Cuando hablamos de azúcares solemos pensar en el azúcar refinada que usamos para endulzar comidas, sin imaginarnos que podemos usarlas también en el cultivo. De hecho el azúcar blanca es el concentrado de un producto natural generado por la caña de azúcar, entre otras plantas. En esta nota te explicamos cómo usar azúcares para el cultivo de marihuana y mejorar tus cogollos.
Los azúcares son los grandes combustibles de la naturaleza. Funcionan como fuente de energía para las células vegetales y animales además de ser indispensables para una enorme cantidad de procesos y mecanismos naturales. Incluso en las células vegetales no solo sirven de alimento sino también constituyen parte de la celulosa que genera la resistencia y plasticidad de la materia vegetal.
Técnicamente los azúcares son sustancias formadas por carbono, hidrógeno y oxígeno, poseen sabor dulce y son muy solubles en agua. Debido a su estructura molecular pueden ser clasificados como monosacáridos, disacáridos y polisacáridos, siendo el más conocido el disacárido compuesto por glucosa y fructosa y denominado sacarosa, el más producido por las plantas. Con solo agua, oxígeno y la energía producida por la fotosíntesis, los vegetales son capaces de producir estas sustancias indispensables para la vida.
¿Cómo usar azúcares para el cultivo de marihuana?
Una práctica muy utilizada en el cultivo de cannabis es el agregado de azúcares y carbohidratos en forma de melazas, una enmienda que apunta tanto a la salud del suelo como a la nutrición de la planta. Se trata de una técnica muy usada en la floración y que puede traer varios beneficios.
Desde el punto de vista químico, el azúcar en una planta de marihuana es un elemento tan indispensable como los nutrientes minerales. Es el combustible y el catalizador de procesos indispensables que convierten una semilla en un cogollo.
¿Se puede usar azúcar para engordar cogollos?
Siempre que hablamos de “azúcar” en cultivo de cannabis nos estamos refiriendo a productos como la melaza de caña o el azúcar mascabo. Existen también opciones como miel y jugos de frutas, pero las dos primeras son las más utilizadas.
Una vez aclarado el tipo de azúcar utilizado en el cultivo de cannabis, vale aclarar que el agregado de azúcares no produce un engordamiento directo de los cogollos sino que cumple varias funciones como mejorar la vida microbiana del sustrato donde crecen las plantas. En el caso de los polisacáridos más complejos, estas sustancias son descompuestas por hongos y bacterias clasificadas como “benéficas” ya que aumentan la disponibilidad de nutrientes asimilables por las plantas al descomponer la materia orgánica presente en el suelo.
Esta mejora en la alimentación de la planta es el factor que si conduce a un mejoramiento directo de la calidad de la cosecha, ya que evita esfuerzos de la planta por optimizar la nutrición. No se trata de reemplazar los azúcares de producción natural por azúcares agregados sino de preparar las condiciones ideales para que las plantas puedan desarrollarse en todo su potencial.
Normalmente las plantas redirigen los excesos de azúcares hacia las raíces, donde sirven para alimentar la fauna del suelo, en forma similar a como las hojas se convierten en el sustrato de las próximas generaciones. La idea de agregar azúcares durante el cultivo apunta a que este agregado extra mantenga sano el suelo y permita que la planta utilice toda la energía en producir flores.
Cómo usar agua con azúcar para floración
Aunque el agregado de agua con azúcares puede realizarse durante todo el ciclo de cultivo, su uso está especialmente extendido en el período de floración, donde se puede combinar con otros fertilizantes y preparados caseros para mejorar el tamaño, el sabor y el aroma de las flores al incrementar la producción de resina y la calidad de la misma.
En general se utilizan una o dos cucharadas soperas de melaza de caña no azufrada en cuatro litros de agua. Este preparado se puede aplicar en el riego o usar foliarmente, con el mismo criterio que utilizamos para rociar plantas en floración: evitar los días de humedad ambiente muy alta, sacudir las ramas para retirar el exceso que pueda introducirse en el interior de las flores y ventilar muy bien.
El preparado de agua y melaza de caña es también la base de varios preparados, fermentos y enmiendas caseras de uso en el cultivo orgánico. Los azúcares disueltos favorecen la reproducción de microorganismos útiles, potenciando todo el preparado. Es común mezclar la melaza con fertilizantes como el guano de murciélago, el compost y durante el período vegetativo el humus de lombriz.
Si elegimos preparar combinados de agua, melaza y materia orgánica, debemos tener en cuenta que el tiempo que deben reposar (que suele ser entre 24 y 72 horas) deben airearse con un aireador de pecera o removerse varias veces al día, para evitar la descomposición anaeróbica que pueda traer bacterias nocivas.
¿Puede traer problemas usar azúcares en el cultivo?
Si bien los azúcares son un elemento fundamental para la vida de la planta, su uso en exceso o sin tener en cuenta algunas precauciones puede traer complicaciones.
El aspecto fundamental al usar azúcares en el cultivo es utilizar melaza de caña no azufrada (ya que el azufre puede inhibir y hasta matar la vida microbiana) o azúcar mascabo si vamos a preparar fermentados de jugo de plantas. Otros preparados caseros con fructosas, glucosa y distintos azúcares como jugos de frutas o arropes pueden ser útiles pero su uso no se encuentra tan difundido y en el caso de los jugos de frutas, si contienen pulpa pueden atraer plagas.
Al mismo tiempo cabe destacar que el uso de azúcares y melaza en el suelo estimula la proliferación de bacterias y microorganismos, tanto benéficos como posibles patógenos. Una buena medida para evitar la presencia de patógenos en el suelo es utilizar trichodermas y micorrizas o preparados como el de cola de caballo.
Las micorrizas y trichodermas son especies de hongos benéficos que colonizan el suelo y en asociación con las raíces mejoran la absorción de algunos nutrientes, al mismo tiempo que protegen de la invasión de otros patógenos fúngicos como el Fusarium. El preparado de cola de caballo es otro aliado interesante para mejorar la resistencia de las plantas y disminuir las probabilidades de sufrir ataques de hongos.