De la mano de las nuevas regulaciones, en Estados Unidos la investigación sobre los efectos y beneficios del cannabis sigue ganando terreno en el ámbito científico. Esto tuvo una consecuencia directa: aumentó la demanda de productos de cannabis estandarizados para estudios controlados.
En respuesta a este creciente interés, el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA, por sus siglas en inglés), una agencia clave en Estados Unidos para la investigación sobre drogas, ha emitido una nueva solicitud de propuestas que busca proveedores capaces de producir grandes cantidades de cigarrillos de marihuana, es decir, porros, destinados a investigaciones aprobadas a nivel federal.
Esta medida subraya el papel creciente del cannabis en la investigación médica y científica, y la necesidad de estandarizar los productos para obtener datos fiables y consistentes.
NIDA es una agencia del gobierno estadounidense que se dedica a la investigación científica sobre el abuso de drogas y sus efectos en la salud. Uno de sus roles es proporcionar a los investigadores acceso a sustancias controladas, incluyendo cannabis.
Según el documento que detalla la nueva convocatoria, la demanda de productos de cannabis para investigación ha crecido significativamente en los últimos años, en gran parte debido a la expansión de los estudios sobre el uso terapéutico del cannabis y su impacto en diferentes condiciones de salud mental y física.
Este crecimiento en la demanda llevó al gobierno federal a buscar proveedores que puedan fabricar porros en grandes cantidades.
Estos porros deben cumplir con especificaciones precisas, lo que incluye niveles exactos de THC y CBD. La agencia destaca que, si bien la producción en masa es importante, también se requiere la capacidad de armar pequeños lotes de porros de manera artesanal para cumplir con las especificaciones detalladas de ciertos estudios.
Una de las particularidades más interesantes de esta solicitud es que los niveles de THC y CBD requeridos en los cigarrillos de marihuana que NIDA necesita son notablemente más bajos que los encontrados en productos de cannabis comercializados en mercados legales de los Estados Unidos.
En los estados donde el uso recreativo de la marihuana es legal, muchos productos suelen tener concentraciones de THC que superan el 20%. En cambio, NIDA está solicitando niveles de THC que varían entre el 1% y el 5%, tanto en los pedidos de muestra como en los lotes a gran escala.
Además de la producción de los porros, los contratistas también serán responsables de realizar pruebas para evaluar la potencia de los productos, asegurarse de que cumplan con los niveles especificados de THC y CBD, y llevar a cabo controles de calidad periódicos.
Estos controles son esenciales para garantizar que los productos mantengan su integridad química a lo largo del tiempo, lo que incluye estudios sobre la estabilidad de los porros cuando se almacenan a diferentes temperaturas y condiciones ambientales.
En paralelo, NIDA ha tomado medidas para expandir la producción de cannabis para investigación. Hasta hace poco, toda la marihuana utilizada en investigaciones financiadas por el gobierno federal en Estados Unidos provenía de una única granja ubicada en la Universidad de Mississippi, una situación que fue fuertemente criticada por la baja calidad del cannabis producido en esa instalación.
Sin embargo, en 2022, NIDA abrió la puerta a la autorización de nuevos cultivadores de cannabis para investigación, lo que representa un paso importante hacia la diversificación y mejora de los productos disponibles para estudios científicos.
La nueva convocatoria de NIDA representa un avance significativo en la normalización de la investigación sobre el cannabis y su integración en estudios científicos serios. Al buscar estandarizar la producción de cigarrillos de marihuana y otros productos derivados del cannabis, NIDA está ayudando a garantizar que los investigadores tengan acceso a productos de calidad controlada que puedan ser utilizados para generar datos sólidos y fiables.