Sebastián Severino es cultivador y se dedica al fitomejoramiento genético de cannabis. Además de tener al día su Registro del Programa de Cannabis (Reprocann), cuenta con una autorización del Instituto Nacional de Semillas (Inase).
A pesar de ello, el 9 de mayo la Policía llegó a su domicilio con una orden de allanamiento. Le secuestraron sus elementos de trabajo y quedó involucrado en una investigación por infracción a la ley de drogas.
“Primero pensé que era un malentendido. Cuando le intenté explicar a los policías sobre las autorizaciones se sorprendieron, no sabían lo que era el INASE ni siquiera”, contó a THC.
La causa tramita en la Justicia Federal de Esquel y Sebastián ya se presentó de forma espontánea a explicar su situación. Por estos días espera que haya alguna resolución y, sobre todo, que le devuelvan lo secuestrado para poder continuar con su trabajo.
“Primero pensé que era un malentendido. Cuando le intenté explicar a los policías sobre las autorizaciones se sorprendieron, no sabían lo que era el Instituto Nacional de Semillas”, contó Sebastián Severino a THC.
El defensor oficial Jorge Machado, en diálogo con THC, subrayó la inocencia de Sebastián y aseguró: “Estas cosas todavía suceden porque estamos en una transición regulatoria”.
El abogado es pesimista con respecto a la recuperación de los 20 kilos de cannabis sativa secuestrados: “La devolución fue pedida. Pero en base a mi experiencia en estos temas, lamentablemente no va a recuperar sus elementos o los va a recuperar destruidos y sin que estén aptos para trabajar”.
Fitomejorador investigado por narcotráfico
Sebastián es uno de los dueños de Bio-Lógica Lab & Farms. Se trata de una empresa patagónica de investigación, desarrollo genético y breeding de cannabis medicinal. Desde allí, además, brinda capacitaciones para la elaboración de aceite terapéutico.
La Justicia lo involucró en la causa a partir de la investigación a un vecino suyo que había participado de los talleres. “Todos los que fuimos allanados tenemos Reprocann. Mi vecino y su hija, que comenzaron a cultivar el año pasado para hacer aceite así como las otras dos personas que aparecen en el expediente”, sostuvo Sebastián.
Cuando los efectivos llegaron a su domicilio alrededor de las 9 de la mañana, él le mostró todas las autorizaciones. Es más, uno de los policías escaneó el código QR que aparece en la habilitación del INASE y pudo comprobar que el registro estaba vigente. Sin embargo, se procedió al secuestro de elementos.
En total se llevaron alrededor de 20 kilos de cannabis sativa dedicado al fitomejoramiento, hojas y manicura, semillas, una balanza y su celular. Todo quedó resguardado por la Justicia Federal, pero Sebastián y Machado desconfían de que el material sea conservado como corresponde.
“En fitomejoramiento hacemos cruzas genéticas. Trabajamos con grandes poblaciones de plantas porque necesitamos estabilizar polinizaciones. En general, cuando las fuerzas de seguridad ven esas cantidades automáticamente te ven como un narcotraficante”, sostuvo Sebastián.
Fitomejoramiento de cannabis y transición legal
Machado sostuvo que este tipo de actuaciones por parte de la JuSticia suceden porque todavía “hay una interpretación amplia de la ley 23.737”.
“No hay una única línea. Te encontrás con magistrados y fiscales con mayor razonabilidad y con otros más ortodoxos o que no están al corriente de las nuevas regulaciones. Por eso se producen situaciones exorbitantes”, sostuvo.
En este caso, por ejemplo, ni las habilitaciones del Estado ni todo el material que Sebastián le mostró a los efectivos pudieron frenar el allanamiento.
Como fitomejorador, Sebastián lleva un control estricto de todo su trabajo en libros de actas. Además, tenía los registros colgados en su espacio de trabajo de manera visible al igual que las anotaciones sobre los avances.
“Tengo dos reclamos fundamentales. Primero debe haber información y capacitación a las fuerzas de seguridad, que no sabían de qué les hablaba. Pero también me parece clave que se investigue de verdad”, aseguró Sebastián.
“Si al menos hubieran buscado mi nombre hubieran sabido que tengo el Reprocann al día y que estoy inscripto en el INASE. Si me investigaran sabrían que no soy narcotraficante”, concluyó.