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El mesías de la ayahuasca: la increíble historia de Irineu Serra

No hay muchos documentos que puedan atestiguar la veracidad de muchos acontecimientos ligados a Raimundo Irineu Serra.

El misterio rodea la historia de ese hombre moreno, que de trabajar como gendarme en la selva se transformó en el fundador del Santo Daime, el mítico culto ayahuasquero.

Se trata de una religión donde convergieron elementos provenientes de tradiciones diversas que van del saber originario amazónico sobre la ayahuasca al catolicismo, el espiritismo, la umbanda y hasta cierta estructuración militarista que puede rastrearse en la experiencia de Serra como gendarme.

La vida de Irineu Serra es un misterio, lo cierto es que de ser un gendarme de frontera se transformó en el fundador del Santo Daime, el mítico culto ayahuasquero

Desde la mirada oficial de la misma religión, presente en textos de la Igreja do Culto Eclético da Fluente Luz (ICEFLU), una de las principales instituciones promotoras del Santo Daime, aclaran la necesidad de poner en contexto lo que se sabe acerca del fundador:

“Los relatos de primera mano, los recuerdos del propio Maestro, contados en la intimidad de un círculo de discípulos en su casa, ganan diversos tonos pedagógicos o moralizantes, de acuerdo con las intenciones de los nuevos interlocutores.

La historia real es idealizada por la creación anónima o colectiva de la fe de millares de personas que convivieron y se beneficiaron con la presencia de un hombre santo. Es a través de este lenguaje, mezcla de mito y realidad, que sus enseñanzas son más fácilmente comprendidas y sus semillas se fructifican”.

De esta manera, entender quién era el fundador del Santo Daime al tener sus primeras experiencias con el uso de la bebida ritual y en quién fue convirtiéndose desde entonces, va mucho más allá de la necesidad de poner bajo lupa la estricta veracidad de muchas circunstancias del relato consagrado por el culto, puede dar cuenta de las formas
variadas y únicas que van estructurando ritualidades humanas que, más tarde, fundan las grandes tradiciones religiosas.

Estampa: ropa sencilla, bastón y sombrero marcaron el estilo de pastor que fundó el mítico Irineu Serra
La reina de la selva

Raimundo Irineu Serra nació en São Vicente Ferrer, en la región de Maranhão, el 15 de diciembre de 1892, como hijo de Sancho Martinho Serra y Joana de Assunção Serra. De su madre se sabe que era católica devota y de su padre que había sido esclavo en un ingenio de caña de azúcar.

También hay registros de que podría haber nacido en realidad en 1890 y se sospecha que el nombre Irineu podría indicar una devoción por el lugar en el que fue bautizado, una iglesia construida por dominicanos dedicada a San Irineu, mártir cristiano del siglo II.

Ya en el año 1912, migró hacia la zona de la Amazonia Occidental siguiendo una tendencia de la época, cuando grandes flujos de personas viajaban allí guiados por el auge de extracción del látex.

La poderosa ayahuasca: la bebida visionaria compuesta la liana Jagube (Banisteriopsis caapi) y la hoja de la planta chacruna.

Se instaló en Xapurí, donde vivió dos años. Y luego pasó media docena de años trabajando en seringales de Brasiléia y Sena Madureira, tiempo en el que también prestó servicio como funcionario de la “Comisión de Límites”, creada por el Gobierno Federal de Brasil para delimitar la frontera de la región del Acre con Bolivia y Perú.

Si bien todo este período lo inició aún siendo analfabeto, se cuenta un episodio que marcaría la presencia de un carácter tan fuerte y llamativo como su corporalidad de 2 metros de altura: dicen que aprendió a leer de manera autodidacta porque se sintió avergonzado por haberle dicho que sí sabía hacerlo a una persona que se lo había preguntado.

Para transformar en verdad esa mentira nacida de cierta sensación de vergüenza fue que se puso el propósito de aprender.

Como lo cuenta el antropólogo brasilero escocés Edward Mc Rae en su libro Guiado por
la luna (1998), en los años en que trabajó en la región amazónica, Irineu Serra tuvo contacto con comunidades Caxinawá brasileras y peruanas, en un periodo en que había trabado amistad con los hermanos Antonio y André Costa, también negros y provenientes como él de Sáo Vicente de Ferré.

