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¿Influye la genética en los efectos del cannabis? Lo que debes saber

Elegir la genética adecuada es un paso clave para cualquier cultivador de cannabis. No se trata solo de aromas y sabores, sino también de características de cultivo y, sobre todo, de los efectos. Con cientos de variedades disponibles, cada una con perfiles únicos, es fundamental conocer qué factores influyen en la manera en que la planta impacta en el organismo. Qué aspectos tener en cuenta al momento de seleccionar una genética según los efectos del cannabis.

Cepas dominantes en THC vs. CBD: cómo varían los efectos del cannabis

Cuando pensamos en los efectos del cannabis, lo primero que suele venir a la mente son los cannabinoides. Estos compuestos químicos presentes en la planta interactúan con nuestro sistema endocannabinoide y son responsables de gran parte de sus efectos tanto a nivel físico como mental.

Si bien existen cientos de cannabinoides identificados, los más estudiados y conocidos son el THC y el CBD.

El THC es el principal compuesto psicoactivo del cannabis y se asocia a efectos estimulantes y eufóricos. Además de generar el característico “subidón”, posee diversas propiedades terapéuticas: es antiinflamatorio, analgésico y orexígeno (estimula el apetito). También está vinculado a la creatividad, la sociabilidad y el buen humor.

El proceso de biosíntesis y oxidación de los cannabinoides. En sí, tanto las índicas como las sativas producen similares cantidades de cada compuesto.

El CBD, en cambio, es conocido por su potencial terapéutico. Comparte propiedades con el THC, como su acción antiinflamatoria y analgésica, pero además es ansiolítico y antiespasmódico. Una de sus funciones clave es modular los efectos del THC, reduciendo su impacto psicoactivo y equilibrando la experiencia. Es una excelente opción para quienes buscan relajación, alivio del estrés o mejorar la calidad del sueño.

Sin embargo, el THC y el CBD no son los únicos responsables de los efectos del cannabis. La planta contiene una gran variedad de compuestos, como otros cannabinoides menos conocidos y terpenos aromáticos, que también juegan un papel fundamental en la experiencia final.

La importancia del perfil de terpenos en la experiencia psicoactiva

Los terpenos son compuestos aromáticos presentes en una gran variedad de plantas y responsables de sus características fragancias. En el cannabis, no solo determinan el perfil aromático de cada genética, sino que también juegan un papel clave en la forma en que se experimentan sus efectos.

Estos compuestos participan en el llamado efecto séquito, un fenómeno que describe la interacción entre los cannabinoides y otros componentes de la planta, modulando la intensidad de los efectos del cannabis.

Por ejemplo, el mirceno se asocia con propiedades sedantes y relajantes, además de mejorar la absorción de los cannabinoides en el organismo. Por otro lado, el limoneno, característico de cepas con aromas cítricos, mejora la absorción a través de las mucosas, el sistema digestivo y la piel.

Además de su papel en la modulación de los efectos psicoactivos, algunos terpenos poseen propiedades terapéuticas propias. El mirceno, por ejemplo, no solo es sedante, sino que también actúa como antiinflamatorio.
Así, el perfil de terpenos de una genética influye tanto en su aroma como en la experiencia psicoactiva y terapéutica que ofrece, convirtiéndose en un factor clave a la hora de elegir la variedad adecuada según los efectos del cannabis que se buscan.

Flavonoides: ¿influyen en los efectos del cannabis?

Al hablar del efecto séquito, los flavonoides son otro grupo de compuestos que comienza a ganar relevancia. Si bien son más conocidos por su rol en la pigmentación de las plantas, su función no se limita únicamente al color: algunos estudios sugieren que también pueden influir en los efectos del cannabis.

En el cannabis, los flavonoides contribuyen a las coloraciones que van del verde intenso al morado oscuro. Un ejemplo de esto es el fenómeno de la «marihuana negra», en el que ciertas variedades adquieren tonalidades violáceas tan intensas que pueden parecer negras.

Este cambio de color puede deberse a la genética, el pH del suelo o, en gran medida, a las bajas temperaturas. Esto ocurre porque el frío estimula la producción de antocianinas, un tipo de flavonoide que actúa como mecanismo de defensa de la planta, modificando su coloración.

Más allá de su impacto visual, los flavonoides también podrían desempeñar un rol en la modulación de los efectos del cannabis. Aunque las investigaciones aún están en desarrollo, se ha identificado que las cannaflavinas A, B y C poseen propiedades antiinflamatorias potentes, incluso más efectivas que algunos antiinflamatorios sintéticos.

Sin embargo, todavía queda mucho por descubrir sobre la manera en que estos compuestos interactúan con los cannabinoides y los terpenos.

¿Las variedades sativa e índica siguen siendo una clasificación válida?

Durante mucho tiempo, el cannabis se ha clasificado en dos grandes grupos: índicas y sativas. A estas variedades se les han atribuido efectos opuestos, asociando a las sativas sensaciones estimulantes y energéticas, y a las índicas un efecto más relajante y sedante. Sin embargo, esta distinción no está del todo sostenida en datos.

Las sativas se distinguen por sus hojas delgadas y sus cogollos alargados.

Las diferencias comprobadas entre sativas e índicas radican principalmente en su estructura y características de cultivo, más que en los efectos que producen. No existen estudios concluyentes que respalden la idea de que las índicas sean relajantes y las sativas estimulantes. En cambio, la experiencia psicoactiva del cannabis está influenciada por una combinación de factores, como su perfil de cannabinoides, terpenos y flavonoides.

Lo que sí podemos afirmar es que las índicas suelen presentar una estructura más compacta y robusta, con hojas anchas y cortas, cogollos densos y pocas ramificaciones. Además, tienen una floración más rápida.

Por otro lado, las sativas son más altas y esbeltas, con hojas delgadas y alargadas, cogollos menos densos y una mayor cantidad de ramificaciones. Su período de floración es más extenso.

Las plantas índicas son compactas y producen cogollos gruesos.

 

Cómo elegir la genética adecuada según el efecto que buscas

En términos generales, sabemos que el THC es el principal responsable de los efectos psicoactivos y estimulantes del cannabis, mientras que el CBD se asocia a propiedades relajantes y terapéuticas. Sin embargo, reducir la experiencia del cannabis solo a estos dos compuestos sería simplificar demasiado su complejidad.

El THC, además de su impacto psicoactivo, tiene propiedades analgésicas, antiinflamatorias y orexígenas, lo que lo convierte en una herramienta útil para tratar afecciones como la anorexia, el dolor crónico o los efectos derivados de tratamientos como la quimioterapia. Por otro lado, el CBD es conocido por su efecto ansiolítico y relajante, por lo que se recomienda en casos de insomnio, estrés o epilepsia.

Por este motivo, antes de elegir una genética con una proporción específica de cannabinoides, es fundamental consultar con un especialista que pueda orientar la elección según las necesidades individuales.
A partir de estas diferencias, podemos encontrar distintas combinaciones en el mercado:

  • Genéticas ricas en CBD y bajas en THC: Son ideales para quienes buscan un efecto relajante sin un fuerte impacto psicoactivo. Suelen ser recomendadas para tratar ansiedad o insomnio.
  • Genéticas con mayor proporción de THC: Son preferidas por quienes buscan un efecto más eufórico y creativo.
  • Cepa equilibrada 1:1: Estas variedades contienen cantidades iguales de ambos cannabinoides. Esto permite un balance entre los efectos terapéuticos del CBD y el leve efecto psicoactivo del THC. Muchos usuarios encuentran en estas genéticas el equilibrio ideal para disfrutar de sus beneficios sin experimentar efectos demasiado intensos.