En los últimos tiempos, los extractos con cannabis se volvieron una opción terapéutica muy popular. Sin embargo todavía existen algunos mitos y escasa información sobre aspectos básicos como la conservación de dichos extractos. ¿Se vence el aceite de CBD? Te explicamos todo lo que querés saber.
¿Se vence el aceite de CBD?
Popularmente hablamos de “fecha de vencimiento” para referirnos al período aproximado en que un fármaco o un alimento deja de ser seguro para ingerir o no es recomendable su ingestión.
Esto puede suceder por varios motivos y es diferente si se trata de un alimento o un producto farmacéutico.
En el caso de los alimentos, una vez pasado el tiempo recomendado para su consumo, se pueden dar modificaciones en la textura o el sabor, pero también generar bacterias nocivas para la salud.
Los fármacos y medicamentos no sólo pueden perder efectividad sino también, raramente, transformarse en sustancias cuya ingestión no es recomendable. Esto se debe a las diferentes reacciones químicas que suceden con el tiempo y la exposición a temperaturas, luz u oxígeno.
Técnicamente, el cannabis y los extractos realizados con la planta no se vencen, sino que los cannabinoides se degradan a formas inactivas y pierden efectividad. Esto quiere decir que un aceite de CBD mal conservado no nos generará una intoxicación, sino que no producirá efectos medicinales.
Algunas formas milenarias de extracción como el hachís era conservado durante años sin que se alteraran sus propiedades ni causara intoxicaciones.
El secreto consiste en la manera en que guardemos y preservemos los extractos de la temperatura, la luz y el oxígeno. Tal como sucede con las flores secas, una preservación adecuada puede mantener sus cualidades por mucho tiempo.
De la misma forma que sucede con las flores, hay que diferenciar entre un producto que no es recomendable usar por su escasa psicoactividad, como flores guardadas por mucho tiempo, de un producto que no es recomendable utilizar por sus condiciones de preservación, como las flores con mohos y hongos.
¿Cómo conservar el aceite de cannabis?
Para entender cómo guardar cannabis o extractos de cannabis como puede ser el aceite de CBD, debemos remontarnos al origen: el cultivo de la planta y la formación de sus flores.
Los cannabinoides son producidos por los tricomas, unas pequeñas glándulas que se generan sobre las flores de las plantas hembra, los cogollos, y en menor medida en las plantas macho.
Estas glándulas producen una secreción conocida como resina y en la resina están contenidos los cannabinoides y las sustancias que dan sabor y aroma a las flores.
Tanto la planta como los tricomas tienen sus procesos de maduración. En los tricomas, la exposición a la luz y el oxígeno genera un proceso donde la resina se va oscureciendo y la cabeza del tricoma se puede desprender más fácilmente del cuerpo del tricoma. Así se puede determinar el punto de cosecha.
Sin embargo, debemos tener en cuenta un aspecto fundamental del cultivo de cannabis: los tricomas “frescos” no son psicoactivos. Para que los cannabinoides se vuelvan psicoactivos debe suceder un proceso conocido como descarboxilación, una auténtica transformación química.
En este proceso los cannabinoides pierden el grupo carboxilo (que les da la forma conocida como “cannabinoides ácidos” como el THC-A) y algunos se vuelven psicoactivos, como el THC.
Esta descarboxilación sucede de manera natural, con la exposición a la luz, el oxígeno y las temperaturas o artificial, cuando fumamos, vaporizamos o precalentamos la materia vegetal para ser cocinada o extraída.
La degradación de los cannabinoides y las sustancias aromáticas es un proceso que puede ralentizarse de muchas maneras, pero al fin y al cabo es inevitable. Cuanto más eficiente sea la técnica que utilicemos para su conservación, más tiempo podremos ralentizar este proceso natural.
¿Cómo se debe conservar el CBD?
El tiempo que puede durar un extracto con CBD depende de varios factores: la tecnología de extracción, los elementos usados como excipientes, el envase y el lugar donde guardemos el mismo.
En muchos casos la resina o los cannabinoides son disueltos en medios oleosos como el aceite de oliva o coco. En otras presentaciones se usan productos comestibles. Los diferentes plazos de conservación de cada producto van a influir en el tiempo que se preserve la actividad de los cannabinoides.
Como primera medida debemos utilizar frascos o goteros opacos con cierre hermético. De esta manera no sólo nos aseguramos de que evitamos la luz, capaz de degradar sustancias químicas, sino también el ingreso de oxígeno.
En la industria química y farmacéutica se utiliza el vidrio ámbar para evitar el paso de la luz, también podemos cubrir los recipientes con papel opaco o conservarlos en cajas de cartón o plástico.
Los envases adecuados también deben guardarse en el lugar adecuado, es decir alejados de la luz solar, de altas temperaturas y de otros productos químicos.
Como regla general, una temperatura de entre 10 y 20 grados es suficiente para preservar aceites vegetales en buenas condiciones.
¿Qué pasa si consumo aceite de CBD vencido?
Si usamos un extracto o un producto con CBD que creemos ya superó su tiempo recomendado de uso, lo más probable es que no experimentemos ningún tipo de efecto. También puede suceder que el efecto sea inferior a lo esperado.
Podemos considerar los extractos de cannabis como un todo formado por dos partes: una parte que puede o no presentar efectos debido al paso del tiempo, los cannabinoides, y otra parte que puede degradarse y pudrirse, como el aceite o la masa que forma un brownie.
Existen varias maneras para saber si un extracto es seguro para ingerir, aunque no apuntan a los cannabinoides y su preservación sino al estado del excipiente. Por ejemplo, aceites que huelen rancio o podemos observar fases separadas no son recomendables de ingerir.
Es importante distinguir que algunos aceites como el aceite de coco pueden variar de estado según la temperatura, mostrando a veces una coloración más opaca. No debe confundirse con la presencia de mohos u hongos por una mala conservación.
Esto es fácil de comprobar exponiendo el aceite a temperatura ambiente, donde debería volver otra vez a la transparencia original. Caso contrario, debemos descartarlo o abstenernos de usarlo.