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Córdoba: un psicóloga va a juicio por recomendar cannabis a una paciente

Milena Pozo es una psicóloga cordobesa de 52 años que se enfrenta a una posible pena de entre 6 a 20 años por recomendar cannabis a sus pacientes.  El juicio en su contra, que comenzó el 17 de febrero en la Cámara del Crimen de Río Tercero. 

“No me conformo con nada menos que la absolución”, afirmó Milena a THC. La profesional está imputada por comercialización de estupefacientes agravada, ejercicio ilegal de la medicina y lesiones leves.

Milena Pozo le recomendó el uso de cannabis a una paciente con fibromialgia, patología sobre la que hay efectos probados de la planta. Sin embargo, fue denunciada por la mujer quien dijo haber tenido alucinaciones 

“Con el avance en materia normativa y científica, me siento en una película absurda en la que tengo que escuchar argumentos sin respaldo sobre algo que está comprobado y legitimado. Terminé siendo la cara visible de la causa cannábica en Córdoba”, agregó la profesional.

En la primera audiencia, el juez Marcelo Ramognino escuchó la declaración de la querella de la causa y de una oficial de la Fuerza Policial Antinarcotráfico (FPA).

En la próxima, que se realizará el 7 de marzo, se presentarán alrededor de seis médicos que explicarán qué es el cannabis medicinal y en qué casos puede ser beneficioso para la salud.

La abogada de Milena, Nadia Podsiadlo, aseguró que espera un fallo favorable ya que el juez demostró mucho interés en conocer acerca del tema. “Si llega a haber una sentencia en contra, de todas formas, vamos a apelar hasta la última instancia”, agregó a THC. 

Para Podsiadlo, este juicio puede poner en evidencia el atraso en materia de cannabis dentro de las fuerzas policiales y la Justicia. De hecho, contó que la oficial de la FPA que declaró no logró contestar frente al juez qué era el Registro del Programa de Cannabis (Reprocann).

“Su respuesta fue que sabía que servía para transportar. Además, le pregunté si la Fuerza tenía conocimientos sobre cómo hacer una distinción en los procedimientos frente a un posible caso de narcotráfico y frente situaciones de cannabis medicinal. Su respuesta fue: ‘Para nosotros es todo droga’”, contó la abogada. 

Proceso

La causa contra Milena comenzó el 9 de noviembre del 2017, cuando la FPA realizó un allanamiento en su casa a partir de la denuncia de una paciente.

A pesar de que ocho meses antes se había sancionado la ley de cannabis medicinal, la psicóloga estuvo detenida un día y medio en la comisaría de Río Tercero y fue imputada junto a su ex pareja y conocidos cannabicultores. 

La denunciante había llegado al consultorio de Milena con un diagnóstico de fibromialgia y la profesional le recomendó el consumo de aceite de cannabis para mitigar los dolores. 

En el allanamiento intervino la policía antinarcóticos de Córdoba. En el juicio cuando se le preguntó a los efectivos si conocían el uso medicinal del cannabis la respuesta fue: “Para nosotros todo es droga”

“Cuando le recomendé el aceite, le dije lo mismo que le digo a todos mis pacientes: ‘Si llega a tener alguna sensación de malestar, comuníquese conmigo’. A los dos días, tenía varias llamadas perdidas y cuando le devolví el llamado a la noche me atendió su hija, quien me contó que la madre se había sentido mal, que ya había ido al hospital y listo. No se volvió a comunicar conmigo, no fue a la cita que teníamos a la semana siguiente y después llegó el allanamiento”, contó Milena. 

Según se pudo saber después, la denunciante acudió a un hospital y fue atendida por una médica que le insistió para que hiciera la denuncia argumentando que sus malestares estaban vinculados al aceite.

Entre los síntomas que refirió la mujer llegó a describir alucinaciones, algo que está absolutamente descartado que pueda ser desencadenado por el cannabis. 

Para la abogada, en esta instancia ya se cometió un error porque más allá de que pudiera haber habido desconocimiento o prejuicio por parte de la médica, lo que correspondía era hacer un estudio de farmacovigilancia para determinar cuál era la razón de los malestares de la mujer.

“Nunca se analizó si lo que había ingerido era lo que le provocó los síntomas. La señora estuvo tres horas en observación y se fue a su casa”, sostuvo la abogada. 

Consecuencias

A cinco años de que se iniciara la causa, Milena está convencida de que el fallo resultará favorable, pero insiste en que atravesar un proceso de estas características no fue gratuito y le generó perjuicios materiales y subjetivos. 

Durante el allanamiento, las autoridades le secuestraron dos autos, el suyo y el de su ex pareja, y solamente restituyeron uno. Además, se llevaron el aceite que tenía en su casa, dinero y artículos electrónicos. 

Por otro lado, Milena fue apartada de uno de sus espacios de trabajo. Como psicóloga, formaba parte de un equipo técnico del Ministerio de Educación encargado de acompañar trayectorias escolares. “No me quitaron el cargo, pero no puedo trabajar allí hasta que no haya una sentencia firme”, agregó la profesional. 

A nivel personal, Milena reconoce que le quedaron secuelas que se pueden asociar a un cuadro de estrés postraumático.

“En mi casa, todas las mañanas a las 7 suena una alarma. El allanamiento se hizo a las 7.10 y, después de ese día, cada vez que escuchaba que desactivaban la alarma, comenzaba a tener los síntomas de un ataque de pánico. A pesar de mi fortaleza y de tener una profesión que me ayuda, hubo tanta saña y vulneración que quedó una marca”, reflexionó la psicóloga. 

“Es muy curioso porque, como psicóloga, también soy perito de control en procesos judiciales. En estos años sucedió un día iba a Tribunales para trabajar y me decían ‘buenos días, licenciada’, y al otro día iba siendo juzgada como si fuera una narcotraficante”, cuenta Milena

En estos años pudo continuar ejerciendo como psicóloga en su consultorio ya que la matrícula solo sería suspendida en caso de una sentencia firme en su contra. Afortunadamente, dice, ninguno de sus pacientes dejó de atenderse con ella.

“Es muy curioso porque, como psicóloga, también soy perito de control en procesos judiciales. En estos años sucedió un día iba a Tribunales para trabajar y me decían ‘buenos días, licenciada’, y al otro día iba siendo juzgada como si fuera una narcotraficante”, finalizó Milena.