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Nueva York: Proponen permitir la venta y el uso de cannabis dentro de cines

La experiencia de ir al cine está cambiando. Ya no alcanza solo con una buena película y una bolsa de pochoclos: los cines del siglo XXI buscan nuevas maneras de atraer al público y ofrecer algo más que una butaca y una pantalla. En Estados Unidos, muchos complejos ya sumaron la opción de consumir alcohol durante la función. Pero ahora, la ciudad de Nueva York va un paso más allá y abre la puerta a una posibilidad que, hasta hace poco, parecía impensada: permitir la venta y el uso legal de cannabis en cines y teatros.

La noticia surge de declaraciones oficiales de la Oficina de Gestión del Cannabis (OCM, por sus siglas en inglés) del Estado de Nueva York. En una entrevista con la revista Variety, Taylor Randi Lee, vocera de prensa de la OCM, confirmó que se están evaluando cambios en el sistema de permisos y licencias que, en el futuro, podrían permitir a adultos comprar y usar cannabis de uso adulto en cines.

¿Qué hace falta para que eso ocurra?

Por ahora, la venta legal de cannabis en Nueva York solo puede realizarse en dispensarios o microempresas con licencia oficial. No se puede vender ni usar cannabis en otros espacios comerciales, aunque se trate de lugares cerrados y para mayores de 21 años. Sin embargo, eso podría cambiar.

Para que los cines puedan ofrecer productos con cannabis a su público, sería necesario que obtuvieran un permiso de eventos especiales o una licencia para operar como “lounge” (algo similar a un bar, pero enfocado en cannabis). Actualmente, Nueva York no cuenta con ninguna de estas figuras legales activas, pero según Randi Lee, la intención del Estado es desarrollarlas en un futuro próximo.

Esto posicionaría a Nueva York como pionero en integrar el cannabis a experiencias culturales tradicionales, como ir al cine, de manera regulada y responsable.

Una industria que no para de crecer

El impulso a estas nuevas formas de consumo no surge de la nada. Desde que se legalizó el uso adulto en el estado, el mercado cannábico ha crecido a paso firme. En enero de este año, funcionarios estatales anunciaron que las ventas legales ya habían superado los mil millones de dólares desde el lanzamiento del programa.

Pero el proceso no fue sencillo. La implementación de la ley sufrió múltiples demoras, trabas judiciales y un desarrollo lento del sistema de licencias. En ese contexto, Nueva York ideó una estrategia temporal: los eventos tipo “feria de productores” o farmers markets cannábicos.

Estos eventos comenzaron a funcionar en 2023 como una forma rápida de acercar los productos a los usuarios, mientras se terminaban de habilitar los dispensarios formales. Permitían a cultivadores y fabricantes con licencia organizar eventos pop-up, o sea, ferias itinerantes y de corta duración donde podían vender directamente al público.

Aunque este esquema fue pensado como algo momentáneo, su éxito fue tal que el gobierno decidió extenderlo. En diciembre del 2024, la gobernadora Kathy Hochul firmó una ley para reactivar el programa, que había vencido a principios de ese año. Y más recientemente, se aprobaron dos proyectos de ley complementarios que amplían las posibilidades de este modelo, permitiendo nuevas asociaciones entre empresas legales de cannabis y eventos independientes.

¿Y los cines qué tienen que ver?

En este contexto, surge la posibilidad de aplicar un modelo similar al mundo del entretenimiento. Así como los farmers markets o mercados de productores permitieron un acceso más flexible al cannabis, se evalúa si algo parecido podría implementarse en espacios culturales como los cines.

La idea sería habilitar eventos especiales donde se pueda usar cannabis de forma legal, dentro de un entorno regulado y seguro. Por ejemplo, funciones temáticas o ciclos de cine alternativo en salas que cuenten con licencia para vender productos cannábicos. Claro que esto requiere de una infraestructura adecuada, controles de edad y personal capacitado para garantizar una experiencia positiva y sin riesgos.

Por ahora, es solo un proyecto en desarrollo, pero deja en claro que el uso adulto de cannabis no tiene por qué limitarse a los dispensarios. Al igual que ocurrió con el alcohol, que hoy se puede comprar y tomar en conciertos, eventos deportivos y funciones de teatro, el cannabis podría integrarse de forma gradual a distintos espacios sociales.

¿Una tendencia global?

Si bien este avance está ocurriendo en Estados Unidos, no es difícil imaginar que podría replicarse en otras partes del mundo. En países como Argentina, donde la regulación avanza de forma más lenta pero constante, ya se discuten modelos que permitan el uso responsable en espacios compartidos. El ejemplo de Nueva York puede servir como guía o inspiración.

Hoy en día, el cannabis en Argentina tiene un marco legal más orientado al uso medicinal, pero hay un movimiento social y político que empuja hacia una regulación más amplia. Experiencias piloto como clubes de cultivo, ferias cannábicas y capacitaciones públicas ya forman parte del panorama local.

Un cambio cultural en marcha

La posibilidad de integrar cannabis a la experiencia del cine es mucho más que una novedad curiosa: representa un cambio cultural profundo. Dejar atrás la clandestinidad, normalizar el uso adulto responsable y generar espacios de encuentro en torno al cannabis son señales de una sociedad que madura en su relación con esta planta.

Claro que no se trata de “fumar en cualquier lado” ni de promover el consumo indiscriminado. La clave está en la regulación, la educación y la responsabilidad. Así como nadie se alarma porque un cine venda vino o cerveza, el desafío es lograr que el cannabis también pueda ser parte de esa misma lógica de disfrute consciente. Nueva York parecería estar dando ese primer paso.