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Cómo saber cuánto le falta a tu planta para la cosecha y qué hacer para acelerarla

Se acerca la etapa más esperada por los cultivadores: la cosecha, el momento en que, tras meses de cuidado y dedicación, las flores alcanzan su punto óptimo para el corte. Para quienes tienen experiencia, reconocer el instante preciso suele ser una tarea sencilla. Sin embargo, en los primeros cultivos, puede resultar un desafío identificar las señales que indican que los cogollos han madurado por completo. A continuación, una guía con los puntos claves para reconocer cogollos maduros.

Factores clave para determinar el punto óptimo de cosecha

En términos generales, existen 3 factores principales para determinar el punto de cosecha: el aspecto de los pistilos y cálices, el aspecto de los tricomas y la genética.

Los pistilos son esa especie de “pelitos” que aparecen durante la floración cubriendo los cogollos de la planta de cannabis. Su color funciona como una guía para saber cuándo cosechar. En conjunto, también se observan los cálices, que son esas hojitas que se hallan en la unión de los cogollos con el tallo. Su aspecto también puede revelar el momento de corte.

Los tricomas, por su parte, son glándulas diminutas que se encuentran a lo largo de la planta, en hojas, tallos y cogollos. Muchos cultivadores los observan con una lupa para identificar su cambio de color y determinar así el momento de la cosecha.

Por último, la genética que estemos cultivando también determinará en qué momento debemos cortar las flores, ya que dependiendo de la variedad, el tiempo de floración es más o menos extenso.

Es importante destacar que, idealmente, estos factores deben analizarse simultáneamente y no por separado, para tener una mayor cantidad de indicadores y así una mayor precisión del momento de corte

Pistilos y cálices: ¿realmente sirven para saber cuándo cortar?

Muchos cultivadores recomiendan observar el color de los pistilos como referencia para determinar el momento de la cosecha. Para aplicar esta técnica correctamente, es fundamental conocer la evolución de estos filamentos. En las primeras etapas, los pistilos son de color blanco, pero a medida que los cogollos maduran y engordan, adquieren tonalidades anaranjadas o marrones. Cuando la mayoría se torna marrón, suele ser una señal de que la planta ha alcanzado su punto de cosecha.

Los pistilos, esos pelitos blancos tan característicos de los cogollos, pueden funcionar como un indicador de corte.

Ahora, ¿realmente funciona esta técnica? La realidad es que puede tener sus fallas, porque el color de los pistilos no depende únicamente del estado de madurez de los cogollos. Las condiciones climáticas también pueden interferir en el aspecto de los pistilos, siendo las lluvias, por ejemplo, un factor que tiende a modificar su coloración. Pero en cultivos de interior, donde las plantas se encuentran en un ambiente controlado, los pistilos sí pueden ser un indicador verosímil del punto de corte.

Por otro lado, los cálices ofrecen una señal más precisa para determinar el momento ideal de corte. Cuando estos se ven hinchados y cubiertos de resina, indican que los cogollos han alcanzado su punto óptimo de maduración.


Cómo analizar los tricomas y qué indican sobre la maduración

La observación de los tricomas para determinar el punto de corte es un método ampliamente utilizado, aunque genera debate entre cultivadores debido a las diferentes interpretaciones sobre el momento exacto de la cosecha. Sin embargo, existe un criterio bastante validado que puede servir como referencia confiable.

Para llevar a cabo esta técnica, es fundamental utilizar una lupa. La clave está en analizar su coloración a lo largo de toda la planta. En las primeras etapas, los tricomas son completamente transparentes. A medida que la maduración avanza, se tornan blanquecinos, fase en la que presentan su mayor concentración de cannabinoides. Por esta razón, muchos cultivadores consideran este el momento ideal para cosechar.

El color de los tricomas, las glándulas de resina, es otro indicador de la madurez de las flores.

En la última etapa, los tricomas adquieren un tono ámbar, lo que indica que el THC comienza a degradarse por oxidación. Sin embargo, en algunas variedades sativas, es común que los cultivadores prefieran cosechar en este punto.

Es importante tener en cuenta que la observación de los tricomas es un método especialmente útil en variedades de floración rápida, donde estas pequeñas glándulas maduran de manera uniforme. En cambio, en plantas de floración más lenta, es común encontrar tricomas en diferentes etapas de desarrollo dentro de una misma planta, lo que puede hacer que este indicador no sea tan preciso.

¿Cómo influye la genética en el momento de la cosecha?

El tipo de genética que cultivemos nos ofrece una referencia aproximada del tiempo que tardará la planta en estar lista para la cosecha. Cada variedad tiene un ciclo de floración distinto, lo que influye directamente en la planificación del corte.

Las sativas son las que requieren más tiempo, con periodos de floración que pueden extenderse entre 75 y 120 días. Los híbridos, en promedio, alcanzan su madurez en 60 días, mientras que las índicas son conocidas por su ciclo más corto, con una floración de aproximadamente 45 días.

Las plantas con herencia sativa dominante suelen demorar mucho más que las plantas con herencia índica.

Sin embargo, algunas genéticas incluyen información más específica sobre su tiempo de floración al momento de la compra. Si bien estos datos no deben tomarse de manera estricta, pueden servir como una guía útil para anticipar el punto de cosecha y tomar precauciones.

Por ejemplo, si una variedad indica que debe cosecharse en la séptima semana de floración, pero en ese periodo se prevén lluvias o alta humedad, adelantar el corte podría ser una estrategia para evitar problemas como la aparición de moho en los cogollos.

Errores comunes en la cosecha

En los primeros cultivos, es habitual cometer algunos errores durante la etapa de cosecha. Para evitar inconvenientes que puedan afectar la calidad de los cogollos, es importante conocer los más frecuentes y tomar las precauciones necesarias.

Uno de los principales errores es cosechar en días húmedos o lluviosos. La humedad es el mayor enemigo en esta etapa, ya que puede favorecer la aparición de hongos en los cogollos una vez cosechados. Para prevenirlo, es fundamental revisar el pronóstico y planificar con anticipación. Si se espera un clima desfavorable en la semana prevista para la cosecha, lo ideal es postergarla hasta que las condiciones sean más secas.

Otro aspecto clave es evitar el uso de fertilizantes o insecticidas químicos en los días previos a la cosecha. Estos productos pueden quedar retenidos en las flores si no se les da el tiempo suficiente para degradarse. En caso de detectar la presencia de plagas en esta etapa, la mejor estrategia es aislar la parte afectada del resto del cultivo para evitar su propagación. Una observación constante es esencial para reaccionar a tiempo ante cualquier signo de infestación.

Por último, a la hora de la cosecha, es imprescindible utilizar herramientas correctamente esterilizadas. Tijeras mal higienizadas pueden facilitar la transmisión de patógenos, comprometiendo la salud de los cogollos. Mantener una higiene adecuada en cada paso del proceso es fundamental para asegurar un producto final de calidad.