En los últimos años el uso de cannabis y el acompañamiento con profesionales de la salud generaron una enorme cantidad de experiencias y evidencia que sostienen el uso terapéutico de la planta y su potencial medicinal. Por esta razón, médicos y médicas de Argentina crearon una compilación de evidencia científica sobre las distintas aplicaciones de la planta.
El denominado Repositorio de Cannabis Medicinal (RCM) es sin duda un enorme aporte en tiempos donde se vuelve a debatir la eficacia del cannabis frente a la infinidad de patologías en las que es utilizado como una herramienta terapéutica.
Se trata de una base de datos organizada por áreas como cardiología, pediatría o neurología a la que puede acceder cualquier persona, sea paciente, profesional de la salud o tenga interés en la materia.
Así se pueden encontrar trabajos y estudios científicos locales e internacionales donde se demuestran las propiedades medicinales de la planta en patologías como cáncer y epilepsia pero también condiciones como dermatitis, enfermedades crónicas del hígado o tercera edad y calidad de vida.
“El RCM es una herramienta que creamos con un grupo de profesionales de la salud, quienes acompañamos personas que usan cannabis y sus derivados para asistir sus procesos terapéuticos”, explica a THC la doctora Celeste Romero, médica psiquiatra especialista en cannabis, docente de la Universidad Nacional de Quilmes y coordinadora del área médica de CECCA.
Qué función cumple el Reprocann
Creado a partir de la sanción de la Ley 27350, el REPROCANN o Registro del Programa Cannabis, permite la inscripción de personas individuales u ONGs a un registro que habilita el cultivo y transporte de cannabis con fines terapéuticos.
El requisito para la obtención de estos permisos, en el caso de las personas individuales, es la indicación de un profesional de la salud que avale el uso de cannabis medicinal.
Con una duración de tres años, el permiso que se obtiene a través de la gestión en REPROCANN permite a las personas registradas el autocultivo de hasta 9 plantas en floración y el cultivo solidario por parte de un tercero. Por otra parte, permite el cultivo a ONGs que agrupan pacientes, familiares y profesionales de la salud.
Además, en el marco del REPROCANN se implementaron múltiples dispositivos de atención sanitaria en provincias y municipios que brindan servicios de calidad y acordes con las necesidades de la comunidad, garantizando el acceso a una terapéutica segura y un acompañamiento efectivo.
Evidencia científica y cannabis medicinal
En los últimos meses, frente a los reclamos por la demora en los procesos de revisión de los permisos, desde el Ministerio de Salud se anunció una auditoría ya que se habría detectado que una cierta cantidad de solicitudes “no cuentan con evidencia científica” que respalde el uso de cannabis para las patologías que requieren la autorización ministerial.
En ese marco, autoridades del ministerio evalúan la posibilidad de restringir los permisos a un listado de nueve patologías: dolor oncológico, esclerosis múltiple, lesión medular traumática, epilepsia refractaria, dolor producido por ACV, neuralgias, autismo, neuropatía post herpética y dolor del Sistema Nervioso Central.
Con el objetivo de mejorar la información disponible para aplicar criterios sanitarios sobre la base de la experiencia médica, 60 profesionales de la salud de más de 20 especialidades desarrollaron el RCM.
“Es la base científica con la que nos manejamos en distintas especialidades y se nos ocurrió que podía ser de mucha ayuda para la población general y obviamente también para poner la disposición del Ministerio de Salud y todas las personas e instituciones que lo requieran”, explica la doctora Romero.
“El RCM conforma una biblioteca realizada por trabajadores de salud de muchas disciplinas, médicos, odontólogos que lo que hace es unificar criterios, recolectar, recopilar toda la evidencia más actualizada que tenemos sobre los últimos avances de la cannabis y sus usos y aplicaciones en salud”, detalla Juan Larramendi, médico traumatólogo.
Un trabajo en conjunto
El RCM accesible a cualquier persona o entidad y se está trabajando en una mejor sistematización. Se trata de un material de gran valor para sumar al debate actual, como detalló la doctora Romero:
“Si hay descreimiento, si hay desinformación, lo que elegimos es compartir un repositorio de evidencia científica para ponerlo al servicio de todas las personas que estén interesadas o que trabajen en relación a esto”, asegura Romero.
“Somos unos convencidos y convencidas de que uno de los principales daños que nos hace y nos hizo el prohibicionismo es el prejuicio desinformado que obviamente se sostiene de la censura”, profundiza.
“Hoy en día, en el contexto en el cual estamos viviendo en el que el mundo investiga cannabis, hay un montón de regulaciones variadas y enorme cantidad de evidencia”, señala Romero.
“De esta manera también termina ampliando el registro que tenemos de aplicaciones de cannabis en los problemas de salud de las personas”, agrega Larramendi.
Por otro parte, el propio Larramendi deja en claro que se trata de un primer paso en la construcción de una base sobre saberes respecto al cannabis. “Los siguientes pasos a seguir es continuar clasificando, estratificando la calidad de la evidencia con el objetivo de estandarizar tratamientos, terapias, las terapias más seguras con los distintos preparados de cannabis”, cuenta.
“El RCM viene a conformar una herramienta que puede colaborar en el diseño de políticas públicas que impliquen o que tengan a la cannabis como protagonista”, dice con la vista puesta en el aspecto colaborativo del trabajo.
El RCM también parte de la base de que estamos ante una forma de ejercer la práctica médica que tiene sus limitaciones.
La evidencia científica, muchas veces exigida como condición única y necesaria para considerar una nueva terapéutica, no es una verdad universal.
“Las personas que ingresan a los estudios científicos no siempre describen 100% la realidad, incluso en muchos estudios se aplican criterios de exclusión”, explica Nicolás Montemurro, médico con posgrados en usos medicinales de cannabis y otro de los profesionales que participó del armado del RCM.
“Por ejemplo, en un estudio cardiológico se excluyen personas que hayan tenido problemas de este tipo”, aclara el profesional que también es parte de RACME, la Red de Cannabis de Uso Medicinal e Industrial del CONICET. “De modo tal que todo ensayo clínico, si bien trata de darnos la mayor descripción sobre los fenómenos, siempre tiene un cierto grado de sesgo”.
¿Cómo funciona el repositorio?
La forma de acceder y usar el RCM es muy sencilla. Quienes estén interesados deben ingresar al siguiente enlace:
https://drive.google.com/drive/folders/1k1Bnuc_M1MJlu64gKZN45D7wsI9FeLmI
Allí encontrarán carpetas con estudios, papers y publicaciones según el área o la especialidad médica. También podrán leer una nota introductoria y encontrarán un código QR para compartir la información de manera sencilla.
Además se suman manuales sobre terapéutica cannábica.