CANNATEST es un kit de testeo para cannabinoides creado en Argentina y permite determinar la concentración de cannabinoides de una muestra en forma doméstica. Sus creadoras, Lorena Albarracín y Diana Castellanos, recibieron esta semana un Diploma al Emprendedor en el rubro científico tecnológico por parte de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.
Se trata del único test de sus características y fue creado y patentado en nuestro país. El método permite identificar concentraciones en distintos materiales como flores, extracciones o aceites y es de gran utilidad para cultivadores, médicos y usuarios que desean saber el contenido de mg/g de cannabinoides como el THCA, THC, CBDA y CBD a través de un método cualitativo y cuantitativo. Cualquier persona puede utilizarlo desde su casa y se requiere de una muestra mínima para obtener el resultado.
Sus creadoras nacieron en Colombia y viven en Argentina hace más de una década: acá estudiaron y se abocaron al desarrollo y la fabricación de este test, que cuenta con un novedoso método a nivel científico y se constituye además como un invento argentino.
THC habló con Lorena Albarracín, parte del tándem de desarrolladoras, que explicó de qué se trata el producto y cómo permite la medición de cannabinoides, con especial beneficio para usuarios con difícil acceso a laboratorios y personas que deseen llevar un control de calidad de sus elaboraciones.
¿Qué significa para ustedes haber recibido este diploma de la Legislatura?
Estamos muy contentas con esta mención, que entregó la Legislatura porteña a través de Juan Moradelli. Anteriormente había presentado el proyecto el diputado Claudio Morresi, que terminó su mandato en diciembre. Ellos son del bloque Unión por la Patria y el rubro del diploma que nos entregaron fue “científico tecnológico”. La entrega de la mención se hizo porque esto es un invento argentino, no existe ningún kit de estas características en el mundo.
Ellos vieron esto, nosotras lo patentamos en Argentina y ellos estaban relevando invenciones que fueran de interés social, y CANNATEST tiene como política brindar acceso a las personas a productos de calidad. La mención me la entregaron a título personal, pero es para el proyecto.
¿Qué es CANNATEST?
Es un kit que permite identificar y cuantificar cannabinoides a través de cromatografía en capa delgada; esta técnica ya existe para productos naturales, lo que resulta un invento es que con este kit logramos entregar resultados en miligramos sobre gramos (mg/g) de la muestra. Con un kit, la persona puede hacer un procedimiento en su casa, estamos entregando los mismos resultados que un laboratorio.
En sí, el testeo es un procedimiento químico, entonces hay una serie de pasos que hay que realizar, por eso cuando una persona compra el kit siempre tiene una instancia de asesoría y después nos envía una plaquita que es donde hacemos el análisis de la información. El primer medio que mostró nuestro kit en su momento fue THC, en diciembre de 2021.
¿Cómo se realiza el procedimiento?
Se prepara la muestra, se le pone una solución para extraer los cannabinoides y luego con un capilar -como una agujita de vidrio- se siembran unos puntitos en la base de la placa. Luego eso se pone en el frasco, ahí se le pone una solución, la plaquita adentro y eso empieza a absorber igual que un papel; va subiendo y va haciendo que cada cannabinoide se quede anclado en un puntito.
Cuando ya está a punto de terminar de correr la placa y le falta medio centímetro, la sacamos y le aplicamos con el splash un colorante. Ese colorante nos va a permitir ver unas plaquitas donde se ve el resultado. Nosotras inicialmente, habíamos desarrollado un sistema para que se pudieran comparar los colores con esas placas, como una regla de color. Se comparaban los colores y se sabía un aproximado, 10, 20, 30.
¿Cómo funcionaron los primeros ensayos?
Y era algo muy inexacto, no resultaba tan preciso para lo que queríamos llegar, así que lo que hicimos fue encontrar equipo (el HPLC) que es el que realiza la cromatografía líquida en el laboratorio. Se empezó a hacer una curva de calibración de la colorimetría que iba dando cada cannabinoide -esto se hace frente a un patrón, de THC, de CBD, etc.- y entonces cuando la persona termina de revelar el color toma una foto, nos la envía y nosotras lo subimos al software que creamos y ahí nos da, por el color y el tamaño del circulito, exactamente la cantidad de miligramos sobre gramos de la muestra. Así que es bastante exacto.
Ya llevamos varios años de trabajo y esto nos ha permitido ir afinando cada vez más la técnica. Los resultados están alrededor de un 99% de efectividad. Inicialmente la tabla de color la habíamos hecho en base a esa primera curva de calibración, entonces teníamos ya una idea, pero nos pasaba mucho que la persona nos decía “yo acá veo un CBD por el color” y les decíamos “no, este color es más rojizo…”. Para eliminar eso creamos el software; directamente nos lo mandan a nosotras y les enviamos un informe de resultados como lo haría cualquier laboratorio.
¿Cómo resuelven las posibles variables en torno al color que pueden surgir a la hora de tomar las fotos?
A los usuarios les damos unas condiciones para tomar la foto de la cromatografía, generalmente les pedimos que lo escaneen y si no, pedimos que se tome una foto con luz blanca, a la mañana y en el exterior, para que quede lo más fidedigno posible.
¿En qué se encuentran trabajando actualmente?
