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@Revista THC

¿Qué pasa si riego una planta de cannabis con agua oxigenada?

Agua oxigenada en cultivos de cannabis, ¿se puede usar? La respuesta es sí, pero en casos muy concretos. Regar con agua oxigenada no necesariamente proporcionará beneficios especiales a nuestras plantas, pero este compuesto químico puede tener otras aplicaciones útiles.

El peróxido de hidrógeno puede actuar como antifúngico, desinfectante e incluso puede mejorar el proceso de germinación. Además, estaremos optando por un método orgánico. Veamos algunos usos particulares del agua oxigenada.

¿Qué agua oxigenada se usa para germinar semillas?

El agua oxigenada es un excelente preventivo para el dumping off o marchitamiento fúngico de las plántulas en crecimiento. Los causantes de este fenómeno son un grupo de hongos que aparecen en sustratos húmedos o semillas y suelos contaminados. Como síntoma de esta afección, notaremos que las plantas quedan inclinadas hacia abajo o directamente no llegan a brotar. Por este motivo, debemos evitar este fenómeno con anticipación, ya que no existe un tratamiento para curarlo.

muerte plántulas
El damping off es un tipo de hongo que afecta plantas jóvenes y puede prevenirse desinfectando con agua oxigenada.

Aquí es cuando el agua oxigenada entra como aliado para prevenir la muerte de la plántula. Simplemente, debemos sumergir la semilla en una solución de agua y peróxido de hidrógeno por unos minutos antes de germinarla. Para esto, aplicar 10 gotas de dioxidano cada medio litro de agua. De esta manera, no solo estaríamos oxigenando el agua, sino que también estaríamos previniendo la aparición de hongos que pueden matar a las plantas pequeñas.

¿Cómo fumigar plantas con agua oxigenada?

El agua oxigenada también sirve para evitar infecciones por hongos o incluso tratarlas si ya han aparecido. Suele utilizarse mucho cuando para limpiar la planta luego del ataque del hongo Botrytis.

Una vez retirada la parte infectada, rociamos los tallos, hojas y flores con una solución de 3 mililitros de agua oxigenada de 10 volúmenes en 100 mililitros de agua destilada. Luego, sacudimos suavemente la planta para mayor ventilación. En caso de que estemos en vegetativo, recordemos que hay que retirar la planta de la luz una vez aplicado el producto hasta que se evapore.

El agua oxigenada puede usarse para desinfectar semillas y las herramientas de cultivo como macetas o sistemas de riego.

El agua oxigenada también puede administrarse sobre el sustrato. Esto sirve, por ejemplo, en casos de plagas como la mosca de suelo. Aquí, se recomienda utilizar una solución de 15 mililitros de agua oxigenada de 10 volúmenes cada un litro de agua.

Ahora, para prevenir hongos, es esencial que esterilicemos cada vez que termine un ciclo de cultivo, para evitar infecciones futuras. Para esto, debemos desinfectar cualquier objeto que hayamos utilizado a lo largo del proceso de cultivo con una solución de entre 20 y 30 mililitros de agua oxigenada de 10 volúmenes cada litro de agua.

Este producto también se puede aplicar en los esquejes, para prevenir la aparición de infecciones. Como vemos, el agua oxigenada es un excelente precautorio para distintos tipos de patógenos.

Más recomendaciones para prevenir hongos

Siempre es mejor prevenir que curar, por eso es importante tomar ciertos recaudos, sobre todo en días de alta humedad, lluvias y temperaturas elevadas. Estas condiciones son ideales para que los patógenos se desarrollen.

Revisar los cogollos

Revisar las plantas durante el riego nos puede ayudar a detectar cualquier signo que indique presencia de patógenos. Además, podemos abrir los brotes con cuidado para asegurarnos de que no haya rastros de hongos. De esta forma, también facilitamos la ventilación y evitamos la acumulación de humedad.

Ventilar luego de lluvias

Por otro lado, si nuestras plantas se han mojado por la lluvia, podemos emplear un ventilador para secarlas. Basta con dejarlo funcionar durante algunas horas, hasta que se haya eliminado el exceso de humedad. No obstante, lo más óptimo sería proteger nuestros cultivos de la lluvia. Para esto, lo ideal sería contar con un invernadero o un techo. Si no tenemos esta posibilidad y cultivamos en maceta, simplemente podemos resguardarlas bajo algún lugar techado durante cualquier tormenta.

Defoliación

Una excelente medida preventiva contra las plagas es quitar las hojas de la parte inferior de la planta. Esto ayuda a que haya más ventilación y mejora la producción de cogollos. ¿Por qué? En primer lugar, porque la luz llega mejor a las flores de abajo. Además, al quitar esas hojas, la planta puede concentrar toda su energía en hacer cogollos, ya que tiene menos partes que mantener sanas. Esta técnica es comúnmente usada durante la floración avanzada.

Para defoliar, tenemos que tener en cuenta ciertas cuestiones: en primer lugar, esterilizar las tijeras que utilicemos para cortar. Además, debemos empezar cortando las hojas más grandes, para luego seguir por las más chicas y las que crecen internamente. Finalmente, retiramos las hojas amarillentas o que ya están tocando el suelo.

Agua oxigenada en los suelos

El agua oxigenada también se puede aplicar sobre los suelos. Una dosis de 20 o 30 mililitros de peróxido de hidrógeno cada un litro de agua en el sustrato puede ayudar a la absorción de nutrientes, pues estaremos oxigenando el suelo y quitando cualquier resto de herbicidas. Todo esto se traducirá en una mayor salud de las raíces y, por lo tanto, un mejor crecimiento de la planta.

Recomendaciones para el riego

Ya vimos todos los usos que se le pueden dar al agua oxigenada en nuestros cultivos. Sin embargo, este compuesto químico no es apto para el riego. Aún así, hay otras prácticas que podemos utilizar para un regar de manera óptima.

Un buen tip es declorar la solución de riego, ya que el cloro presente en el agua de red puede matar a aquellos microbios necesarios para la resistencia de los suelos. La manera más sencilla de hacerlo es dejando reposar el agua en un balde durante una noche entera. Otra opción es usar filtros de carbón activado.

Por otro lado, es importante considerar la temperatura del agua de riego. Temperaturas por debajo de los 18°C pueden dañar las raíces, mientras que el agua muy caliente puede afectar la asimilación de los nutrientes. La temperatura más adecuada para el riego se sitúa alrededor de los 23°C, o en un rango entre los 20 y 25°C.

Otra práctica que siempre vendrá bien es medir el pH del agua, que en cultivos tradicionales debe ser de entre 5.6 y 7 puntos. Para calcular la acidez del agua, podemos usar un phmetro digital con compensación de temperatura.