La Gendarmería le incautó semillas legales a un usuario chubutense incripto en el Registro del Programa de Cannabis (Reprocann). Se trata de Francisco Voterro, de Puerto Madryn, quien le había comprado a un breeder de Córdoba que tiene su genética inscripta en el Instituto Nacional de la Semilla (Inase). Durante el traslado, el paquete fue secuestrado y se labró un acta por infracción a la ley 23.737. La situación todavía no fue resuelta. Aunque el joven espera que las autoridades le restituyan los productos, aún no sabe si se abrirá una causa en su contra.
Francisco cultiva para consumo medicinal y tiene el Reprocann vigente. Además, colabora con la Asociación de Cannabis Terapéutico de Puerto Madryn, presidida por Berta Thachek, una mujer con una larga militancia en el uso de cannabis terapéutico. De hecho, la organización está a punto de comenzar un proyecto de cultivo en contenedores asignados por la provincia de Chubut en el que él también iba a participar.
El secuestro y la incautación sucedieron en Viedma, Río Negro, cuando los efectivos de Gendarmería detectaron que había un paquete con semillas registradas en el Inase, aceites y cremas cannábicas de la marca cordobesa Bobybuva.
Gendarmería secuestró semillas legales en Viedma
Según contó Francisco a THC, después de un tiempo de ahorrar consiguió juntar el dinero. Eligió a Bobybuva, de Córdoba, con conocimiento de que se trataba de una marca que tenía la categoría F del Inase. Es decir, que estaba autorizada a comercializarlas a usuarios que tuvieran el Reprocann. Encargó 5 paquetes de 12 semillas regulares.
Andrés Robledo está al frente de Bobybuva y contó que, además de la genética de CBD registrada en el Inase, su empresa está en proceso de nuevos registros. “Francisco me contó que estaba teniendo problemas de salud y además yo sabía de su compromiso social con la organización de su ciudad. Así que le mandé para que pruebe unas cremas y unos aceites. Pero lejos está de ser ese el problema porque hace poco otros clientes tuvieron una situación similar en el mismo lugar. Lo de él fue peor porque le rompieron todo”, contó el breeder a THC.
Francisco y Andrés se mantuvieron en contacto desde que se despachó la encomienda. El envío se realizó a través de la empresa Andesmar y el joven le fue dando seguimiento hasta que al quinto día, de pronto, vio que se había frenado.
El 3 de octubre se dirigió a la terminal de ómnibus para averiguar qué había pasado. Le informaron que Gendarmería había secuestrado la encomienda y que se había labrado un acta en su contra. Berta, que tuvo experiencias similares en el pasado, se puso en contacto con la Defensoría de Viedma, de Río Negro.
Por el momento a Francisco se le requirió que presentara una copia de su Reprocann pero también la prescripción médica con la que se autorizó su uso. “Vamos a pedir la devolución, pero todavía no sé si tendré una causa o no”, se lamentó el joven.
Según Andrés, este nuevo caso vuelve a poner en evidencia “la necesidad de que haya capacitaciones urgentes a las fuerzas”. Si bien él está tranquilo porque sabe que tanto su empresa como Francisco tienen todo en orden, la situación no deja de ser preocupante.
“A nivel emocional estos asuntos te ponen en una situación de compromiso, incluso con el cliente”, aseguró. Además, alertó sobre los miedos que siempre aparecen cuando intervienen de esta forma las fuerzas. “Se demora la entrega y nos preocupa el cuidado que le den a la encomienda, por ejemplo. Cuidamos mucho los productos y ahora no sabemos qué le va a llegar al cliente, sobre todo porque el grano es un asunto complicado. Nosotros lo conservamos a cierta temperatura, pero no sabemos cómo lo van a manipular. Tampoco sabemos si lo están abriendo. Incluso, aparecen especulaciones negativas sobre si van a plantar algo adentro o no”, agregó Andrés.