Existen miles de formas para usar el cannabis. Algunas son tan antiguas como la humanidad, otras nacieron en tiempos modernos. Te contamos todo sobre el dabbing, la forma de usar extracciones que hace furor por la pureza del sabor y el aroma.
¿Qué es el dabbing de cannabis?
Aunque fumar sea la forma más popular de usar el cannabis, cada vez más personas buscan otras formas de inhalar los compuestos activos de la planta para gozar de sus beneficios medicinales y recreativos. De eso se trata el dabbing, una técnica para consumir de manera vaporizada una forma altamente concentrada de marihuana.
El “dab” entonces es la dosis del extracto de cannabis que se calienta a altas temperaturas y se inhala. De esta manera la persona que dabbea tiene asegurado un viaje mucho más potente y le posibilita disfrutar del sabor de la variedad de cannabis. Además de posicionarse como un producto gourmet, el dabbing garantiza un viaje más saludable por la ausencia de subproductos que se desprenden de la combustión de la materia vegetal y porque requiere menos inhalaciones que el fumar.
Como veremos más adelante, las extracciones de marihuana puede obtenerse de manera química o mecánica y siguiendo una serie de consejos de secado, elaboración y conservación de cannabinoides y terpenos podemos gozar de sus propiedades por mucho tiempo.
¿Cómo se usa el dab?
A medida que inhalar los compuestos activos de la planta se fue popularizando y las ventas de extracciones crecieron un 40% entre 2019 y 2020, el mercado comenzó a ofrecer nuevos y modernos elementos entre pipas, bongs, vaporizadores y rigs. El “dab”, la dosis del extracto de cannabis, se consume colocándolo en un rig. Un rig para dabbing de cannabis es una pieza especial para calentar y evaporar los concentrados.
A diferencia de un bong o una pipa, el rig es una herramienta que permite someter las extracciones a temperaturas mucho más altas por el diseño de la cazuela que permite que el calor se difunda de manera pareja.
Además, en vez de un filtro de metal como tienen los bongs, los rigs poseen un “nail”. Esta pieza puede estar elaborada a base de vidrio, titanio o cuarzo y gracias a ella el concentrado de cannabis se calienta a la temperatura de ebullición sin quemarse. El dabbing consiste en inhalar los vapores resultantes de este proceso.
La temperatura recomendada para disfrutar de los terpenos al máximo depende de cada sustancia, el perfil de terpenos y sustancias volátiles y la textura del material. Sin embargo, se suelen utilizar temperaturas mucho más altas que vaporizando.
Los equipos para dabbing de cannabis que ofrece el mercado se fueron sofisticando y hay rigs electrónicos que cuentan con un sistema electrónico diseñado para el proceso de calentamiento de un clavo de titanio o de borosilicato.
Pero el calor también se puede obtener con la llama de un soplete. En este caso hay que tener en cuenta que si la temperatura es mayor puede quemar los compuestos afectando los efectos y de esta manera también arruinar su sabor.
Por este motivo, una técnica recomendable para dabear es depositar el extracto en la cazuela de cuarzo o vidrio y aplicarle calor hasta que veamos que se derrite. Así podremos inhalar los compuestos volatilizados y apreciar tanto el sabor como el aroma en su máxima pureza.
¿Cuánto dura el efecto del dabbing de cannabis?
Como su definición lo explica, el dab consiste en un concentrado de terpenos y cannabinoides entre otros compuestos que permite llevar a un nivel superior la experiencia cannábica en cuanto a los efectos y el sabor. Esto se debe a que el dabbing implica la inhalación de una mayor proporción de THC entre otros cannabinoides y terpenos que los que obtenemos a través de fumar una flor seca. La comparación se estipula en que los cogollos secos según la variedad contienen entre 10 y 30 % de THC mientras que los extractos alcanzan entre un 60 y 90%.
Al mismo tiempo, no hay que olvidar que aunque el dab represente un extracto de la planta, los efectos en el sistema nervioso son los mismos que los producidos por cogollos secos o el aceite. Por este motivo si hacemos concentrados a base de una planta con una genética con alto contenido de CBD, vamos a mantener proporciones y contenidos similares.
¿Cuáles son las distintas extracciones para hacer dabbing de cannabis?
La forma más antigua en que la humanidad consume cannabis es el hachís. También llamado hash, la primera extracción de cannabis es una pasta oleosa que se consigue como resultado de la extracción mecánica de las glándulas de resina y la posterior aplicación de temperatura y presión.
Desde la antigüedad se crearon otros métodos de extracción para aprovechar los compuestos aromáticos, medicinales y psicoactivos. El principio es el mismo en todos: separar la cabeza de los tricomas que contienen resina de la materia vegetal. De esta manera se reduce el volumen y se concentran las propiedades organolépticas de la planta: el sabor, el aroma y los efectos.
Hay maneras de lograr concentrados de cannabis con y sin solventes. En el caso de separar los tricomas utilizando solventes estos químicos luego se evaporan. Es el caso del gas butano o el alcohol de cereal.
De la forma mecánica en cambio se utiliza presión y calor, como el Rosin. Por ejemplo, el método Wax consiste en que una vez separados los tricomas de la materia vegetal con el gas butano licuado, se calienta para acabar con los restos del solvente y luego se agita dándole golpes.
En el caso del método Shatter la clave es no agitar ni calentarlo para conservar los terpenos. Este método es el preferido para quienes juegan a crear diseños con la extracción de cannabinoides de consistencia oleosa y cerosa.