Skip to content Skip to sidebar Skip to footer
@Jeffersonfarms

¿Cómo controlar el estrés lumínico en el cultivo de cannabis?

Sabemos que la luz es un factor fundamental para la vida de las especies vegetales. Sin embargo, la relación luz/oscuridad en las plantas de cannabis debe ser equilibrada. De no ser así, podríamos caer en un estrés lumínico. Te contamos qué hay que tener en cuenta para evitar esta problemática.

¿Qué es el estrés lumínico?

El estrés lumínico se da cuando hay una intensidad excesiva de las fuentes de luz, lo que puede afectar el desarrollo de las plantas de cannabis.

En cultivos de interior, el estrés lumínico suele darse por la alta potencia de las lámparas o por la cercanía entre estas y las plantas. Como consecuencia, las hojas pueden presentar quemaduras. Este tipo de estrés se manifiesta en interior a través de manchas blancas en las hojas.

Para evitarlo, es importante colocar las lámparas a una distancia adecuada, ya que aunque la cercanía excesiva es perjudicial, colocar las luces demasiado lejos también puede reducir la producción y generar plantas con tallos estirados o espigados.

La distancia ideal de las lámparas depende del tipo de tecnología utilizada (LED, HPS, etc.) y de la etapa de cultivo en la que nos encontramos.

Por su parte, en exterior el estrés lumínico puede ocurrir en épocas de temperaturas sumamente altas y sol intenso. Por eso es fundamental proteger a las plantas de los excesos de calor con cuidados adecuados, como el uso de mediasombras, un riego correcto y el empleo de mulching para regular la temperatura del sustrato.

Estrés lumínico: ¿Qué pasa si le doy 24 horas de luz a una planta de cannabis?

Comencemos por explicar que las plantas de cannabis son especies fotoperiódicas. Esto significa que su desarrollo se ve determinado por las horas de luz que reciben. Durante la fase vegetativa, necesitan más de 12 horas de luz diaria para crecer.

En cambio, para iniciar la fase de floración, requieren menos de 12 horas de luz al día. Sin embargo, la oscuridad es también fundamental en el ciclo de vida del cannabis, ya que durante esas horas las plantas realizan funciones metabólicas esenciales para su salud. Por eso, es crucial respetar tanto las horas de luz como las de oscuridad.

La contaminación lumínica puede presentarse cuando la planta no recibe sus horas de oscuridad necesarias. Esto suele darse en los cultivos de exterior cuando, por las noches, la iluminación de casas vecinas, de faroles de la calle o de nuestros propios hogares alumbran a las plantas, interrumpiendo su ciclo de descanso.

La contaminación luminíca es un tipo de estrés que interrumpe la floración e impide el desarrollo de las flores.

Esta información no aplica en el caso de las variedades automáticas o autoflorecientes. Debido a los cruces con genéticas que florecen independientemente del fotoperíodo, como las ruderalis, estas variedades no son afectadas por el estrés lumínico.
 
Para prevenir la contaminación lumínica, lo ideal sería que en el momento de la planificación corroboremos si alguna fuente lumínica apunta al área donde pensamos cultivar.

Si la fuente proviene de nuestras casas, basta con apagar esas luces durante las noches o cerrar las persianas.

Ahora, si la luz proviene de casas vecinas o de faroles de la calle, y no la podemos controlar, podríamos simplemente mover las plantas a algún lugar resguardado de la luz durante las horas de oscuridad.

¿Cómo cambiar el fotoperiodo en indoor?

En interior, es el cultivador quien debe inducir a la planta a la floración a partir de la modificación del tiempo de iluminación. Generalmente, en vegetativo se utiliza un fotoperiodo de 18 horas de luz por 6 de oscuridad. Lo que habría que hacer para generar la floración es modificar el fotoperiodo a uno de 12/12.

Esto puede hacerse paulatinamente o de un día para otro. Por supuesto, tendremos que hacerlo cuando ya haya pasado el periodo mínimo que requiere la etapa vegetativa, y cuando veamos que la planta tiene el tamaño que deseamos.

Si elegimos inducir a la floración de manera gradual, simplemente tendremos que ir acortando las horas de luz, al igual que sucede en exterior a partir del solsticio de verano, momento en el que comienza a adentrarse la floración

Estrés lumínico: ¿Qué hacer cuando una planta revegeta?

Un fenómeno que puede ocurrir como consecuencia de cambios en el fotoperiodo es la revegetación, que se da cuando una planta que estaba en etapa de floración retorna al vegetativo. Nos daremos cuenta de que la planta está revegetando porque dejará de producir cogollos para volver a generar follaje.

Esto sucede comúnmente cuando cultivamos a fines de invierno, sin que la planta tenga suficiente tiempo para terminar con su floración. Ya para septiembre, cuando las horas de luz aumentan, la planta interpretará que debe retornar al vegetativo, interrumpiendo así la producción de flores.

revegetación cannabis
La revegetación sucede cuando una planta que estaba floreciendo comienza de nuevo el período de crecimiento o vegetativo, generalmente por cambios en el fotoperíodo.

Las soluciones a este fenómeno dependerán del estado en que esté el cultivo. Si ya estaba llegando a finales de la floración, se puede cosechar antes de que su estado empeore.

Si la planta ya era de gran tamaño, lo que se puede hacer es cosechar los cogollos ya formados y dejar que la revegetación continúe. De esta manera, se podrán extraer esquejes y sacarle así algún provecho.

Ahora, si la planta es pequeña, se pueden retirar las flores más grandes y dejar las pequeñas para que continúe revegetando.

¿Qué pasa con el cannabis ruderlais y las autoflorecientes?

Las genéticas de cannabis ruderalis y las autoflorecientes son las únicas variedades de cannabis que florecen independientemente de las horas de luz. Esto implica que su floración ocurre pasado cierto tiempo de crecimiento en lugar de depender de un ciclo específico de luz.

Las plantas ruderalis fueron las que inspiraron la creación de las variedades autoflorecientes. Se llaman así por el término “ruderal”, que se refiere a plantas capaces de crecer en suelos alterados, ya sea por fenómenos naturales o por intervención humana. Estas plantas suelen tener características similares al cáñamo: presentan bajos niveles psicoactivos, son de tamaño compacto y tienen pocas ramificaciones.

Aunque este tipo de variedades no sufren de estrés lumínico, si pueden padecer otro tipo de estrés. Veamos cuales son.

Estrés en las plantas autoflorecientes.

El más común es el estrés por trasplante. Las plantas de cannabis suelen necesitar tiempo para recuperarse tras un trasplante, y en las autoflorecientes, cada día cuenta, ya que su llegada a la floración está determinada por el tiempo y no por la luz. Un trasplante mal realizado puede afectar el crecimiento y, en consecuencia, el rendimiento final.

Además, debido al tiempo limitado de crecimiento, es crucial evitar otros factores de estrés, como temperaturas extremas, podas inadecuadas, ataques de plagas, y sobrefertilización o deficiencias nutricionales. Es esencial proporcionar las mejores condiciones posibles a estas genéticas para promover un crecimiento ininterrumpido y obtener una cosecha óptima.