En una decisión histórica la DEA (la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos) anunció que apoyará la reclasificación del Cannabis en las listas de sustancias restringidas.
Según confirmó el Departamento de Justicia el martes pasado, la DEA coincidió con la postura de la principal agencia federal de salud, el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS), que propuso trasladar la planta a la Lista III bajo la Ley de Sustancias Controladas (CSA). En esta lista se ubican los medicamentos que requieren receta y prescripción médica para su compra.
Actualmente, y desde la prohibición del cannabis a mediados del siglo pasado, la planta forma parte de la Lista I donde se ubica, por ejemplo, la heroína. Se trata de una categoría donde se engloban sustancias a las que no se reconocen usos médicos conocidos y que al mismo tiempo cuentan con un potencial de abuso significativo.
Más de 30.000 profesionales de la salud en 43 jurisdicciones de Estados Unidos se encuentran habilitados para recetar cannabis. Se trata de un estimado de seis millones de personas que se encuentran registradas para utilizar cannabis
De acuerdo a las revisiones realizadas por el HHS, más de 30.000 profesionales de la salud en 43 jurisdicciones de Estados Unidos se encuentran habilitados para recomendar y recetar cannabis.
Se trata de un estimado de seis millones de personas que se encuentran registradas para utilizar cannabis en múltiples patologías.
Además, en comparación con otras sustancias como la cocaína, la heroína o las benzodiacepinas, las investigaciones realizadas por el HHS no revelaron un potencial de abuso similar o superior, uno de los argumentos principales que mantenían al cannabis dentro de la lista de sustancias más restringidas.
“Basado en una evaluación de varias bases de datos como visitas a servicios de emergencia, hospitalizaciones, ingestiones involuntarias o muertes por sobredosis, los riesgos para la salud pública que supone la marihuana son muy bajos” afirmó en su fundamento el HHS.
“Justamente en la evaluación de muertes por sobredosis, la marihuana se mantiene siempre en los lugares más bajos” afirma el documento, aunque cabe destacar que no existen muertes por sobredosis de marihuana registradas en la historia de la medicina.
¿Qué implica la decisión de la DEA?
En primera instancia no se trata de un proceso que legalice la marihuana a nivel federal, sino una reducción a varias restricciones que limitan, por ejemplo, la investigación científica con la planta o el uso medicinal.
El proceso para reubicar al cannabis en la Lista I, que contempla menores restricciones, continuará una vez que el Departamento de Justicia elabore un conjunto de normas y reglamentaciones que serán revisadas por el Ejecutivo y luego eventualmente sometidas a comentarios públicos antes de ser aprobadas.
La medida implicaría un beneficio para muchas empresas de cannabis en estados que poseen mercados regulados, como California o Colorado, ya que permitiría deducir y pagar impuestos federales, aunque algunas actividades con la planta seguirán prohibidas, como la venta o traslado de cannabis entre diferentes estados.
Sin duda se trata de una medida favorable para una eventual salida del cannabis de las listas de sustancias restringidas.
A las resoluciones de la DEA y la HHS se suma la FDA, la Administración de Alimentos y Medicamentos, que a principios de este año también defendió la incorporación de la marihuana a las listas de sustancias de menor peligrosidad en un documento de 250 páginas de extensión.