Los pioneros. Irineu Serra luego de dejar la gendarmería, en los inicios de Alto Santo, la comunidad agrícola que creó y donde emplazó la primera iglesia en la que la ayahuasca se cruzó con la tradición cristiana

Fue con ellos con quienes compartió la iniciación en el consumo ritual de la ayahuasca, en la región boliviana de Cobija. Varias fuentes, entre ellas la mirada del antropólogo Fernando de la Roque Couto, muestran que el chamán ayahuasquero peruano Don Crescencio Pizango, a quien se le atraibuían conocimientos mágicos provenientes de la influencia  espiritual de un rey inca de nombre Huáscar, fue quien invitó a Antonio Costa a tomar la bebida, antes de que el mismo Costa presentase el chamán a Serra.

En el libro Nosso Senhor Aparecido na Floresta (2001), escrito por el daimista Lúcio Mortimer, se cuenta que al ser invitado a tomar la infusión Irineu pensó que si era “cosa de Dios” se prometía a sí mismo llevarlo a gente que lo necesitase.

La historia cuenta que Serra bebió ayahuasca y en sus visiones apareció una mujer hermosa que dijo haberlo elegido, ella se presentó como la “Reina de la Selva” 

Durante la sesión parece haber sentido un estremecimiento interno, acompañado de una extraña fuerza y la percepción de un gran brillo en todo el espacio.

Además, vio cruces de varias formas diferentes y fue mencionado por el chamán, quien dijo en voz alta, al cerrar el trabajo, que solo él lo había entendido y que era quien tenía la condición de poder aprovecharlo.

Al día siguiente, Serra tuvo la confirmación mística de la información que su amigo Costa le había pasado en relación a los componentes de la bebida: una enredadera y unas hojas. Su mirada cambió: en el seringal donde extraían látex, vio que los rayos del sol iluminaban una gruesa enredadera y cerca de un sitio donde solía tomar agua vio un arbusto con frutas rojas similar al que había descrito su amigo.

Pronto tuvo la constatación de que se trataba de las dos especies tenidas como mágicas: la liana Jagube (Banisteriopsis caapi) y la hoja de la planta chacruna. Fijaron con Costa la próxima preparación de la infusión, pero el día marcado para hacerlo Costa no fue a la cita y así fue que Serra preparó solo 3 litros de ayahuasca que guardó para tomarlos en luna creciente con su amigo.

Durante esa toma Costa vio a una mujer llamada Clara y le dijo a Irineu que ella lo protegía desde su salida de Maranhao. Una semana después, ya en luna llena, hicieron una segunda toma.

Después de media hora, Irineu sintió nauseas y vomitó. Ya aliviado, miró la luna y sintió que su brillo se acercaba profundamente a su ser. Dentro de la luna vio una mujer que le pareció de gran belleza, sentada en un trono, que le dijo: “Has sido elegido para una misión importante, pero para eso deberás alimentarte por ocho días, apenas de mandioca cocida, sin sal, tendrás que abstenerte de sexo y alcohol para que nos encontremos de nuevo”.

Luego de esos ocho días, donde cumplió con todo lo pedido, Irineu tomó la bebida y se encontró nuevamente con la mujer, que se le presentó como la “Reina de la Selva” y a quien él vinculó con la imagen cristiana de “Nuestra Señora de la Concepción”.

Sobre la cabeza de la mujer, cuenta Mc Rae, había también un águila preparada para alzarse en vuelo. E indica que la mujer le hizo llamar a la bebida como Daime, relacionándola con el verbo dar y sus invocaciones “Dai-me amor” (dame amor), “Dai-me luz” (dame luz) y “Dai-me forza” (dame fuerza).

Pronto Irineu recibiría también los primeros himnos, percibidos siempre como provenientes de la inspiración divina.

“A pesar de recibir inicialmente llamadas, melodías sin letras que ejecutaba silbando, después de cierto tiempo el Mestre Irineu comenzó a recibir los himnos que irían formando su Himnario del Cruzeiro, considerado la formulación básica de la doctrina del Santo Daime”, detalla Mc Rae y agrega que en ellos se describen sus progresivas visiones, donde estaban presentes “seres divinos de la corte celestial” identificables con entidades cristianas, indígenas y africanas.

La última cena: Sentado en el centro, Irineu rodeado de miembros de la iglesia del Santo Daime con su uniforme que mezcla aspectos militares y culturales. Fue en 1971 en su última ceremonia ayahuasquera.
Música divina

Años después de las primeras visiones, a comienzos de la década del 20, los hermanos
Costa abrieron un centro de trabajos espirituales llamado “Círculo de Regeneración y Fe” (CRF), en la ciudad de Brasiléia, en el estado de Acre. Allí Irineu Serra participaba de lo que
sería el antecedente del Santo Daime.

