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Vienetta/Shutterstock

San Luis: investigadores desarrollan gomitas cannábicas medicinales para niños

El aceite de cannabis no es la única opción. En los últimos años, cada vez es más frecuente que los pacientes y los médicos elijan los comestibles como una herramienta terapéutica.
Un grupo de investigadores de la Universidad de San Luis (UNLS) comenzó a trabajar con esta premisa. El equipo está desarrollando una plataforma tecnológica para producir gomitas con CBD puro que fueron pensadas, sobre todo, para niños y niñas.
Se trata de un proyecto que avanza en el Programa de Cannabis de la UNLS. El grupo está compuesto por científicos de la facultad de Química, Bioquímica y Farmacia y del Instituto de Tecnología. Además, participan integrantes de la Unidad de Productos Naturales y de Tecnología de Alimentos.
Por otro lado, el proyecto ya fue aprobado para ser financiado por el Programa de Investigación y Desarrollo en Cannabis del Ministerio de Ciencia.
“El objetivo es obtener CBD puro que después se pueda desarrolar en la industria como sustancia patrón”, contó a THC Marcela Kurina-Sanz, la bioquímica al frente del equipo.
La iniciativa demuestra la importancia del circuito ciencia-Estado-desarrollo. Los científicos tienen a su cargo el desarrollo de la plataforma tecnológica.
Una vez que terminen el trabajo, estará a disposición de las empresas privadas o estatales que quieran invertir en estos comestibles terapéuticos.

Gomitas con CBD puro

Kurina-Sanz contó que el equipo comenzó a trabajar en el proyecto hace alrededor de un año y tiene tres objetivos definidos.
En primer lugar, implementar tecnologías verdes para la extracción y procesamiento de bioactivos a partir del cannabis y desarrollar estrategias químicas para el enriquecimiento de extractos de CBD.
“Las gomitas masticables con CBD son una alternativa sencilla para el manejo de las dosis. Uno de los usos pensados es para niños con epilepsia refractaria, pero también podrían ser para otros pacientes”, explica la investigadora Marcela Kurina-Sanz
En segundo lugar, consolidar una plataforma para certificar la concentración y asegurar la seguridad y la calidad de las muestras.
Por último, diseñar formulaciones de gomitas masticables con compuestos enriquecidos CBD.
Los científicos decidieron que el mejor vehículo para trabajar con los extractos de CBD eran las gomitas “porque es un material blando que se puede cortar”, explicó Kurina-Sanz.
“Son una alternativa sencilla para el manejo de las dosis. Uno de los usos pensados es para niños con epilepsia refractaria, pero también podrían ser para otros pacientes”, agregó la experta.
El equipo trabaja con los marcos regulatorios que reconocen la investigación científica con cannabis. En el inicio tuvieron algunos inconvenientes con la importación de la sustancia.
Sin embargo, la reglamentación de la Ley de Cannabis Industrial fue resolviendo esos problemas.
La plataforma tecnológica que desarrollan también podría servir para introducir sustancias full spectrum en las gomitas. “En este proyecto nos enfocamos en el CBD puro porque hablando con médicos nos dimos cuentas que se sentían más cómodos cuando prescribían una monodroga”, detalla Kurina-Sanz.
“De todas formas, lo que hacemos podría llegar a aplicarse en la producción de gomitas comestibles con THC de uso adulto”, agregó.
En el marco de la nueva regulación industrial eso es posible. De hecho, días atrás el cáñamo -entendido como todo cannabis que no supere el 1% de THC- fue incorporado el Código Alimentario Argentino.

Circuito ciencia, Estado y desarrollo

La Universidad de San Luis no tiene una planta para producir a escala industria, pero sí para desarrollar la tecnología a escala de laboratorio.
El objetivo de los científicos es establecer el método exacto para obtener el CBD puro, los extractos y la mejor forma de introducirlo en las gomitas para luego poder compartir ese conocimiento con otros sectores.
El equipo de científicos por ahora trabaja en el marco de la UNLS y, por estos días, recibirán el apoyo económico del Ministerio de Ciencia y Técnica a través del Programa de Investigación y Desarrollo en Cannabis.
“Las opciones finales son múltiples. Una vez que tengamos la tecnología puede aparecer una empresa privada que quiera hacer spin-off con nosotros o a la que nosotros le podamos transferir la tecnología. También puede haber un interés de inversión del propio Estado”, contó Kurina-Sanz.