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Etapas de crecimiento del cannabis: guía completa

En el proceso de cultivo de las plantas de cannabis, se puede hablar de 3 facetas bien diferenciadas: germinación, periodo vegetativo y floración. Cada una de estas etapas de crecimiento del cannabis presenta sus características y requiere de cuidados específicos, para luego pasar a la tan esperada cosecha de las flores. A continuación, un repaso por cada momento de vida de las plantas, y consejos esenciales para llegar sin problemas al corte.

Etapas de crecimiento del cannabis: germinación

Aquí es donde inicia todo. Los primeros momentos de vida de la planta son sumamente importantes, y al tratarse de un organismo aún frágil y en pleno desarrollo, hay que ser bastante cuidadosos.

Método de germinación OVNI

El método más difundido y fácil para la germinación es el método OVNI. Esta técnica consta básicamente de poner las semillas entre dos servilletas húmedas que irán dentro de dos platos hondos (uno servirá como base y el otro, como tapa, simulando la forma de un platillo volador).

Este dispositivo luego se coloca en un lugar oscuro y cálido, chequeando cada aproximadamente 12 horas el estado de las servilletas. Si se han secado, habrá que espolvorearlas con agua para que se mantengan húmedas.

Con este método, las semillas tardarán entre 2 a 10 días en abrirse. Esto va a depender de que tan viejas sean las semillas que estemos germinando.

Cuando la radícula de la semilla tenga al menos dos centímetros, ya podremos pasarla al sustrato, que debe ser liviano y bien aireado. Un simple vasito de plástico puede servir como contenedor, ya que tenemos que utilizar una maceta acorde al tamaño de la planta para no desperdiciar el suelo en vano.

Una vez que asoma la punta de la raíz podemos pasar las semillas germinadas al sustrato que utilizaremos en el cultivo.

Casi siempre, algún contenedor de no más de 250 cc sirve, excepto en el caso de las autoflorecientes, que deben colocarse en su maceta definitiva, aquella que usaremos para la totalidad del cultivo. Esto se debe a que estas genéticas no necesitan de trasplantes.

Fase de plántula: cuidados esenciales para un crecimiento saludable

Lo más importante en esta etapa es que las plantas afiancen sus raíces para un crecimiento vital. Para esto, tendremos que poner el foco en lograr un correcto desarrollo del sistema radicular. Aquí juegan un papel importante los promotores radiculares, como las micorrizas, que se alojan en las raíces y ayudan a la absorción de nutrientes.

Ni hablar de la importancia del sustrato en estas etapas. El suelo debe proporcionarle a la planta correctas condiciones para transitar sus primeros momentos de vida. Para esto, es necesario un sustrato aireado, con un pH adecuado y una buena retención de agua.

La etapa de plántula es una de las más delicadas del cultivo.

Un fenómeno que puede traer problemas en la fase de plántula es el damping off, que se trata básicamente de la muerte prematura de la planta a causa del ataque de un conjunto de hongos. Lo fundamental para evitar esto es no reutilizar suelos que hayan estado contaminados y no regar de más para que el sustrato no se humedezca demasiado. También es importante que todos los elementos que vayamos a utilizar durante la germinación estén correctamente esterilizados.

Etapas de crecimiento del cannabis: crecimiento vegetativo

Esta es una de las etapas de crecimiento del cannabis más importante, porque los cuidados en este periodo determinarán posiblemente la calidad de la cosecha. La etapa vegetativa inicia cuando comienzan a brotar las primeras hojas. Es aquí cuando empezarán a formarse las ramas, el sistema radicular se terminará de asentar y la planta se preparará para dar a fruto futuras flores.

Nutrición en vegetativo

En esta etapa, tendremos que concentrarnos en proveer nitrógeno (N) a las plantas, un macronutriente que cumple un rol fundamental en la fotosíntesis y en la síntesis de compuestos fundamentales como la clorofila. El nitrógeno viene en distintas formas, y lo podemos administrar a partir de productos como la harina de sangre, tés fertilizantes o incluso humus de lombriz.

Trasplantes

El vegetativo es también el periodo en donde se realizan los trasplantes de plantas fotoperiódicas (no de las autoflorecientes). La idea es ir pasando la planta a macetas de mayor tamaño, para que crezcan mucho más y desplieguen todo su potencial. Se puede trasplantar cada 2 o 4 semanas. Cuanto más frecuentes sean, más grande será la planta.

Podas

Durante el vegetativo, es el momento ideal para realizar podas. Estas prácticas nos permiten controlar el crecimiento de la planta, algo fundamental si cultivamos en un espacio reducido. Además, la poda estimula el desarrollo de nuevas ramas, lo que mejora el rendimiento general de la planta.

También es útil para eliminar las ramas inferiores que reciben menos luz, mejorando la circulación de aire y promoviendo un crecimiento más vigoroso en las zonas superiores.

