Si alguna vez leíste la descripción de una variedad de cannabis, es posible que te hayas encontrado con la indicación de que tiene una proporción 1:1. Este dato hace referencia a un equilibrio en la concentración de cannabinoides, específicamente de THC y CBD. Pero, ¿qué significa realmente este ratio y qué beneficios puede aportar? Descubrí si las semillas de cannabis 1:1 son la opción ideal para vos.
¿Qué son el THC y el CBD?
El THC (tetrahidrocannabinol) y el CBD (cannabidiol) son dos de los cannabinoides más estudiados y conocidos del cannabis. Mientras que el THC es el principal responsable de los efectos psicoactivos, el CBD es reconocido por sus propiedades terapéuticas.
En la planta de cannabis, estos compuestos se encuentran en su forma ácida: THCA y CBDA. En este estado, no generan los efectos característicos por los que se los conoce. Para que estos compuestos se activen, deben pasar por un proceso llamado descarboxilación, que ocurre cuando la marihuana es sometida a calor, como al fumarla o vaporizarla. Este proceso convierte el THCA en THC y el CBDA en CBD, permitiendo que el organismo los absorba y experimente sus efectos.
Las diferentes variedades de cannabis presentan distintas concentraciones de THC y CBD. Mientras algunas contienen una alta proporción de THC y bajos niveles de CBD, otras priorizan el contenido de CBD y minimizan la presencia del componente psicoactivo. Sin embargo, las variedades 1:1 destacan por mantener un equilibrio entre ambos compuestos.
¿Qué significa la proporción de cannabis 1:1?
Cuando se habla de un ratio 1:1, se hace referencia a variedades de cannabis que contienen cantidades iguales de THC y CBD. Esto genera un efecto equilibrado que resulta especialmente útil para usuarios medicinales, ya que pueden obtener los beneficios psicoactivos del THC sin que estos resulten abrumadores, gracias a la acción moduladora del CBD.
El CBD tiene la capacidad de atenuar los efectos del THC, haciendo que la experiencia sea más tolerable y controlable. En términos generales, muchas cepas con este balance presentan concentraciones de 10% de THC y 10% de CBD, aunque existen versiones con valores más elevados.

Elegir una variedad con este ratio dependerá de la tolerancia y las necesidades de cada usuario. Lo ideal es que, en casos de uso medicinal, la proporción de estos compuestos sea determinada con el acompañamiento de un profesional de la salud para garantizar la mejor experiencia posible.
Beneficios de las semillas de cannabis 1:1
Las variedades de cannabis con proporción 1:1 ofrecen un efecto balanceado, lo que las convierte en una opción popular entre quienes buscan una experiencia controlada. Entre sus principales beneficios, se destacan:
- Efectos equilibrados: al combinar THC y CBD en partes iguales, se obtiene una sensación de relajación tanto física como mental.
- Mejora en la calidad del sueño y el descanso: al proporcionar un estado de calma, muchas personas eligen estas cepas para favorecer el descanso y combatir el insomnio.
- Reducción de los dolores: estudios realizados en pacientes con esclerosis múltiple han demostrado que las cepas 1:1 pueden ser efectivas para reducir espasmos musculares y aliviar dolores crónicos.
Para quién está recomendado el cannabis 1:1
Este tipo de variedades son una gran opción para quienes buscan los beneficios tanto psicoactivos como medicinales del cannabis, pero de forma moderada y controlada.
Pueden ser usadas por usuarios medicinales que buscan aprovechar las propiedades terapéuticas del cannabis sin experimentar efectos psicoactivos intensos.
También, son una buena opción para personas con ansiedad o estrés, que desean un efecto relajante y una estimulación mental equilibrada.
Estas variedades son propicias también para aliviar dolores, o para un uso recreativo que ofrezca una experiencia suave y equilibrada.
¿Qué otras proporciones de cannabis hay?
Existen diferentes combinaciones de cannabinoides, y cada una ofrece un efecto particular.
Algunas cepas contienen más THC que CBD, siendo ideales para quienes buscan efectos psicoactivos intensos.
También están las variedades con alto contenido de CBD y bajo contenido de THC, recomendadas para quienes desean aprovechar los beneficios terapéuticos del cannabis.

Pero también se pueden conseguir cepas que contengan solo THC o CBD, dependiendo de qué priorice cada usuario.
Además de estas combinaciones, cada vez se investiga más sobre el papel de otros cannabinoides presentes en la planta, cuyas propiedades comienzan a conocerse con mayor profundidad.
¿Qué otros cannabinoides existen?
Si bien el THC y el CBD son los cannabinoides más conocidos, la planta de cannabis cuenta con más de 100 compuestos diferentes. Algunos de los más relevantes son:
- CBN (cannabinol): no se encuentra en la planta en su estado natural, sino que surge de la oxidación del THC. Posee efectos sedantes y es un cannabinoide orexígeno, lo que significa que puede estimular el apetito.
- CBC (cannabicromeno): menos conocido que el THC y el CBD, este cannabinoide ha demostrado tener propiedades analgésicas, antiinflamatorias y antibacterianas, lo que lo convierte en un compuesto con gran potencial medicinal.
¿Cómo se cultivan las variedades 1:1?
El cultivo de variedades 1:1 no difiere de las variedades «comunes»: puede realizarse en interior o exterior, dependiendo del espacio disponible y las condiciones climáticas.
Cada método tiene sus ventajas y desafíos, pero con los cuidados adecuados, se pueden obtener plantas sanas y productivas.
Cultivo en interior
El cultivo indoor permite un mayor control sobre el ambiente, lo que se traduce en cosechas más previsibles. Se requiere una carpa de cultivo o un espacio adecuado con luces artificiales, siendo las más recomendadas las LED de espectro completo. La temperatura ideal oscila entre 22 y 28°C, con una humedad relativa del 50-70% en la etapa vegetativa y del 40-50% en floración pero depende de las variedades cultivadas.

Es fundamental contar con ventilación para renovar el aire y evitar la acumulación de humedad, lo que puede generar hongos. Además, se necesita un sustrato aireado y nutritivo, como una mezcla de turba, perlita y humus de lombriz. Para el riego, se recomienda agua con pH entre 6.0 y 6.5.
Cultivo en exterior
El cultivo outdoor depende de la luz solar y el clima de la región. Las plantas deben recibir al menos 6 horas de sol directo al día y estar protegidas de vientos fuertes y lluvias excesivas. Se recomienda usar macetas grandes o cultivar en suelo directo, asegurando un sustrato rico en materia orgánica.
Las variedades fotoperiódicas florecen según el ciclo de luz natural, mientras que las autoflorecientes no dependen de la luz y son ideales para cultivos rápidos. Es importante prevenir plagas con métodos orgánicos, como el uso de neem o extractos de ajo.