La organización respondía a una jerarquía militar, que iba de soldado a mariscal. Esto indica Mc Rae, antes de señalar que hubo disputas entre Antonio Costa y Serra por la jefatura efectiva del centro, aunque aclara que esta época no presenta muchos registros de la actividad espiritual de Irineu.

Lo que se sabe es que en 1931, ya separado de los hermanos Costa, se dio el inicio de sesiones de ayahuasca comandadas por Irineu, con la presencia de un número pequeño de personas.

La ayahuasca se transformó en el sacramento del Santo Daime. Entre 1935 y 1940 se fue consolidando la doctrina que considera como secundario e ilusorio el aspecto material de la vida

“Las principales actividades consistían en concentraciones y prédicas en las que transmitía las lecciones que el Daime le enseñaba. También se sabe que, interesado por los diversos aspectos de la búsqueda espiritual, Maestro Irineu estaba afiliado al Círculo Esotérico de Comunión del Pensamiento, afincado en São Paulo, así como a la Orden Rosacruz”, relata Mc Rae y explica que estas organizaciones fueron influyentes en la doctrina daimista en cuanto a enfatizar el valor de las cualidades de armonía, amor, verdad y justicia.

Entre 1935 y 1940 se fue consolidando la doctrina, creció el himnario, a través de la llegada de músicas de curación, disciplina y alabanza. Estos himnos presentan una tendencia general a considerar como secundario e ilusorio el aspecto material de la vida, “valorizando la vida espiritual y los principios básicos de la armonía, el amor, la verdad y la justicia”.

En uno de los tramos finales del libro del médico y antropólogo chileno Claudio Naranjo Ayahuasca, La enredadera del río celestial (2012), el daimista José Murilo realiza un análisis específico acerca del Santo Daime.

Allí escribe: “A lo largo del siglo y especialmente a partir de mediados de los años 30, Irineu fue reconocido como maestro por su asistencia, amparo y conducción de todos aquellos que se interesaban en su línea de trabajo. Pasó a ocuparse de la cura espiritual, acercándose principalmente a aquellos casos en que la medicina se había dado por vencida y el sufrimiento no encontraba alivio en ningún lugar. Irineu era el árbol que da sombra para muchos, incluyendo políticos y hacendados que buscaban cobijo en momentos de dolor extremo”.

En este periodo, como ya señalaba Mc Rae, se da la consolidación del himnario, que tiene un papel doctrinario central, como piensa también Murilo, cuando dice que la música es “un medio colectivo terapéutico y referencial valioso dentro del oficio espiritual del Santo Daime”.

“Sin ningún conocimiento ni aptitud musical este cauchero se preocupó por introducir una herramienta de comunión para contextos de estado alterado de conciencia obtenidos por la bebida. De hecho, el canto de ícaros y las llamadas cantadas no son nuevos en las sesiones con ayahuasca, pero la apertura de la actuación a todos los participantes es una nueva marca registrada del movimiento”, establece Murilo.

Y agrega: “El Mestre Irineu, en sus primeros días de contacto con la bebida, escuchó susurros cantarines que le ordenaron compartir esos mensajes con sus acompañantes y preparar nuevas canciones a entonar solemnemente durante el ritual de la ingesta. Con la fuerza del Daime, esos mensajes que podían parecer ingenuos en un comienzo, se convirtieron en vigorosas palabras doctrinarias”.

Ya conocido como el Mestre Irineu se casó con Doña Peregrina, su primera esposa y compañera.
El gendarme visionario

En su texto El Santo Daime y la espiritualidad brasileña (2000), Mc Rae cuenta que hay relatos que dicen que inicialmente la Reina de la Floresta había ofrecido sus enseñanzas a Antonio Costa, quien no quiso abandonar sus quehaceres como comerciante, por lo que fue
él quien le pidió a la entidad que pasase a su amigo Irineu sus saberes.

En este primer periodo, en el que se cuenta que por lo menos hubo cinco años iniciales en los que Serra debió batallar fuertemente contra sus vacilaciones en la fe y en la creencia en sus propias capacidades, la visión de la mujer en la luna se habría aparecido en muchas circunstancias ante Irineu, hasta que logró la solidez interna necesaria como para llevar a cabo su misión.

Ya en los años 30, separado de los Costa, fue en Sena Madureira, región de Río Branco, donde funda el movimiento. Así describe Mc Rae este periodo: “Además de trabajar en la Guardia Territorial, equivalente local de la policía, continuó sus trabajos espirituales. Inicialmente se estableció en Vila Ivonete, en la periferia de Río Branco, donde fundó la primera sede de su centro en su propia casa y comenzó a formar un grupo de seguidores.

