El sol es imprescindible para el desarrollo de las plantas, pero no todas las plantas requieren o toleran la misma intensidad.
Las diferentes genéticas o variedades tienen distintos tipos de requerimientos lumínicos, esto hace que un mismo lugar para diferentes variedades no sea lo más recomendable.
En términos generales, las variedades con predominancia sativa son plantas que están más preparadas para el sol directo en pleno verano, por lo que se pueden colocar en el lugar de más exposición solar sin ningún problema.
Por su parte, las variedades con predominancia índica son plantas que se dan muy bien con tan solo unas horas de luz y, a diferencia de las que tienen más características sativas, excesivas horas de luz directa pueden llegar a hacerles daño.
El lugar ideal
La clave para detectar si una planta está cómoda en un lugar es sencillamente mirarla, en espacial prestar atención al estado de sus hojas, si están bien turgentes y erguidas o si están más bien caídas, como si la planta tuviera sed.
Si en pleno día al sol una planta está caída o pasada cierta cantidad de horas decae, entonces el lugar tenía demasiado sol para ella y lo más aconsejable sería que reciba menor cantidad de horas de luz directa.
Un dato importante a tener en cuenta con respecto al sol es que el de la mañana es el mejor. En su ubicación del mediodía, en cambio, es muy fuerte y el de tarde es como el de mañana con la contra de que si desde el amanecer la planta no recibe sol, puede espigarse fácilmente.