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Holanda inicia un programa para producir el cannabis que se vende en los coffee shops

La asociación entre Holanda y marihuana es automática. Sin embargo, la tolerancia con respecto al consumo no significa que sea legal. O al menos 100% legal.

De hecho, los famosos coffee shops se encuentran entrampados en el problema conocido como el “black door”: tienen permitido vender cannabis al público, pero deben proveerse en el mercado ilegal, ya que su producción y distribución está estrictamente prohibida.

Para terminar con la incoherencia, el gobierno holandés puso en marcha un programa piloto en el que fueron seleccionadas empresas locales para llevar adelante el cultivo y abastecer locales autorizados. Lejos de dar marcha atrás, Países Bajos busca en una legalización plena. 

Pien Metaal es politóloga e investigadora del prestigioso Transnational Institute (TNI). En una entrevista con THC, la experta describió al sistema cannábico holandés como “esquizofrénico” y habló acerca de cuál es el estatus real del cannabis en su país.

Si bien aseguró que el programa piloto es un avance, le preocupa que tenga un alcance reducido. 

¿El programa piloto para que los coffee shops puedan comprar marihuana de manera legal es un gran cambio?

Sí y no. Es un experimento que todavía no tiene el estatus de ley ni es una política fija. Después de cinco años se evaluará el éxito del programa y recién ahí se decidirá qué hacer. Considero que es un compromiso muy aguado si tenemos en cuenta que en este país hay una venta a los adultos más o menos libre, pero una prohibición de la provisión. Es un sistema esquizofrénico.

“Es un experimento que todavía no tiene el estatus de ley ni es una política fija. Después de cinco años se evaluará el éxito del programa y recién ahí se decidirá qué hacer”, explica la investigadora Pien Metaal, del Transnational Institute.

¿Qué alcance tiene el programa? 

Del programa participarán solo diez municipios, pero no las ciudades grandes. En Amsterdam, por ejemplo, están un tercio de todos los coffee shops que hay en Países Bajos y no fue incluida.  En términos de implicancias reales y consecuencias concretas, es un programa a muy pequeña escala. La verdad, casi no se puede decir que es un avance porque para los consumidores no cambia gran cosa. 

¿Cuáles son las dudas que tiene el Gobierno para no poner en práctica un programa más amplio?

Es la pregunta que nos hacemos desde hace treinta años. El asunto es que aquí todos los planes de acción se hacen a partir de compromisos entre las diferentes fuerzas. Y en todas las coaliciones políticas que ha habido, hay un partido cristiano que siempre pone frenos. Es una minoría política, lo que es una buena noticia, pero son ellos los que están en contra, los que no quieren el avance. De todas formas, nadie está pensando en cerrar los coffee shops porque ya son parte de la vida aquí, sobre todo en las grandes ciudades. 

Circuló en algún momento una noticia vinculada a posibles cierres de los coffee shops 

Sí, pero eso no sucederá. Lo único que se está discutiendo al respecto es el cierre para los extranjeros. Los coffee shops atraen a un turismo que no es el que más dinero deja y, además, es cierto que hay demasiados turistas en Amsterdam. Yo misma a veces me enojo con la cantidad de gente. Son invasiones totalmente desproporcionadas. Y claro, los coffee shops son una de las mayores atracciones. Reducir ese público podría ayudar a reducir el turismo. En ese sentido, lo entiendo y lo acepto. Pero de todas formas va a haber venta callejera y esa actividad se va a trasladar a otros sitios así que pienso que no será una medida con éxito. 

Sin un regulación plena del cannabis Holanda tiene un “sistema esquizofrénico”, asegura la investigadora Pien Metaal

¿El uso adulto solo está permitido en coffee shops?

Cuando se introdujo la ley de control de tabaco ya no se permitió fumar ni en los espacios públicos, ni en los bares, ni en ningún lugar donde haya gente trabajando. Desde ese momento, se permite fumar si el local tiene un espacio cerrado separado del personal. Eso es lo que sucede en algunos coffee shops. Sin embargo, en la gran mayoría no pasa porque son espacios muy pequeños así que solo son lugares de venta. 

¿Eso cambió la cultura de los coffe shops?

La introducción de las reglas de contra el uso de tabaco hace que muchos locales están perdiendo su función social. Básicamente porque la gente no permanece en los locales. Estos sitios solían ser lugares de encuentro, bares donde te podías sentar a tomar un café o un té mientras te fumabas tu porro y conversabas con tus amigos. Como sociedad necesitamos ese tipo de espacios y es una pena si los perdemos. Y mucho peor si a eso le sumamos la ilegalidad y la criminalización, que solo genera perdedores. 

“La introducción de las reglas de contra el uso de tabaco hace que muchos locales están perdiendo su función social. Básicamente porque la gente no permanece en los locales. Estos sitios solían ser lugares de encuentro”

¿Una persona puede cultivar en su domicilio?

Depende de cada lugar. En Amsterdam, por ejemplo, se permiten seis plantas por casa. De todas maneras, no es algo que se haya autorizado por medio de una ley, sino que es un entendimiento de la policía, del alcalde y de la fiscalía de cada sitio que acuerdan no perseguir a las personas que cultivan para uso personal. Si uno tiene treinta plantas en su casa y los vecinos dan aviso, la policía puede intervenir e incautar. Pero es muy poco frecuente que alguien tenga problemas con la Justicia por tener plantas en su casa. 