Y ahora estamos en una segunda etapa, estamos trabajando en un software para aplicación de celular. Lo que va a suceder ahora es que la persona va a tomar la foto con el celular, que ya tiene un filtro específico para que salga bien la imagen, y automáticamente le va a salir el informe de resultado. Pero todavía estamos trabajando en eso.
Yo vivo hace 15 años acá, pero tuvimos un laboratorio en Colombia desde 2016, y pensábamos mucho en las personas que no pueden ir a una ciudad a hacer una cromatografía. Esto está pensado para áreas rurales, para gente que no tiene acceso a laboratorios. Acá está la red de laboratorios públicos pero también hay varios problemas respecto al cannabis: uno, que generalmente solo analizan aceites; otro la demora de resultados -porque con todo el contexto que estamos viviendo muchas universidades no están teniendo los reactivos para hacer los análisis- e inclusive en laboratorios privados demoran los resultados. Nosotras entregamos los resultados en siete días, porque entendemos que la persona está produciendo, elaborando y necesita un resultado pronto.
El producto ya está patentado, ¿están en etapa de producción y venta?
Somos una cooperativa de trabajo, Indescan Limitada, y estamos constituidas hace 3 años. Tenemos un laboratorio de fitopreparados donde trabajamos con tinturas madres, aceites esenciales, hidrolatos y productos cosméticos, no con cannabis sino con otras plantas medicinales, porque todavía no podemos producir a ese nivel.
Por otro lado, con la cooperativa tenemos CANNATEST, que está en el mercado en Argentina desde 2021. Lo venimos vendiendo desde entonces, no tenemos ningún tipo de restricción para la comercialización ya que los reactivos que utilizamos son todos de libre venta, es algo que nos costó un poco -poder conseguir estos reactivos fácilmente- y por eso también es parte de la invención.
¿Existen otros métodos similares en el mundo?
Hay métodos similares como el GemmaCert, pero ese método ya no está funcionando mucho, porque la empresa es israelita y trabaja con otra técnica, que solamente permite trabajar con flores. Y al ser de la Universidad de Jerusalén el producto ya no está funcionando bien: es con una base de datos, y por la guerra y los conflictos allá, está desactualizado. CANNATEST no depende de una base de datos ni de nada externo, sino que el resultado se puede ver directamente.
¿Quiénes son los principales consumidores de CANNATEST?
Desde CANNATEST queremos dar acceso al control de calidad a las elaboraciones domiciliarias. Una mamá que está realizando su aceite quiere saber qué le está dando a su niño o niña. Una persona que es fitomejorador también lo usa, porque otra parte de la invención es que con CANNATEST se puede testear a partir de la segunda semana de floración, entonces puedo hacer todo el seguimiento del ciclo de floración, hacer comparativas y fitomejoramientos en la producción de cannabinoides.
También para personas elaboradoras, que hacen extracciones y se dedican a hacer aceites por ejemplo. ONGs, clubes, organizaciones o cultivadores solidarios también analizan flores, extracciones y aceites que elaboran; y otro público son los médicos.
¿Qué proyectos tienen de cara al futuro?
Somos parte de la Federación Cannábica Bonaerense, y junto a ellos epresentamos un poster científico en el 3er Congreso de Cannabis y Salud de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Hicimos un análisis de acentes de la provincia durante todo el año pasado: analizamos 117 aceites y con esa información empezamos a crear una biblioteca o un repositorio, que la vamos a publicar pronto.
Estamos haciendo una página web donde los médicos se van a poder inscribir con su matrícula y van a poder buscar la formulación que necesiten para sus pacientes. Lo que estamos haciendo ahí es un puente entre los productores y los médicos, para que se encuentren y podamos empezar a mover también las economías locales de esas personas.
Va a ser una manera de que empecemos a trabajar con las federaciones; ahora lo hacemos desde la FCB porque somos parte, y ahora estamos hablando con la Federación de clubes que también quieren acceder a este repositorio. Eso para pensar también que los clubes cannábicos que están funcionando no solo funcionan con un fin recreativo sino para hacer aceites medicinales.
También queremos llegar a otros países con el kit, es algo que nos vienen pidiendo mucho y estamos viendo cómo llegar a eso, trabajando, porque es complicado. Y otra cosa, que presentamos como proyecto con la Federación, es un Laboratorio de Servicios para la comunidad cannábica. Se van a ofrecer varios servicios como micropropagación, cromatografía, certificación de materias, todo lo que esté relacionado con la manufactura de un producto de cannabis medicinal.
Por otro lado, desde hace un tiempo la municipalidad de Santa María, provincia de Buenos Aires, viene trabajando junto a la organización Santa María 420 y les facilita la compra de kits con los que ellos realizan cromatografías en la zona. La idea es hacer eso mismo en otros lugares, que los municipios empiecen a patrocinar que las personas puedan tener cromatografías. Ese es otro objetivo a futuro.
¿Cuál es el objetivo final al que desean llegar con CANNATEST?
Si bien queremos vivir de esto, el objetivo no es el dinero sino hacer que la gente realmente pueda tener una competencia real en el mercado con sus productos. Luchamos para que esto no sea de las farmacéuticas y se termine quedando ahí.
Los grandes laboratorios sí o sí van a imponer que trabajemos con CBD y sabemos que inclusive desde el punto de vista científico no tiene 100% de efecto en todas las patologías, mientras que el THC sí nos brinda otras posibilidades. La idea de CANNATEST es esa, y militar junto a la comunidad cannábica.