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Royal Queen Seeds

LST: la técnica de ataduras que mejora tus cosechas

Las plantas de Cannabis poseen una plasticidad asombrosa. Son capaces de recuperarse de daños catastróficos al tronco o las puntas de crecimiento y sobrevivir en condiciones extremas. Por supuesto, lo ideal es que eso no ocurra.

En la naturaleza, las plantas suelen tener una estructura piramidal, similar a la imagen estereotipada del árbol de Navidad.

Otras veces pueden parecer rombos, con ramificaciones pequeñas en los extremos y la base y largas ramas en el medio y otras veces pueden no respetar patrón alguno.

La más común sin embargo es una punta principal y ramas más largas cuanto más cerca de la base nos encontremos.

Estas características hacen posible cultivar cannabis en diversas condiciones y aplicar técnicas como podas o modificar su estructura mediante ataduras.

De esta manera vamos a poder optimizar el uso del espacio y la luz tanto en exterior como en interior.

Buen entrenamiento

Esta última técnica, conocida como Low Stress Training (Entrenamiento de Bajo Stress) consiste en atar la planta para alterar su altura o tamaño, generando un efecto similar al que obtenemos al retirar puntas de crecimiento.

Las puntas o yemas que se encontraban en un nivel inferior, beneficiadas por el aumento de luz, comienzan a desarrollarse con más fuerza y la planta cambia su estructura.

La técnica LST utiliza un fenómeno presente en muchas plantas y conocido como fototropismo, es decir la capacidad de los vegetales de orientar sus tejidos en busca de la luz solar.

Este mecanismo genera la competencia en el reino vegetal que podemos observar muy claramente en las selvas del río Amazonas: árboles de más de 30 metros de altura con enredaderas que nacen desde el suelo y se elevan hasta la cima.

La ventaja fundamental de esta técnica es que no genera heridas ni retira materia vegetal de la planta, reduciendo así el estrés sufrido por el procedimiento y evitando demoras en el crecimiento.

Esto se debe al trabajo en conjunto de un grupo de hormonas y sustancias presentes en los tejidos vegetales, como las auxinas, que genera crecimiento en tallos o las citocininas, presentes en la división celular necesaria para generar nuevos tejidos.

Cuando la planta avanza hacia la fuente de luz se denomina fototropismo positivo y negativo cuando se alejan de la luz, algo que no sucede en las especies de Cannabis.

El LST busca aprovechar la capacidad que tiene las plantas para desarrollar crecimiento no solo vertical.


La ventaja fundamental de esta técnica es que no genera heridas ni retira materia vegetal de la planta, reduciendo así el estrés sufrido por el procedimiento y evitando demoras en el crecimiento.

Es muy común observar una planta atada cuya punta queda en dirección al suelo enderezarse en horas, señal de la impresionante capacidad de adaptación que tiene la Cannabis.

Cómo atar una planta

La técnica LST puede usarse en plantas jóvenes o en floración. En plantas jóvenes, es usada en conjunto con podas para favorecer una estructura más controlada.

Las ataduras deben realizarse de manera progresiva: si bien la planta es flexible y adaptable, tensiones muy altas pueden quebrar el tallo y provocar un daño muchísimo mayor que una poda.

Las ataduras deben realizarse de manera progresiva: si bien la planta es flexible y adaptable, tensiones muy altas pueden quebrar el tallo y provocar un daño muchísimo mayor que una poda.

Se deben evitar ataduras que estrangulen el tallo o limiten su crecimiento, siendo ideal distribuir la tensión de la atadura con un hilo grueso o tela, ampliando la superficie de contacto lo suficiente para reducir un poco la tensión en la zona.

Lsd tecnica

Es indispensable evitar los ángulos abruptos. La mejor forma de lograr inclinaciones extremas es trabajar la planta con cuidado y paciencia, variando el nivel de la tensión de las ataduras durante varios días hasta llegar a la inclinación deseada, incluso agregando más ataduras para distribuir la tensión.

Los materiales utilizados para atar las plantas pueden a su vez atarse al borde de la maceta, a sujeciones en la pared o al suelo, siempre teniendo en cuenta este detalle a la hora de mover las plantas.

Lo ideal es usar materiales que permitan la cierta flexibilidad y evitar trabajar con alambres.