Cada parte de la planta de cannabis tiene su uso y cuenta con propiedades que podemos aprovechar. Por esto se recomienda no deshacerse de los restos que quedan post cosecha. Tanto las hojas como los cogollos más pequeños pueden usarse en preparados, extracciones e incluso en comidas.
Restos de la cosecha: ¿qué hago con los cogollos bajos?
Las flores de la parte inferior de la planta siempre suelen ser más pequeñas y de menor calidad porque reciben menos cantidad de luz. Notaremos que son cogollos más esponjosos en su textura, con menor cantidad de resina que los de la parte más alta de la planta, además de que cuentan con más hojas que cálices.
Aunque es verdad que estas flores están en desventaja con respecto a las que reciben mayor luz, no tienen por qué descartarse. Siguen siendo cogollos, con menor calidad, pero cogollos al fin.
Muchos cultivadores suelen extraer estas flores bajas directamente en la floración, para que la planta destine toda su energía a la producción de los cogollos de la parte superior de la estructura vegetal.
Y aunque la formación de cogollos más pequeños puede prevenirse a través de técnicas como el mainlining, el LST o el SCROG, también podemos usarlos para extracciones, cremas, aperitivos, e incluso para producir semillas.
Cómo hacer hash con los cogollos inferiores
El hash es un concentrado de cannabis que se genera a partir de la resina amasada. Tiene efectos muy intensos y, además, es un preparado muy duradero, lo que suma otro beneficio. Y lo mejor es que lo podemos hacer de forma casera.
Paso a paso
Para su elaboración, vamos a necesitar cogollos (la cantidad que creamos necesaria), una bolsa de extracción y alguna tarjeta o elemento que sirva para recoger el hash.
Antes de comenzar con la preparación, tenemos que congelar las flores por 20 minutos para facilitar la extracción. Los cogollos deben estar medio triturados y deben guardarse en un recipiente hermético para que no se humedezcan.
Una vez que estén congelados, los colocamos en la bolsa de extracción y comenzamos a sacudirla con movimientos verticales para comenzar a separar la materia vegetal. Lo ideal es hacerlo sobre una superficie plana y clara. En este primer momento, obtendremos el hash más puro. Luego, tomamos los restos vegetales que quedaron y los ponemos a congelar nuevamente para volver a repetir el proceso.
Con la tarjeta o el elemento que hayamos elegido, arrastramos el hash para recogerlo. Una vez que lo tengamos, con una pincita podemos retirar cualquier resto vegetal o pelo que haya quedado en el concentrado.
No hay que preocuparse si vemos que el hash comienza a tomar un color más oscuro, esto es normal. Lo que sucede es que la parte exterior se oxida, pero hacia el interior el material continúa en buen estado. Sin embargo, tenemos que cuidar la conservación del hachís. Lo ideal es guardarlo en un recipiente hermético, resguardado de la luz y de las altas temperaturas.
Producción de semillas con cogollos bajos
Otra opción que tenemos para aprovechar los cogollos bajos es dejarlos en la planta después de cosechar los cogollos superiores. Así, recibirán más luz y podrán ser polinizados para producir semillas.
Restos de las cosechas: cómo usar las hojas
Las hojas también pueden aprovecharse luego del manicurado.
Tenemos, por un lado, a las hojas más grandes, que contienen resina y cannabinoides que pueden ser bastante provechosos. Sin embargo, hay que conservarlas bien porque se descomponen fácilmente. Por este motivo, se recomienda guardarlas en el freezer hasta que vayamos a usarlas.
Por otra parte, están las hojas más pequeñas y las que se encuentran hacia el interior de los cogollos, que son las más resinosas. Estas hojas aguantan un poco más que las más grandes, pero si no vamos a usarlas en la misma semana que las manicuramos, conviene también guardarlas en el congelador, siempre separadas de las hojas de mayor tamaño. Tanto las hojas chicas como las más grandes deben almacenarse al vacío.
Un dato que es bueno saber es que las hojas pueden retirarse a fines de la floración. Esta técnica sirve para conseguir cogollos más pesados y favorecer a la circulación del aire, evitando así el desarrollo de plagas.
Ahora, veamos qué se puede hacer con estas hojas.
Restos de hojas y cogollos: ¿se pueden usar en alimentos?
Tanto los cogollos bajos como las hojas pueden utilizarse en el preparado de alimentos. Pero para esto, debemos activar las propiedades psicoactivas.
Como la resina es liposoluble, debemos fundir la materia vegetal ya descarboxilada con algún elemento graso como la leche, la manteca o el aceite y exponerlos al calor. Luego, esto se puede aplicar en nuestras recetas, consiguiendo los efectos psicoactivos buscados.
Por otro lado, las hojas que están completamente sanas y en buen estado pueden usarse directamente en licuados o distintas bebidas frías, donde estaremos aprovechando los cannabinoides ácidos, que cuentan con múltiples propiedades medicinales. Esta opción es ideal para usuarios terapéuticos que quieren incursionar en nuevas formas de uso del cannabis.
En el primer caso, hay que ser cuidadosos con las cantidades, ya que durante la digestión, el THC se convierte en un compuesto diferente, el 11-OH-THC, que produce efectos psicoactivos significativamente más potentes que el THC original. En nuestro portal podés encontrar distintas opciones recetas fáciles de preparar en casa, como postres, platos gourmet e incluso bebidas. Conocé todas nuestras opciones haciendo click acá.
Cómo usar los restos de la cosecha en cremas y lociones
Cada vez encontramos más cremas cannábicas en el mercado. Pero también podemos elaborarlas nosotros mismos. Utilizando las hojas y cogollos pequeños, podemos producir lociones y cremas de uso tópico para aliviar dolores musculares o para tratar, por ejemplo, quemaduras. Para esto, debemos infusionar las hojas y cogollos con materia grasa, al igual que para la preparación de alimentos. Como opciones, tenemos el aceite de coco o almendras. Una vez que fundamos las dos materias, la mezclamos con algún tipo de cera hasta que obtengamos la consistencia deseada.
Cómo usar las hojas en fertilizantes
También podemos generar fertilizantes orgánicos con las hojas restantes de la manicura. Simplemente, las dejamos fermentar con azúcar mascabo y luego las aplicamos a nuestros cultivos para mejorar la microvida del suelo. No es necesario lavar las hojas, ya que los microbios de su superficie son necesarios para la fermentación. Sin embargo, debemos tener cuidado con los hongos y otras infecciones. Siempre revisemos que las hojas estén sanas antes de utilizarlas. Las hojas grandes también pueden utilizarse en compost.