Existen distintos tipos de poda, como la apical y la FIM, que pueden adaptarse a las necesidades y objetivos de cada cultivador.

¿Cuándo termina el periodo vegetativo?

En las plantas fotoperiódicas, el crecimiento vegetativo ocurre cuando reciben más de 12 horas de luz diarias. En cultivos exteriores, siguiendo los tiempos tradicionales, esta fase puede extenderse hasta el comienzo del verano, que en el hemisferio sur inicia el 21 de diciembre. A partir de esa fecha, las horas de luz solar disminuyen, lo que induce la transición de la planta a la floración.

En interior, este proceso depende del cultivador. Una vez que la planta alcanza el tamaño deseado, se puede ajustar el fotoperiodo para que comience a desarrollar cogollos. Se recomienda permitir al menos 30 días de crecimiento vegetativo antes de cambiar el ciclo de luz.

En el caso de las plantas autoflorecientes, el crecimiento vegetativo no está regulado por la luz, sino por el tiempo. Esta fase suele durar aproximadamente un mes, tras lo cual la planta entra automáticamente en floración.

Etapas de crecimiento del cannabis: floración

El instante previo: la prefloración

La primera fase de la floración es la prefloración, donde las plantas comienzan a mostrar su sexo a través de las primeras flores (en el caso de no ser plantas feminizadas). Esta etapa puede durar entre una y dos semanas.

Solo las plantas hembras producen cogollos, mientras que los machos y las plantas hermafroditas se encargan de polinizar a las hembras, lo que las convierte en productoras de semillas en lugar de cogollos. Por esta razón, es fundamental aprender a identificar el sexo de las plantas para retirar a tiempo aquellos ejemplares que puedan polinizar a las hembras, afectando así la producción de cogollos.

Durante la prefloración podemos ayudarnos con una lupa o la cámara de un celular ya que las preflores pueden ser difíciles de observar a simple vista.

Las plantas hembras se reconocen por la presencia de un cáliz del cual sobresalen dos pelitos llamados pistilos, que pueden ser blancos, rosados o naranjas. Los machos, en cambio, se identifican por estructuras en forma de pequeñas bolsitas con cuatro pétalos, que contienen el polen. Una planta hermafrodita muestra características tanto de hembra como de macho, y también debe ser retirada para evitar la polinización.

Además, durante la prefloración es recomendable hacer el último trasplante, para que la planta entre a la floración con mayor vigor. Este también es el momento adecuado para aplicar estimulantes de floración, si así lo deseamos.

Floración: consejos para maximizar el rendimiento de tu cultivo

Llegamos a la esperada floración, el momento definitivo donde finalmente veremos los resultados de semanas de cuidado vegetativo. En floración, es fundamental no pasarnos de nutrientes, y es necesario elegir opciones orgánicas para proveerlos. Los nutrientes más importantes para este momento son el fósforo (P) y el potasio (K). Para esto, podemos administrar harinas de pescado, de sangre o de hueso. También sirve el guano de murciélago y la melaza.

Cosecha y secado: el proceso final para obtener cannabis de calidad

Momento de corte

La pregunta más frecuente sobre la cosecha es cómo reconocer en qué momento cortar. Para saber cuándo hacerlo, hay que observar a la planta. Cuando notemos que los cálices engordaron y los pistilos comenzaron a rizarse, ahí es el mejor momento para realizar el corte. Muchos cultivadores observan con lupa el color de los tricomas, y eligen cortar cuando notan que se tornaron de un color blanquecino.

Manicurado

El manicurado es el proceso de retirar las hojas que no contienen resina para optimizar el secado posterior y mejorar el sabor de las flores. Generalmente, se comienza eliminando las hojas más grandes para luego continuar con las más pequeñas. Es una tarea minuciosa que requiere paciencia y debe realizarse con comodidad, utilizando siempre herramientas esterilizadas para evitar la contaminación.

El manicurado es esencial para obtener flores de mayor calidad, con un sabor más definido y menor riesgo de infectarse con hongos durante el secado o curado.

Secado

El secado sirve para eliminar el exceso de humedad de las flores, dejando el porcentaje de humedad justo para unos cogollos de buena calidad, con buena textura.

El secado suele realizarse en armarios, según el tamaño de la cosecha. Lo importante es que el espacio que elijamos tenga una temperatura y humedad adecuadas. La temperatura debe rondar entre los 15 y los 20°C, y la humedad debe ser de alrededor del 50%. Casi siempre es difícil controlar estas variables, entonces lo importante es elegir más que nada un espacio bien acondicionado, oscuro y con buena ventilación.

Para darnos cuenta cuando enfrascar, podemos palpar los cogollos. Si los apretamos un poco y vuelven a su estado original, es porque están en las condiciones ideales para ser enfrascados. También podemos detectarlo a través de las ramas. Si las doblamos y crujen pero no se quiebran, ya estarían en condiciones.