¿Desde cuándo Países Bajos permite el consumo de marihuana?, ¿hubo alguna ley o algún fallo judicial que significara un quiebre en la prohibición?

No. Nunca hubo ley ni fallo. Esto nació desde abajo, un fenómeno que surgió entre los ‘60 y los 70. Los lugares de ocio fueron los pioneros, pero más que nada para evitar problemas en la puerta o en la calle con la gente que iba a vender. En estos lugares introdujeron lo que se llamo “un vendedor de casa”. Es decir, invitaron a uno de los vendedores a vender su hierba y su hachís al interior de su club. Ese fue el inicio del concepto de coffee shops. Y poco a poco comenzaron a aparecer otros lugares. Al principio eran clubes sociales, puntos de encuentro donde podías fumar con tus amigos y tomar un café. 

“El 70% de los municipios en Holanda no tiene coffee shops. Cada consejo municipal o alcalde puede decidir si los quieren o no. El 80% de los coffee shops están distribuidos en las cuatro ciudades más grandes del país”

¿Nunca se reguló por ley?

No, nunca se sancionó una ley. Lo único que se hizo fue separar al cannabis de las drogas duras con la intención de ver si más adelante se legalizaba, pero eso nunca sucedió. Entonces, quedamos en esa situación esquizofrénica durante 35 años. Este experimento es el primer paso desde entonces. 

¿Hay coffee shops en todo el país?

El 70% de los municipios en Holanda no tiene coffee shops. Cada consejo municipal o alcalde puede decidir si los quieren o no. El 80% de los coffee shops están distribuidos en las cuatro ciudades más grandes del país. Es un fenómeno urbano y en Amsterdam se convirtió en un polo de atracción de turismo. 

¿Se intentó generar algo parecido a clubes sociales cannábicos?

En el pasado hubo un intento, pero no lograron llegar demasiado lejos. No obtuvieron las licencias. La regulación es muy poco clara y la ley simplemente sigue diciendo que está prohibido. Todo está sujeto a la interpretación, a los acuerdos locales y a la tolerancia de cada lugar y eso entorpeció su avance. Hasta el día de hoy, nunca hubo una mayoría en el Parlamento para legalizar. 

En los coffee shops la venta es legal, pero desde hace más de 30 años el cannabis que llega al mostrador es ilegal

¿Cómo es el mercado ilegal, entonces? ¿se asemeja al de otros países? 

El crimen organizado es una consecuencia de la prohibición. En cada país y en cada región tiene características particulares. En el caso de Holanda tenemos cada vez más problemas con la cocaína. Somos uno de los puentes de ingreso de la cocaína a Europa y se producen conflictos entre las distintas bandas que generan violencia. Pero esta situación no sucede ligada al cannabis, básicamente, es consecuencia de la separación de los mercados. 

Uno de los mayores fantasmas es que si se flexibilizan las regulaciones de marihuana aumente su consumo. ¿Hay estudios en Holanda al respecto?

La mayor preocupación aquí no es el consumo, que se ha mantenido más o menos estable en los últimos 30 años. Lo que sí preocupa aquí es el nivel de THC. En los últimos años se han duplicado o triplicado los niveles. Es increíble y sucedió a raíz de la influencia del mercado estadounidense porque allí es donde comenzó el alza del THC. En los coffee shops de acá ya no encuentras marihuana con menos del 20% de THC, al menos en el mío, y con el hachís es mucho más alto. 

¿El programa piloto pone límites con respecto a los niveles de THC? 

Entiendo que en Alemania se establecen máximos de THC en la venta a jóvenes. No se qué harán con respecto esto en el programa aunque es probable que no diga nada al respecto. También es probable que haya menos variedades que las que circulan en el mercado ilegal. 

¿Cuál es la opinión de la sociedad holandesa?, ¿se reclama una legalidad plena?

La mayoría de los holandeses quiere legalizar. Los sondeos de los últimos 10 años indican que más del 70% entiende que ese es el camino. Creo que se dan cuenta de que la ilegalidad es el problema y no la sustancia porque que la marihuana esté prohibida causa más problemas que soluciones. Pero hay una minoría que todavía piensa que solo con Dios te puedes alterar. Esa gente existe. 

“Nos conviene que la marihuana deje de ser un tabú y que haya una regulación, una regulación que proteja a los más jóvenes con educación e información. El sistema de coffee shops combina todo eso”

¿Cuáles son tus principales argumentos a favor de la legalización? 

La primera cuestión es el cómo. Ninguna persona bienpensante quiere que el cannabis se venda en el supermercado. Es una sustancia que precisa un trato diferenciado, al igual que el alcohol, por ejemplo, que es igual o peor en términos de riesgo para la salud.  El mejor motivo lo planteo así: más que legalizar, lo que queremos es dejar atrás la prohibición para que haya un sistema que proteja la salud pública porque el mercado negro no lo hace. Aquí tuvimos casos de marihuana sucia, mezclada con otras cosas. Se necesita control de calidad y control de contenido de THC. 

Es decir, no hablan de un libre mercado a secas

Como sociedad, nos conviene que la marihuana deje de ser un tabú y que haya una regulación, una regulación que proteja a los más jóvenes con educación e información. El sistema de coffee shops no está mal porque combina todo eso. En algunos se informa muy bien a sus clientes sobre el producto que se les está vendiendo. Sucede como con el vino, y puedes elegir si te gusta de una forma o de otra. Además, en muchos se da información sobre el contenido de THC o CBD y la elección se puede hacer mejor.