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Daniel Calabrese

Choco OG: la nueva semilla legal de producción argentina que se lanzó con un fuerte mensaje social

1439 es un colectivo de criadores que acaba de registrar una nueva variedad de cannabis en el Instituto Nacional de la Semilla (INASE).  Se trata de la Choco OG, de floración rápida, resinosa y un sabor que combina chicle, fruta y chocolate.

Pero Nicolás Geniso, uno de los criadores al frente del proyecto, cuenta que sus objetivos van más allá de lo comercial. Como activista histórico del cannabis, pretende que los pequeños cultivadores tengan su lugar en la industria.

Nicolás forma parte de la Asociación Argentina para la Producción, Crianza e Investigación de la Semilla de Cannabis (CRIACANN), la primera organización de breeders que se organizó en Latinoamérica y destaca que la inscripción de la Choco OG no es solo un logro personal.

«Es un trabajo de muchos años de un colectivo cada vez más amplio de personas que estamos tratando de dar los primeros pasos en la industria y queremos esa industria tenga en cuenta a los que venimos laburando desde hace rato defendiendo la planta y su uso», aseguró a THC.

En la presentación de la Choco OG, los miembros de 1439 quisieron dar un mensaje político y le entregaron el primer paquete a Matías Faray, un activista con una larga trayectoria que fue detenido en más de una oportunidad y tuvo una causa penal abierta durante 10 años.

«Es nuestro amigo y compañero de muchos años de militancia para tratar de cambiar la percepción de la sociedad sobre el cannabis. Lo tomamos a él como símbolo de los cultivadores», agregó Nicolás.

Choco OG: la nueva variedad de cannabis registrada en el Inase

La Choco OG es una variedad de floración rápida, entre 54 a 56 días. Se caracteriza por tener una particular paleta de colores entre los que se destacan los violáceos y por su sabor frutal con destellos de chocolate y gusto a chicle.

Además de ser una planta rápida y con buena producción, Nicolás destacó que tiene buena resistencia a las plagas. «Es muy linda porque termina con distintos tonos violetas y es muy resinosa. Pero principalmente es muy rica, por eso la elegimos», subrayó.

La Choco OG es una variedad de floración rápida, entre 54 a 56 días. Se caracteriza por tener una particular paleta de colores entre los que se destacan los violáceos y por su sabor frutal con destellos de chocolate y gusto a chicle.

Sobre los efectos de la Choco OG, Nicolás dijo que son «relajantes, duraderos y placenteros». «Al ser un híbrido con un poco más de ascendencia índica es más narcótica y tranquilizante», detalló.

Aquellos que estuvieron atentos, el 4 y el 5 de agosto accedieron a las primeras semillas a un precio promocional de $1439, en referencia al nombre del colectivo.

A partir del lunes, los paquetes de tres semillas feminizadas están disponibles en grows a un valor de venta sugerido de $9000.

Foto: Agustina Salinas @agustina.byrne

Compañeros de militancia en el Oeste

«El reconocimiento de los chicos fue un honor, me llenó de amor y me encanta», dijo Matías Faray a THC. Su relación con Nicolás empezó de la mano de su militancia cannábica hace cerca de 15 años.

En aquellos años, Nicolás ya tenía su grow y Matías se sumó al Foro Plantate, una organización de cultivadores y Nicolás ya tenía su grow. Luego fundó su propia organización: la Agrupación de cultivadores del Oeste (ACO).

«Es un trabajo de muchos años de un colectivo que da los primeros pasos en la industria y queremos que esa industria tenga en cuenta a los que venimos trabajando desde hace rato», aseguró a THC el criador Nicolás Geniso

«Nico es de Lugano y siempre hubo buena relación. Nos encontrábamos en casi todos los eventos y cada uno era activista desde su lugar», recordó Matías.

Aunque estuvo detenido en más de una oportunidad, su nombre se hizo más conocido cuando en 2011 la Justicia lo imputó por infracción a la ley de drogas: Matías tenía 15 plantines de marihuana en su departamento de Morón.

A partir de ese momento, comenzó un derrotero que incluyó todo tipo de abusos policiales e institucionales, incluyendo una detención y el peso de una causa penal que cargó sobre sus hombros por una década.

Foto: Agustina Salinas @agustina.byrne

«Nico es de los compañeros que siempre estuvo ahí. Por todo este camino transcurrido ellos eligieron hacerme la primera entrega simbólica de semillas», dijo Matías.

La Justicia nunca firmó su sobreseimiento de Matías y lo obligaron a esperar diez años la prescripción de la causa para poder volver a vivir tranquilo.

En el medio, decidió inaugurar su propio grow en Morón. El proyecto había nacido muchos años atrás, pero aquella vez que la Policía allanó su departamento se llevó todos los ahorros que pensaba invertir en el local.

«Recién lo pude abrir en el 2018. Y ahí volví a la militancia original, la del cara a cara. Desde acá milito para cambiar la realidad de mi barrio», resumió.

Los breeders se abren paso en la industria

Para personas como Nicolás y Matías, a pesar de su activismo incansable y de llevar más de una década en el universo cannábico, la regulación del cannabis medicinal estaba fuera de los cálculos.

Ambos saben que no pueden quedarse de brazos cruzados y que queda mucho por lograr un escenario de legalidad plena, la pretensión es que los pequeños cultivadores tengan un lugar en la incipiente industria cuya ley acaba de ser reglamentada.

«Como cultivador, haber llegado a esto es algo histórico, es un hito en nuestras vidas», dijo Nicolás.

Foto: Agustina Salinas @agustina.byrne

«No creo que haya una industria posible sin toda la gente que estuvo siempre. Lo tenemos que pelear. No va a venir una varita mágica a decirnos esto es suyo«, advierte.

Y agrega: «nuestra manera de pelearla es estando y haciendo desde lo colectivo, proponiendo un juego distinto al que propone el sistema de salvate vos mismo en soledad«.

Matías está en la misma línea. «Cuando empecé a militar veía todo esto muy lejano. Nunca creí ver estas cosas. Pero seguimos en el mundo de los opuestos. Por un lado, hay gente que amo registrando semillas y, por el otro, gente que quiero sigue cayendo en cana», reflexiona.

«Se le está haciendo muy fácil para muchas empresas pero se está dejando de lado a muchos de la economía popular que viven de la planta», asegura.

Foto: Daniel Calabrese, @kaladani