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Formosa: lo detuvieron, lo encerraron y le negaron su medicina

Gonzalo Iván Rojas Díaz tiene 18 años y el viernes 6 fue detenido por la División de Drogas Peligrosas de la Policía de Formosa.

A pesar de estar inscripto en el Registro del Programa de Cannabis (REPROCANN), Gonzalo pasó la noche demorado en la comisaría y se abrió una causa en su contra por tenencia de estupefacientes, que tramita en el Juzgado de Narcocrimen a cargo del magistrado José Luis Molina. 

En las horas que estuvo preso Gonzalo no tuvo acceso al aceite de cannabis que tiene prescripto por trastornos de ansiedad, tuvo una crisis y ninguno de los efectivos presentes llamó a un médico a pesar de sus pedidos. 

Estuvo en la comisaría desde el viernes a la tarde hasta el sábado al mediodía. Los hechos sucedieron en la localidad de El Dorado, una localidad a 150 kilómetros de la capital provincial. Desde el primer momento, su abogado intentó acceder a la causa, pero todavía no fue posible. 

“El expediente no llegó al juzgado de Formosa y ni siquiera estoy pidiendo acceder al sumario, es decir, a la versión que dio la Policía. Lo único que sabemos es los trascendidos que salieron en los medios. Queríamos esperar antes de presentar nuestra denuncia, pero está tardando demasiado y tenemos premura para pedir las cámaras del lugar donde él fue detenido”, explica el abogado de Gonzalo, Gustavo Leguizamón. 

La detención

Según contó Gonzalo, el viernes estaba en el Parque Acuático fumando un cigarrillo armado de tabaco cuando cuatro policías lo increparon.

“Primero me dijeron que no se podía fumar y les aclaré que era tabaco. Empezaron a revisar todo. Tenía porro y aceite en la riñonera y les dije que yo era un usuario medicinal”, cuenta Gonzalo a THC. 

Los cuatro policías se fueron y al instante regresó otro con un hombre de civil que, según Gonzalo, parecía funcionario municipal. Volvieron a preguntar qué estaba fumando, él les dio su cigarrillo para que lo olieran y les mostró el certificado del Reprocann. 

Cuando la dupla se fue, llegaron al lugar tres policías de la División de Drogas Peligrosas vestidos de civil. “Me dijeron que me tenían que llevar a la comisaría para pesar el aceite y el porro. Me dijeron que me iban a traer de vuelta y me llevaron en una Ranger verde”, recuerda. 

Gonzalo llegó a la comisaría y quedó incomunicado. En el Parque Acuático estaba con otras personas, entre ellas la madre de su novia, que fueron a buscarlo. La policía negó que el joven estuviera en la comisaría. 

“Yo les mostraba el certificado. Ellos le sacaban fotos al QR. Según me dijeron, se las mandaron a un superior que habló con un juez que les dijo que el Reprocann no aplicaba en Formosa y que me tenían que detener. Eso fue todo lo que me explicaron”, dice Gonzalo. 

El encierro

Gonzalo “demorado” en un calabozo de 3 metros cuadrados y pasó la noche detenido con otras nueve personas. “Los tipos que estaban ahí estaban hace seis meses, ocho, un año. Cuando me estaban metiendo a la celda, un policía le dijo a uno que estaba adentro por violación: ‘López, tenés carne fresca’”, recuerda. 

Gonzalo toma aceite todas las noches a las 22 horas para poder conciliar el sueño y consume cannabis para regular el apetito. Durante la madrugada, empezó a tener una crisis que él describe como una convulsión. Pidió ayuda médica y nadie lo atendió. 

Gonzalo fue encerrado en una celda con una persona acusada de violación. “Tenés carne fresca”, le dijo el policía al detenido y los dejó solos. A las 22 horas, Gonzalo tuvo su primera crisis de ansiedad y su medicina había sido incautada

En los medios locales, la Policía negó que el joven haya pedido auxilio. Sin embargo, su abogado asegura que eso no fue así: “La madre me contó que tenía 35 llamadas perdidas de uno de los oficiales. La llamaban para preguntarle, justamente, qué podían hacer con él en estas situaciones. La madre, cuando escuchó el teléfono y atendió, les dijo que le dieran tres gotas y que se iba a calmar”, sostuvo Leguizamón. 

Alrededor de las 7 de la mañana, los efectivos sacaron a Gonzalo del calabozo, le dieron las tres gotas sublinguales y lo volvieron a meter hasta el mediodía.

“Creo que se deben haber dado cuenta que se habían equivocado porque para el mediodía estaba todo listo para que yo saliera”, finalizó el joven.

El abogado de Gonzalo, aseguró que esta semana presentarán una denuncia ante la fiscalía “por privación ilegítima de libertad, por abuso de autoridad y por la omisión de auxilio”.