La Sala I de la Cámara Federal de Casación Penal ratificó la absolución a dos cultivadores de cannabis de Jujuy. Se tratan de Esteban Daniel Gago y Rodolfo Gabriel López, quienes ya habían sido declarados libres de culpa por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de la provincia en 2019.
El proceso en su contra continuó abierto debido a que el fiscal Federico Zureta presentó un recurso de casación para que se revisara la primera sentencia e insistió en su acusación.
Para Zureta, se trataba de un caso de siembra y cultivo para la producción de estupefacientes. Sin embargo, eso no pudo ser probado y sí se logró acreditar que los acusados y sus familiares directos hacían un uso medicinal del cannabis.
La causa contra Esteban y Rodolfo comenzó en marzo del 2017, justo en el mismo momento que se había sancionado la ley de cannabis medicinal. Por aquel momento todavía no existía el Registro del Programa de Cannabis (Reprocann).
“Nos trataron muy mal desde el primer momento. El fiscal en un momento me dijo: ‘Gago, vos sos un hippie de mierda que fumás. Decí que es todo tuyo y te doy tenencia simple’. Pero yo no quería aceptar eso”, contó Esteban.
Además, había poco conocimiento en Tribunales sobre el uso medicinal de la planta. Por eso, según su abogado defensor, Andrés Reynoso, la estrategia legal estuvo enfocada en demostrar los beneficios a la salud que aportaba la marihuana.
El planteo fue resuelto de manera favorable en primera instancia. Y, el 9 de diciembre del 2021, los jueces de Cámara Daniel Petrone, Ana María Figueroa y Diego confirmaron la absolución. A pesar de la buena noticia, el proceso igualmente afectó a los cultivadores.
Esteban y Rodolfo pasaron un año presos esperando el juicio, desde el 28 de marzo del 2017 hasta el 29 de marzo del 2018, lo que significó un perjuicio en el plano personal y laboral de sus vidas.
Crónica de la absolución de los cultivadores de cannabis
La causa se inició con una denuncia anónima el 17 de marzo del 2017. Tomó intervención la Dirección General de Narcotráfico de la policía jujeña por intermedio de la Brigada de Narcotráfico de la ciudad de Humahuaca.
Después de algunas tareas de investigación, la Justicia autorizó el allanamiento y la detención de Esteban y Rodolfo, el dueño y un empleado de un hostel.
La policía ingresó a la finca “Los Terpenos”, en el paraje El Calete, a siete kilómetros de Humahuaca. Ahí estaba ubicado el hostel “La casa de Calete”, donde los cultivadores tenían su invernadero. En total, se secuestraron 58 plantas de cannabis grandes, 148 plantines, 442 semillas y frascos con cogollos. Además, se tomaron como pruebas una serie de elementos de jardinería así como revistas de cultivo de cannabis y elementos de parafarnalia.
“No era segura la absolución. De hecho, en primera instancia, dos de los jueces votaron a favor de ellos y una en contra. La situación era muy reñida porque el caso tenía un montón de aristas complicadas y la ley de cannabis con fines medicinales era realmente muy nueva”, dijo el abogado Andrés Reynoso.
El fiscal estaba convencido de que su cultivo estaba destinado a formar parte de una cadena de producción y comercialización de estupefacientes.
“Nos trataron muy mal desde el primer momento. El fiscal en un momento me dijo: ‘Gago, vos sos un hippie de mierda que fumás. Decí que es todo tuyo y te doy tenencia simple’. Pero yo no quería aceptar eso”, contó a THC uno de los cultivadores de cannabis que logró la absolución.
Después de varios meses, Esteban y Rodolfo delegaron su caso en el defensor oficial Reynoso, quien se puso en contacto además con abogados especializados en cannabis.
La estrategia de la defensa
El fiscal sostenía que los cultivadores producían para terceros. Sin embargo, aunque en el expediente aparecieron mensajes de ellos con otras personas, nunca se pudo probar que comercializaron cannabis o aceite. Mucho menos que formaran parte de una red más grande.
“No era segura la absolución. De hecho, en primera instancia, dos de los jueces votaron a favor de ellos y una en contra. La situación era muy reñida porque el caso tenía un montón de aristas complicadas y la ley de cannabis con fines medicinales era realmente muy nueva”, dijo el abogado Reynoso a THC.
La estrategia de Reynoso se concentró en discutir la finalidad y no la tenencia. “El juez nos dio el alegato de apertura en el juicio y yo empecé reconociendo los hechos: ‘Sí, plantaron. Sí, se allanó. Y sí, se secuestraron plantas’, dije. El fiscal se empezó a reír en ese mismo momento. Habrá pensado que con eso era suficiente para decir que habían cometido un delito”, agregó el defensor.
La prueba del uso medicinal del cannabis
Durante el juicio, Esteban tuvo que contar que en 2011 había fallecido un hijo de él y que esa situación le generó problemas emocionales y familiares que desencadenaron en dolores físicos. Cuando empezó a investigar sobre el cannabis, lo incorporó como una alternativa terapéutica. Después se lo recomendó a su hermano, que tenía dolores en la columna.
Rodolfo, por su parte, declaró que consumía cannabis como medicina y que también se la proveía a su madre, quien había sido diagnosticada con cáncer.
Él relató que tuvo un accidente en moto, que lo habían operado ocho veces y que los medicamentos que iba a tener que tomar de por vida le dañaban el riñón, el hígado y el estómago. El canabis, según quedó asentado en el expediente, “fue bueno para su vida”.
En paralelo a sus testimonios, Reynoso llamó a declarar a usuarios de cannabis medicinal de Jujuy. “Queríamos insistir en la finalidad. Entre los que declararon hubo una mamá que contó sobre el tratamiento de su hijo que creo que conmovió mucho. Mi planteo era que nadie puede juzgar cómo una persona atraviesa una enfermedad, la pérdida de un hijo o el dolor físico”, agregó el abogado que logró la absolución de los cultivadores de cannabis.
Cultivadores de cannabis pasaron un año presos
“En lo que más le erramos fue en haber contratado abogados privados al principio”, contó Esteban. Y agregó: “Fueron terriblemente corruptos y estuvimos un año presos. Las únicas personas que me devolvieron la esperanza de creer en la Justicia fueron el defensor Reynoso y Victoria Baca Paunero (abogada y directora del Centro de Estudios de la Cultura Cannábica -CECCA-)”.
El tiempo que pasaron presos está contemplado dentro de los plazos procesales de la Justicia jujeña. Sin embargo, para Reynoso fue excesivo. “Es cierto que era una causa complicada, pero con poco se daban cuenta que eran personas que podían demostrar arraigo y dar garantías de que no se iban a fugar”, dijo Reynoso.
Esteban, por su parte, inistió en la cantidad de problemas que les trajo esta situación. Entre ellos, los detenidos estuvieron separados durante el tiempo que pasaron detenidos.
“A mi compañero lo llevaron a una celda toda húmeda. Imaginate que él ya estaba complicado de salud. Estar ahí le hizo mucho peor”, contó. Él se obsesionó con aprender de leyes y contó que se obsesionó enviando cartas al despacho del juez para que acelerara la elevación a juicio.
Antes de que se iniciara la causa, Esteban trabajaba como gerente en una agencia de viajes. Ese puesto lo perdió durante este período. Sin embargo, su gran preocupación radicaba en que atravesaba un juicio familiar por la tenencia de uno de sus hijos.
“Cualquier manchita en la Justicia podría significar que me saquen la patria potestad. Afortunadamente tuvimos la absolución, pero el proceso es largo y realmente perdés much0”, cerró.