Una legisladora del estado de Nueva York, Estados Unidos, presentó un proyecto de ley para legalizar el uso de psilocibina en adultos, siempre que obtengan un permiso tras someterse a una evaluación de salud y completar un curso educativo.
La iniciativa fue liderada por Amy Paulin del Partido Demócrata y presidenta del Comité de Salud de la Asamblea, y se suma a otros estados que también regularon el acceso a distintos psicodélicos, como Colorado y California.
El objetivo principal del proyecto presentado por Paulin es promover “la salud y el bienestar de los ciudadanos del estado de Nueva York mediante el establecimiento de un marco integral que apoye la salud pública y la seguridad a través del uso regulado de psilocibina para adultos, servicios de apoyo y cultivo de hongos que contienen psilocibina”, según se detalló en el documento.
Si la medida es aprobada, el Departamento de Salud del estado de Nueva York sería el encargado de regular el programa, otorgando licencias a los cultivadores de psilocibina y permisos a los adultos interesados. Para obtener dicho permiso, sería obligatorio completar un curso educativo de hasta cinco horas y pasar una evaluación de salud.
Con un permiso aprobado, los adultos podrían cultivar, poseer, usar y compartir psilocibina con otros adultos que también tengan permiso. La medida incluye una extensa lista de condiciones que podrían ser tratadas con psilocibina, como el trastorno de estrés postraumático (TEPT), aunque no se limita únicamente a esas condiciones.
Además, los reguladores podrían certificar a entidades que proporcionen servicios de apoyo a los adultos con permisos de psilocibina.
¿Legalización de los hongos en un futuro próximo?
Bajo el marco del nuevo proyecto, el uso, cultivo y venta de psilocibina sin una licencia o permiso sería considerado una “infracción” según las leyes estatales, con una multa máxima de 250 dólares y hasta 15 días de cárcel. Esto implica que, aunque no se despenalizaría ampliamente la psilocibina como en otros proyectos de ley, sí se reduciría la penalidad que conlleva su tenencia.
El proyecto de ley también contempla la creación de una “Junta Asesora de Psilocibina Regulada” bajo el departamento de salud, que tendría la tarea de asesorar y emitir recomendaciones relacionadas con el programa. Entre sus responsabilidades, la junta deberá desarrollar un plan estratégico a largo plazo para garantizar que los servicios de psilocibina sean una opción terapéutica segura, accesible y asequible para todas las personas mayores de 18 años para quienes estos servicios sean apropiados.
Además, la junta monitorizaría y estudiaría las leyes, regulaciones y políticas federales sobre la psilocibina. El departamento tendría que crear un esquema fiscal para los proveedores que generen ingresos a partir de los servicios de psilocibina, que serían deducibles según el código fiscal del estado. Los impuestos y tarifas cubrirían los costos administrativos, “incluidos, entre otros, la educación y los riesgos del uso de psilocibina”.
El proyecto de ley ha sido remitido al Comité de Salud de la Asamblea, presidido por la patrocinadora. En febrero pasado, legisladores bicamerales de Nueva York expresaron en una reunión informativa que hay una “real posibilidad” de que la legislación para legalizar la terapia asistida con psilocibina avance en el comité durante esta sesión, subrayando que retrasar la acción sería “negligente” hacia muchas “personas que necesitan ayuda” con ciertas condiciones de salud mental.
El asambleísta Pat Burke (D), quien patrocina un proyecto de ley separado para crear un programa piloto de terapia con psilocibina para 10,000 personas, comentó que “estamos en una crisis de salud mental, y necesitamos todas las herramientas disponibles para nosotros”. Agregó que “estamos aquí para pasar la página” sobre la guerra contra las drogas en general.
Otro proyecto de ley presentado el año pasado permitiría que las personas reciban tratamiento con psilocibina de un facilitador certificado en un entorno clínico, o en su hogar si no pueden viajar.
Este movimiento legislativo en Nueva York representa un paso crucial hacia la aceptación y regulación de la psilocibina, con el potencial de ofrecer nuevas opciones terapéuticas para quienes luchan con problemas de salud mental.