Se puede cultivar cannabis todo el año, también en exterior. Tenemos dos temporadas bien marcadas: la temporada de verano y la temporada invernal. Todos los detalles sobre el cultivo mixto.
El cultivo invernal idealmente se inicia en marzo o abril, pero se puede arrancar también en mayo, junio o incluso julio. En ese caso tenemos que tomar medidas extras como una luz suplementaria para alargar el crecimiento y generar resguardos contra el frío.
Un cultivo mixto en temporada invernal es básicamente realizar el crecimiento vegetativo en interior y floración en exterior.
Si contamos con variedades índicas de floración corta puede iniciarse hasta en el mes de agosto.
Hay sí algunas condiciones mínimas para poder hacerlo: lo ideal es contar con un espacio de cultivo interior de mínimo 0,5 metros cuadrados y un espacio exterior que tenga un mínimo de 4 horas diarias de luz solar directa, sin contaminación lumínica.
Cómo hacer un cultivo mixto
Un cultivo mixto en temporada invernal es básicamente realizar el crecimiento vegetativo en interior y floración en exterior.
Se basa en que entre marzo y octubre hay menos de 12 horas de luz solar diarias, es decir que el exterior en ese momento es como un gran cuarto de floración.
Pero para que las plantas desarrollen primero altura y follaje, necesitamos más horas de luz. Para eso se puede hacer crecer las plantas con 18 horas de luz diarias adentro y sacarlas afuera para que floren.
Un indoor más barato
Si hacemos un cultivo mixto, no necesitamos tener montado un cuarto de cultivo completo. Alcanza con armar una sala de vegetativo. Es mucho más simple y barato que tener un cuarto de ciclo completo: donde las plantas vegetan y floran.
El principal ahorro va a estar en las luces. Para florar necesitamos lámparas de sodio de alto rendimiento (que además generan mucho calor) o equipos LEDs de espectro completo. Pero si usamos el exterior como cuarto de floración no vamos a necesitarlos.
Para el crecimiento vegetativo podemos usar mercurios halogenados, tubos fluorescentes o lámparas de bajo consumo que, si bien no son las ideales, gastan muy poca electricidad y son de bajo costo.
Para el crecimiento vegetativo podemos arreglarnos con mercurios halogenados, tubos fluorescentes o lámparas de bajo consumo que, si bien no son las ideales, gastan muy poca electricidad y son de bajo costo.
Es muy importante el uso de al menos un ventilador generando viento hacia las plantas para favorecer el crecimiento sólido de los tallos y ramas que después saldrán al exterior.
Del interior al exterior
Una vez que las plantas alcanzaron el tamaño deseado, si estamos trabajando desde semillas feminizadas o esquejes, las trasplantamos a una maceta del triple del tamaño de la anterior y las pasamos a exterior para florar.
Si sembramos semillas regulares, conviene sexar la planta antes de trasplantarlas para evitar pasar machos a macetas más grandes y desperdiciar tierra.
Si sembramos semillas regulares, conviene sexar la planta antes de trasplantarlas para evitar pasar machos a macetas más grandes y desperdiciar tierra.
Una manera de lograr esto es cambiando el fotoperíodo en interior antes de sacarlas a exterior, es decir, reduciendo las horas de luz.
La adaptación
Una vez que sacamos las plantas afuera, vamos a notar un gran cambio durante los primeros días.
En la primera semana de exterior es convenientes evitar exponer las plantas a vientos fuertes y lluvias.
En la primera semana de exterior es convenientes evitar exponerlas a vientos fuertes y lluvias. En este sentido, atar las plantas a un tutor al sacarlas al exterior, es una práctica fundamental.
En cuanto a la temperatura, hay que tener en cuenta que al sacarlas afuera bajará muchos grados y a menos de 10 ºC el ritmo de desarrollo de las plantas se verá afectado, mientras que si baja de los 5 ºC por varios días, puede que se detenga casi por completo.