Uno de los principales desafíos que tiene el cultivo de cannabis son las plagas que lo pueden atacar. El control de plagas no se reduce únicamente a la tarea de rociar con determinados productos acuñados bajo el nombre de antiplagas, sino que se trata de una situación ambiental que requiere diversidad de acciones que contribuyen a erradicar o limitar al agente biológico que lo causa.
Abusar de insecticidas genera problemas de resistencia, creando así plagas más fuertes y difíciles de erradicar.
Los focos infecciosos se transforman en plagas cuando las condiciones climáticas les son favorables y cuando la planta se encuentra en un estado de vulnerabilidad. Por eso, evitar el desbalance de estos dos aspectos es fundamental. Se acerca el verano y es en esta estación donde enfrentamos los calores más intensos del año. Por ello, vamos a dar algunas recomendaciones.
Control de plagas: poda de bajos
Remover las porciones más bajas de la planta (alrededor de ⅓) ayuda a mejorar la circulación de aire y promueve el encañamiento de la rama, lo que la vuelve más robusta frente al ataque de insectos. Podemos usar tutores para abrir aún más la estructura de la planta, además de mejorar la producción contribuimos a evitar la formación de bolsones de aire húmedo que suele estancarse.
Control de plagas: Manejo de temperatura
La temperatura y la humedad son las dos variables más importantes a la hora de generar un ambiente que sea favorable para el desarrollo de la planta y desfavorable para el de las plagas. Cuando esté equilibrio falla (el cual podemos construir y monitorear con la tabla de DPV), las posibilidades de aparición de nuevas enfermedades aumentan.
Por lo tanto, si debemos empezar por algún lado a cuidarnos de las plagas, este debería ser nuestro punto de partida. Muchas veces en exterior esto no es posible, por lo que podemos mitigar el calor con el uso de media sombra y ventiladores aspersores para bajar la temperatura.
En el caso de cultivo en interior, además de valernos del uso de aire acondicionado y humidificadores, podemos prender el ciclo de luz en la noche, es decir en las horas más frías del día.
Vigilancia
Estar presentes constantemente en búsqueda de marcas y ser constantes con la aplicación de preventivos (podemos usar jabón potásico o preparados a base de bacterias) contribuye a limitar y detectar de forma temprana los focos infecciosos.
Abusar de insecticidas químicos u orgánicos genera problemas de resistencia, creando así plagas más fuertes y difíciles de erradicar. En ese sentido, podemos ver que tan solo es una solución momentánea y fácil, que si seguimos usándola sin criterios nos dará como resultado plagas más resistentes y difíciles de erradicar.