Una planta, mil nombres. Hoy en día escuchamos hablar de marihuana, pero también de cannabis medicinal y cáñamo industrial. ¿Son todas la misma planta? Te contamos las diferencias entre marihuana, cáñamo y cannabis.
Un aspecto interesante en la historia de la convivencia entre el ser humano y la planta de cannabis es que existen diferentes propuestas de clasificación botánica y todas son controversiales. Si bien se considera que existen tres “variedades principales”, índica, sativa y ruderalis, dependiendo la clasificación y los criterios utilizados podrían ser mucho más.
Estas discrepancias en la clasificación de la planta tienen su origen en un combo explosivo: miles de años de uso, una expansión mundial del hábitat natural de la planta y 100 años de prohibición, que se encargaron de mezclar todo conocimiento tradicional de la planta con sensacionalismo, mitos y argumentos pseudocientíficos.
¿Cuál es la diferencia entre cannabis y cáñamo?
Para empezar, “cannabis” se refiere al nombre científico de la planta Cannabis sativa, un nombre acuñado por el botánico Carlos Linneo en 1753. En la obra Species Plantarum, un texto que se considera una de las bases de la nomenclatura botánica, Linneo describió 7.300 plantas, entre las que se encuentra la planta que hoy conocemos como cannabis.
“Cannabis” es un término en latín que se estima deriva de lenguas antiguas de Asia o Europa oriental, ya que existen varios términos similares en distintas culturas, como “konoplya” en ruso o “kana” en armenio. “sativa”, sin mayúsculas, significa “que se cultiva” y sirve para referirse a plantas domesticadas.
Dentro de la clasificación “Cannabis sativa” podemos encontrar diferentes tipos de plantas: algunas variedades son capaces de producir altos niveles de cannabinoides psicoactivos y medicinales, mientras que otras desarrollan largas fibras de excelente resistencia. Se trata de la primera clasificación moderna del cannabis: psicoactivo versus industrial.
¿Qué es el cáñamo y para qué se usa?
El cáñamo es una variedad de Cannabis sativa que se caracteriza por la escasa producción de cannabinoides pero posee un enorme potencial en la industria gracias a sus fibras, los pocos requerimientos de agua y fertilizantes para un cultivo exitoso y su velocidad de crecimiento..
Se trata de variedades que crecen velozmente, con escasa ramificación y que pueden alcanzar alturas superiores a los 4 metros. Las variedades de “cáñamo” o “cáñamo industrial” producen varios tipos de fibra que son adecuados no sólo para la industria textil y la elaboración de sogas y cuerdas sino también para la fabricación de polímeros naturales que reemplazan al plástico.
Al mismo tiempo las semillas son utilizadas para extraer aceite que se destina a fines alimentarios o como reemplazo ecológico de aceites minerales, para alimento de animales y también son un excelente agregado a granolas y cereales para consumo humano.
Generalmente las variedades de cáñamo industrial producen escasos niveles de THC y dependiendo la genética pueden generar niveles de CBD y otros cannabinoides que las vuelven interesantes para la extracción de principios activos para la industria farmacéutica. Gracias a este aspecto se pueden obtener rendimientos adicionales con un solo cultivo.
¿Cuál es la diferencia entre marihuana y Cannabis?
Como sucede con el cáñamo, marihuana es otro nombre que se le dio a la misma planta, esta vez con una connotación despectiva y en pleno nacimiento del prohibicionismo que se extendió por el siglo XX.
De acuerdo a la mayoría de las teorías propuestas, “marihuana” o “marijuana” se originó en los países angloparlantes como una deformación de “María Juana” y se usó para referirse a los inmigrantes informales entre 1900 y 1930. No se trataba solamente de un término coloquial sino que fue utilizado por políticos, policías y fiscales promotores de la guerra contra las drogas, como el nefasto Harry J. Anslinger.
Comisionado de Narcóticos del gobierno de Estados Unidos, Anslinger fue uno de los principales activistas por la prohibición del cannabis, que en aquel momento era utilizado no sólo por inmigrantes de origen hispano sino también por músicos, trabajadores portuarios y personas de origen afroamericano.
La primera ley que prohibió la tenencia, cultivo y venta de cannabis en Estados Unidos, impulsada por Anslinger, se llamó de hecho “Marijuana Tax Act” y fue sancionada en 1937.
Con el tiempo, la palabra marihuana se utilizó para distinguir erróneamente a las plantas utilizadas con fines medicinales o recreativos de aquellas utilizadas para la industria. En tiempos más recientes se creó una nueva falsa grieta: la supuesta diferencia entre la marihuana y el cannabis medicinal.
¿Toda la marihuana es medicinal?
Teniendo en cuenta que existe una extensísima evidencia científica sobre los efectos medicinales comprobados y potenciales de los cannabinoides, se puede decir que cualquier variedad de cannabis que genere estos compuestos puede usarse con fines terapéuticos.
Al mismo tiempo si tenemos en cuenta el origen de la palabra “marihuana” y su utilización para referirse a plantas con cannabinoides psicoactivos, se puede afirmar tranquilamente que toda “planta de marihuana” es en realidad una “planta de cannabis medicinal” y esta distinción tiene que ver con regulaciones y leyes sin fundamento botánico.
¿Qué diferencia hay entre el cáñamo y la marihuana?
Esta discusión fue reiniciada en tiempos recientes y tiene que ver principalmente con propuestas de nuevas clasificaciones para optimizar el desarrollo de variedades más específicas, tanto para usos medicinales como para industriales.
En principio la primera diferencia entre las genéticas de Cannabis destinadas a fines industriales y aquellas que son destinadas a la obtención de cannabinoides es precisamente la producción de estas sustancias. Si bien algunas variedades de cáñamo pueden producir cannabinoides, las plantas de uso recreativo y medicinal, comúnmente conocidas como “marihuana” producen enormes cantidades de estos compuestos.
Paralelamente también se puede hablar de diferencias morfológicas y anatómicas: las genéticas utilizadas en la industria poseen una ramificación escasa, troncos flexibles, hojas de gran tamaño y escasa producción de sumidades floridas. Se trata de plantas que resultan parecidas al bambú o la mandioca.
Por el contrario las plantas utilizadas para la producción de cannabinoides, sean cuales sean los fines, poseen una estructura más compacta, con profusa ramificación y una abundante producción de flores. La selección y depuración también permitió el desarrollo de genéticas con copiosa producción de glándulas de resina.