¿La marihuana contribuye a mejorar el descanso o, por el contrario, lo perjudica? Aunque ya están bastante difundidos los beneficios del cannabis para mejorar el sueño, puede que algunos mitos sigan resonando en el inconsciente colectivo. Aclaremos algunas ideas.
¿Cómo afecta el cannabis al sueño?
El cannabis es ampliamente utilizado para tratar trastornos del sueño. Todos alguna vez en la vida hemos sufrido insomnio, pero hay casos en los que la vigilia es muy recurrente. Allí, el cannabis puede presentarse como una solución efectiva gracias al efecto de los fitocannabinoides.
Los fitocannabinoides modulan y restauran el funcionamiento del sistema endocannabinoide del cuerpo humano, que es el encargado (entre otras tantas otras cosas) del descanso.
Se han realizado varios estudios que comprueban la efectividad del cannabis como opción terapéutica para tratar el insomnio. Uno de ellos se llevó a cabo en Australia, donde hicieron una prueba que se extendió por el plazo de dos semanas. Allí, se le administró a un grupo de pacientes extractos de cannabinoides y terpenos, mientras que al otro grupo se le dio placebo. El consumo se realizaba una hora antes de ir a dormir. Las personas que utilizaron cannabis observaron una mejora en el sueño, ya que conseguían dormirse más rápido y sentían que su descanso era de mayor calidad.
Por otra parte, un estudio de 2004 concluyó que bastan solo 15 miligramos de THC para reducir síntomas de insomnio. Sin embargo, no sucede lo mismo al utilizar THC y CBD simultáneamente.
Al contrario de lo que la mayoría cree, en este estudio se observó que el CBD invalidó los efectos inductores del sueño del THC. Es decir, según esta investigación, el CBD puede funcionar muy bien como ansiolítico, pero no es efectivo a la hora de palear los síntomas de insomnio. Por el contrario, el THC si cumple con el propósito.
¿Qué variedades debo elegir para dormir mejor?
Si queremos conseguir efectos relajantes e inductores del sueño, tenemos que tener en cuenta los perfiles de cannabinoides y terpenos que tienen nuestras variedades de cannabis. Por ejemplo, el linalool, una sustancia aromática que se encuentra en el cannabis y otras plantas como la lavanda, contribuye a generar sensaciones de relajación.
El mirceno es otro de los terpenos que ayuda a nuestro objetivo, ya que genera efectos ansiolíticos y sedantes, y favorece a la absorción de los cannabinoides, incrementando sus efectos en dosis más bajas. El mirceno se encuentra también en otras plantas y frutos, como el mango.
Además, con respecto a la elección de las variedades, podemos tener en cuenta también su predominancia índica o sativa. De acuerdo a nuestra finalidad, que es la de combatir los trastornos del sueño, las plantas más índicas son las que nos pueden ayudar.
Estas variedades se caracterizan por generar efectos sedantes, y contribuyen a la relajación muscular y al alivio del dolor. Además, contiene terpenos relajantes, como los ya mencionados linalool y mirceno.
Recordemos también que tener nuestros propios cultivos nos permite experimentar con diferentes cepas y encontrar aquella que vaya más acorde a nuestros objetivos. De todas formas, entre las variedades relajantes más recomendadas encontramos a la Critical + o a la OG Kush.
¿Por qué después de fumar me da sueño?
Aunque a veces no lo buscamos, fumar cannabis puede darnos sueño. Pero aquí entran en juego también otros factores, que tiene que ver con el acto de fumar en sí. Inhalar alquitrán, monóxido de carbono y partículas en suspensión hace que nos sintamos más cansados.
Si preferimos evitar estos efectos, podemos recurrir a vaporizadores, que ayudan a que no nos sometamos a los subproductos de la combustión. Es claro que vaporizar es más sano, además de que otorga varios beneficios. Por ejemplo, al variar la temperatura con los vaporizadores podemos hacer prevalecer los efectos de cannabinoides particulares.
¿Qué trastornos se asocian con el consumo de cannabis?
Con la prohibición, se han desarrollado una serie de mitos para desprestigiar al cannabis y sus consumidores, y se han extendido de tal manera que se instalaron sin ser cuestionadas. Muchos de estos mitos continúan al día de hoy, pero ya hay evidencias empíricas que los contrarrestan.
Uno de los mitos más difundidos es que la marihuana genera daños en las neuronas. Esto se sostiene en base a una serie de estudios realizados en 1974, que se hicieron con la intención previa de dar resultados negativos. Sin embargo, el tiempo y la ciencia se encargaron de anular estas mal intencionadas investigaciones.
De hecho, son varios los estudios que concluyen en que el THC y el CBD pueden proteger a las neuronas y reducir el daño cerebral. Por ejemplo, en el año 2000 se realizó un ensayo que demostró que el sistema CB1 es activado durante un accidente cerebrovascular isquémico, dejando en evidencia la función neuroprotectora de los cannabinoides endógenos.
A su vez, es común escuchar que el cannabis es adictivo, pero nuevamente la ciencia responde con pruebas. La Universidad de Columbia realizó un estudio que determinó que solo el 8,9% de los usuarios de cannabis desarrollan un consumo problemático.
Estos números son bastante positivos, especialmente si los comparamos con el 67,5% de los consumidores de tabaco que generan dependencia. Este fenómeno se da también con un 22,7% en los usuarios de alcohol y un 20,9% en los usuarios de cocaína. Por lo tanto, el cannabis se ubicaría cuarto en la lista de sustancias asociadas al consumo problemático.
¿El cannabis provoca síndrome amotivacional?
Otro gran mito es que el cannabis afecta a la motivación. La idea del síndrome amotivacional se popularizó en la década de los 60, y se asoció con el consumo de cannabis. Según la teoría, quienes padecen este síndrome son personas apáticas y sin metas, vagas e improductivas.
Pero un estudio realizado por la Universidad de Memphis determinó que el cannabis no tiene relación alguna con la falta de motivación. Se evaluó a 47 participantes de los cuales 25 eran usuarios de cannabis, mientras que los 22 restantes no lo eran. Se analizó su toma de decisiones, y se descubrió que los usuarios de cannabis elegían aquellas opciones que requerían más esfuerzo, sin importarles la recompensa que recibirían.