Armar un cuarto de cultivo requiere de una buena planificación y organización del espacio, donde todo debe estar pensado con anticipación. En este sentido, la ubicación de las lámparas no debe ser algo al azar. Debemos procurar que todas las plantas reciban su iluminación, ubicando cada foco a la distancia adecuada para evitar inconvenientes por exceso de calor. Aprendé a optimizar tus espacios y conocé los factores esenciales al momento de ubicar las luces.
¿Cuántas plantas poner en un foco?
Existe una regla general que nos puede ayudar a calcular la distribución de focos y plantas en un indoor. Básicamente, se estima que en un metro cuadrado (m²) caben aproximadamente 9 plantas en macetas de 10 litros. Con este dato en mente, solo queda determinar cuántos focos son necesarios para iluminar esa área.
Tomemos como ejemplo las lámparas de sodio. Un foco de sodio de 400W es suficiente para iluminar un m². Entonces, bajo esta premisa, si utilizamos macetas de 10 litros en una superficie de un m², podríamos colocar 9 plantas bajo un foco de sodio de 400W. Este cálculo puede ser trasladado a otro tipo de iluminarias, simplemente cambiarán la cantidad de focos dependiendo de la potencia de la fuente.

¿A qué distancia se coloca un foco?
La distancia en la que colocamos las luces también es importante y no es algo aleatorio. Si las ubicamos demasiado lejos de las plantas, se puede afectar el rendimiento; pero si las ubicamos demasiado cerca, podemos quemar las hojas y provocar un estrés lumínico en nuestros cultivos que es muy perjudicial.
Para ahorrarnos estos problemas, simplemente hay que averiguar cuál es la distancia ideal según el tipo de luminaria. Con las lámparas LED suele ser más fácil, porque al momento de comprarlas, el mismo fabricante suele dar las indicaciones correspondientes a las distancias mínimas y otros detalles.
Pero si utilizamos otra clase de fuentes, podemos recurrir a un medidor de PPFD (densidad de flujo de fotones fotosintéticos) para encontrar la mayor cantidad de luz posible sin que la temperatura cause daños significativos.
Por supuesto, la distancia se irá modificando dependiendo de la etapa del cultivo en la que nos encontremos. En líneas generales, la longitud va disminuyendo a medida que el cultivo va avanzando.
Para más detalles, accedé a esta nota donde vas a visualizar una tabla con las distancias exactas según nos encontremos en periodo de germinación, vegetativo o floración.
Colocación de las lámparas
Lo que vimos hasta ahora forma parte de la planificación. Se trata de esas cuestiones que es conveniente resolver antes de la puesta en práctica y el armado del indoor. Una vez tengamos resuelto el tipo de iluminación, la cantidad de focos y el resto de cuestiones que componen a un cuarto de cultivo, podemos proceder a la instalación de las lámparas. Para esto, podemos armar un sistema de poleas de forma casera.
Paso a paso para la instalación del foco
1- Determinar el material para colgar las lámparas: La opción más clásica son las sogas de polímeros plásticos, pero si las elegimos, debemos asegurar bien los nudos durante la instalación para evitar que se desarmen. Además, hay que ser precavidos porque el calor de las luces puede afectar la composición de las sogas sintéticas, disminuyendo su resistencia. Otra alternativa es utilizar alambre de acero, ideal para quienes necesitan colgar varias lámparas juntas. Independientemente de la opción que elijamos, debemos cubrir las sogas con plástico para evitar la fricción.
2- Instalación de la soga: Una vez hayamos elegido el material, colocamos una pitón abierta en el extremo superior de una de las paredes laterales del cuarto de cultivo y atamos la soga a ella.
3- Instalación en el techo: En el techo, colocamos una pitón abierta con una polea, justo por encima de donde irá la lámpara.

}4- Repetir el segundo paso: Realizamos nuevamente el segundo paso, pero en la pared lateral opuesta. Por allí parasará la soga, que finalmente se atará a una pitón abierta ubicada en la parte baja de esa misma pared.
5- Colgar la lámpara: colocamos poleas fijas de dos o más puntos en la tapa de la lámpara, por donde pasarán las sogas. Esto es para que los focos se encuentren estables en su posición y no oscilen, de manera que no exista una variación en la iluminación que reciben los cultivos.
Para realizar estos trabajos, es fundamental ser extremamente cuidadosos. Las sogas pueden actuar como conductores de electricidad, y esto puede generar un accidente doméstico. Por eso, el reflector debe tener una descarga a tierra adecuada.
Además, debemos evitar que los cables de la lámpara entren en contacto con las sogas. Por otro lado, recordemos siempre comprobar que los nudos estén bien asegurados, y que las sogas soporten adecuadamente el peso de las lámparas al momento de su instalación.
¿Cómo optimizar el uso de la luz?
Ya tenemos las luces colocadas, ¿qué podemos hacer para ahorrar energía y aprovechar al máximo nuestra fuente? Se pueden ambientar las paredes, para que la luz se refleje y llegue a la mayor parte de los espacios de cuarto de manera equitativa.
Para elaborar estas paredes reflectoras existen dos opciones:
1- Pintar las paredes: Esta opción es bastante sencilla. Consiste simplemente en pintar las paredes de blanco, preferiblemente con pinturas mate, ya que las pinturas brillantes contienen plásticos en su composición que absorben una porción considerable de luz. Sería bueno también que la pintura sea lavable para corregir fácilmente cualquier mancha de suciedad. Por otra parte, si los muros de nuestro indoor se humedecen fácilmente o son de materiales susceptibles a la humedad como la madera, podemos utilizar pintura fibrada para techos, que combaten el filtrado del agua.

2- Papel mylar: El papel mylar es aquel papel reflectante que se encuentra en la parte trasera de las etiquetas de gaseosa. Se vende en rollos y puede pegarse fácilmente a las paredes con cinta bifaz o cinta plateada, procurando que quede bien estirado, sin curvaturas para que no se filtre la humedad. El mylar debe colocarse del lado que refleja menos luz. Se trata de una opción que viene muy bien para paredes de madera o aglomerado y puede limpiarse con productos desinfectantes de ser necesario.