Se dice que a partir de 1930, el Maestro Irineu va formando adeptos. Al comenzar a complejizar y agrandar su organización, buscó apoyo de amigos con conexiones políticas en la zona

Recibió algunos himnos, enseñó a llamar la bebida ‘Daime’ y determinó un uniforme a ser usado en los trabajos por sus seguidores, quienes formarían el ejército de la Reina. En esa época sufrió cierta persecución policial, de la que se libró gracias a la ayuda de ciertos amigos influyentes”.

Para adentrarse más en la naturaleza, al crecer la ciudad, mudó sus acciones a un área llamada Espalhado, donde instaló el centro Alto Santo, lugar donde ya se lo empezó a conocer como Mestre Irineu.

Por entonces, algunos de sus discípulos comenzaron a fundar líneas diferentes de trabajos con ayahuasca, como fue el caso de Daniel Pereira de Matos, quien abrió su propio centro y dio inicio a la línea daimista llamada A Barquinha.

Un detalle importante es que en la estructura de los trabajos espirituales del Alto Santo puede verse la presencia influyente de las tradiciones curanderísticas amazónicas. Tomando referencias del antropólogo Chéster Gabriel, Mc Rae asegura que además del catolicismo, la umbanda y el espiritismo kardecista hay que incorporar a la tradición indígena del pajelanca para entender el cóctel espiritual que se estaba gestando, siendo una de las características diferenciales el hecho de que, además de las sesiones grupales, por entonces Irineu atendiese a personas de manera individual, para realizar curaciones.

Se dice que a partir de 1930, el Maestro Irineu va generando una “clientela” y va formando adeptos. Al comenzar a complejizar y agrandar su organización, buscó apoyo de amigos con conexiones políticas en la zona, quienes lo apoyaron para adquirir la tierra que se
convertiría en Alto Santo, también conocido como Centro de Iluminación Cristiana Luz
Universal. Allí estableció una colonia agrícola y una iglesia.

Como había pasado con el centro de los hermanos Costa, la jerarquización militar y su estética también estaban presentes a través de cargos mencionados militarmente y el uso de uniformes cuya graduación la marcaban estrellas con variado número de puntas. Llegó a congregar a 500 miembros efectivos, además de “recibir millares de visitantes deseosos de conocer el culto que desarrolló en torno al uso de la bebida indígena”.

La ayahuasca, contenedora del potente alcaloide visionario DMT, fue prohibida en Brasil entre 1985 y 1987. En 2010 el Estado brasilero autorizó su uso en el marco ritual

A pesar de ser perseguido, contar con aliados poderosos como un tal coronel Fontanelli,
que salvó a Irineu de la prisión en una oportunidad, además del apoyo económico concreto
del gobernador Guiomard, fue parte importante del crecimiento de la comunidad establecida en torno al culto.

Bebida visionaria y política

El centro, como relata el antropólogo, asumió desde su fundación, funciones no solo religiosas, sino políticas y económicas, con residentes que vivían con sus familias en núcleos de producción agrícola en lotes que les cedía el propio Mestre. Así y todo, el centro fue oficializado recién en 1962. Irineu murió en 1971 a los 78 años.

Poco antes había recibido un ciclo de himnos complementarios que llamó “Cruceirinho” y se mostraba ya preocupado por la continuidad del culto y la unión de sus adeptos. Se había casado cuatro veces y había tenido un hijo.

La bebida sagrada, contenedora del potente alcaloide visionario DMT, fue prohibida en Brasil entre 1985 y 1987. Hubo un nuevo intento de prohibirla en 1990 que no prosperó.
Finalmente, en el 2010 el Estado brasilero autorizó el uso de la ayahuasca en el marco ritual.

La popularidad de la medicina visionaria superó los intentos de destinarla al universo administrativo de las sustancias prohibidas. En eso Irineu Serra tuvo un papel central, el mismo hombre que se transformó en un verdadero mito viviente, en el que se cruzan la imagen del santo y la de un líder implacable.

“Ese hombre fue un ejemplo. En la comunidad que fundó, el Alto Santo, era juez, era comisario, era todo y todos le obedecían”, contó décadas después de su muerte una de sus discípulas más respetadas, Percilia Matos da Silva.

“Él llamaba: ven acá fulano. E inmediatamente quedaban todos mansos, era una maravilla. Las autoridades no se preocupaban con aquel pueblo. Incluso casos que venían de fuera, él los resolvía. Él mismo era una entidad divina. Porque solo Dios puede tener la fuerza que él tenía y tiene”.


Texto: Diego Oscar Ramos / Ilustración: Japo.

Este artículo fue publicado en Revista THC 118.