron menores a las esperadas y que la administración de cannabinoides no produjo una reducción en la salud o la calidad de vida a largo plazo de los sujetos involucrados en el estudio.

Además señalaron que los extractos de espectro completo funcionan de manera diferente a los cannabinoides aislados, profundizando en la necesidad de comprender mejor el efecto séquito entre los cannabinoides y otras sustancias presentes en la planta.

Más allá de las limitaciones del estudio, como el hecho de que solo una pequeña parte de los casos de TEA son generados mediante mutaciones del gen SHANK3 (que sí se observó está relacionado en otros trastornos del habla o el aprendizaje por ejemplo), los investigadores señalaron la necesidad de profundizar en los efectos de los diferentes cannabinoides para así mejorar los tratamientos y desarrollar variedades o productos con una composición química más adecuada.