Las semillas de ololiuqui son usadas desde tiempos precoloniales por pueblos originarios de Mesoamérica, como chinatecos, mixtecas, mazatecos y zapotecas. Las utilizaban especialmente los chamanes para ayudarlos en la resolución de problemas, en el desarrollo de diversos rituales con fines adivinatorios, en el diagnóstico de una
enfermedad y para encontrar a alguien o algo perdido.
Los conquistadores españoles consideraban la relación entre las personas y las semillas como una comunión con el diablo. Sin embargo, durante mucho tiempo hubo gran confusión sobre a qué especie de planta pertenecían las semillas.
Recién en el siglo XX comienza a investigarse científicamente: en los años 40, Richard Evans Schultes publica una monografía identificando la taxonomía de la planta (Rivea corymbosa o Turbina Corymbosa) y, en los 60, Albert Hofmann, descubridor del LSD, logró aislar los principios activos de las semillas.
Usos del ololiuqui
Ornamental
Se cultiva de forma ornamental por su belleza.
Aztecas
Los sacerdotes consumían las semillas para entrar en un estado de trance y comunicarse con sus dioses. Además, añadían semillas a una preparación hecha con cenizas
de víboras, lagartijas, ciempiés y arañas, que eran quemadas y mezcladas con grandes cantidades de tabaco, para luego untar la mezcla sobre la piel.
Medicina tradicional
Las semillas son usadas como analgésico, uterotónico, para tratar cálculos renales, gota, heridas, llagas y dolencias venéreas, y para disminuir las flatulencias.
Ritual
En el estado mexicano de Oaxaca, curanderos zapotecas siguen usándolo en rituales de curación. Para ello le dan de ingerir semillas a sus pacientes con el objeto de que, gracias a sus efectos, les puedan comunicar datos sobre sus dolencias y así poder hallar la cura para ese mal que los aqueja.
Dosis y administración del ololiuqui
La administración se da principalmente por vía oral, aunque hay fuentes de la medicina azteca en donde se menciona que también se usaba de manera percutánea mezclando las semillas de ololiuqui con otras sustancias.
En Plantas de los dioses (1979), Albert Hofmann y Richard Evans Schultes afirman que las semillas se tomaban en múltiplos de siete.
Se considera una dosis baja la cantidad de 7 semillas, una dosis media 14 y una dosis alta, 21 semillas.
Química y acción del ololiuqui
Su principal compuesto activo es la amida de ácido lisérgico (LSA), también posee hidroxietilamida de ácido lisérgico. Ambos compuestos son alcaloides hidrosolubles,
químicamente similares al LSD. En ese sentido, la LSA es la principal responsable de sus efectos psicoactivos, estimulando el sistema nervioso central y alterando la
percepción. Por otro lado, también posee elimoclavina y lisergol, alcaloides que estimulan los nervios simpáticos y producen excitación.
Preparación del ololiuqui
Las semillas de ololiuqui deben ser trituradas antes de consumirse. Se las puede ingerir solas o dejarlas en agua por varias horas para luego tomarse la preparación. En ciertos rituales curativos se las muele y se mezclan luego con una bebida alcohólica. El famoso psiconauta y divulgador científico Oliver Sacks, en su libro Diario de Oaxaca (2002), da su propia receta: las molía con un mortero hasta tener un fino polvo, que luego mezclaba con helado de vainilla.
Cómo identificar el ololiuqui
Morfología
Turbina corymbosa (o Rivea corymbosa) es una enredadera grande y leñosa de la familia de las convolvuláceas. Suele crecer 8 metros aproximadamente, sus hojas son muy atractivas, de forma cordiforme y las flores en forma de campana son blancas o azuladas. Las semillas, redondas y de color café, contienen las sustancias psicoactivas.
Ubicación geográfica
Es una planta nativa de América, crece de manera desde México hasta Argentina.
Cultivo
Es de climas cálidos templados, por lo que es sensible a heladas. Es ideal para cultivar a pleno sol. Es de rápido crecimiento y responde muy bien al cultivo en macetas en exterior durante el verano. Las semillas se siembran en suelo húmedo y cálido que ronde los 27 °C
Efectos del ololiuqui
Comienzan a la hora del consumo y pueden durar hasta 10 horas en dosis altas. Su intensidad depende de la dosis tomada y de cada organismo en particular.
Los efectos más frecuentes son: estimulación física y mental, aumento del pensamiento asociativo y creativo, aumento de la empatía, expansión de la conciencia, aumento de la percepción sensorial, visiones con los ojos abiertos y cerrados.
Cuidados generales para el uso del ololiuqui
Efectos secundarios: malestar estomacal, vértigo, vómitos, ansiedad y somnolencia.
Está contraindicado su uso en niños y en mujeres embarazadas o en período de lactancia. En mujeres embarazadas puede llegar a inducir el aborto por la acción uterotónica de las semillas. A la vez, se desaconseja su uso en personas con trastornos psicológicos o psiquiátricos, en personas con antecedentes psiquiátricos y en toda persona que esté atravesando un momento de inestabilidad emocional.
Se debe evitar el uso concomitante con IMAOs, ya que puede aumentar los riesgos asociados al uso de estas sustancias.
Por otro lado, los riesgos asociados al uso de enteógenos, como el ololiuqui, aumentan considerablemente en contextos ajenos a su uso tradicional.