La noticia es un quiebre en una larga historia de políticas conservadoras. A partir de agosto los residentes del Reino Unido tendrán una alternativa cannábica para tratar sus patologías. Así lo informó el ministro del Interior Sajid David, en consenso con las autoridades médicas del gobierno y los miembros del Consejo Asesor sobre Abuso de Drogas.
La medida, que de ninguna manera abre la puerta a la legalización del uso recreacional ni al derecho a cultivar, fue aprobada luego del escandaloso caso de Billy Caldwell, un niño cn epilepsia que fue internado luego de que la policía incautara el aceite de cannabis que su madre intentaba importar desde Canadá.
“Lanzamos una revisión (de las leyes) y creamos un panel de expertos para asesorar sobre las solicitudes de licencia en circunstancias excepcionales” afirmó el ministro Javid luego de confirmar que solo será autorizado en “casos clínicos excepcionales”.