Cuando hablamos de cáñamo, hablamos de un alimento altamente nutritivo y con grandes beneficios para la salud de todas las personas, en todas las etapas del ciclo vital: infancia, adolescencia, adultez, embarazo, lactancia y deporte.
Se puede aseverar esto, basándonos en las cualidades nutricionales que presenta la semilla del cáñamo (Cannabis Sativa L.), que han sido estudiadas a lo largo de nuestra historia.
La semilla de cáñamo contiene 25-35% de lípidos perfectamente equilibrados (Omegas 6 y 3); 20–25% de proteínas fáciles de digerir (albúmina y edestina) y ricas en aminoácidos (incluso los 9 esenciales); 20-30% de hidratos de carbono, gran parte de los cuales están constituidos por fibra dietética, principalmente insoluble (beneficia la microbiota); así como vitaminas y minerales (micro y macro nutrientes). Es alta en antioxidantes naturales: compuestos fenólicos, tocoferoles, carotenoides y fitoesteroles.
Si desglosamos cada uno de los nutrientes presentes en ésta semilla, nos daremos cuenta de que estamos frente a un superalimento que tiene la capacidad de nutrir desde la infancia hasta la edad adulta.
Presente Incomible
Existen registros bibliográficos sobre cáñamo que datan desde principios del siglo pasado, algunos títulos editados por universidades y entes nacionales, pero, sin embargo, a la planta de cáñamo siempre se la tomó e investigó como cultivo industrial textil por la formidable calidad de sus fibras.
Y, además, gracias a la política prohibicionista global acérrima y letal, la planta estuvo desacreditada y olvidada, no pudiendo avanzar en sus estudios, dejando de lado su nobleza como planta oleaginosa y alimenticia. Encima, en la Argentina de actualidad, según resultados arrojados por la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNyS 2019), estamos ante un paradigma infantil de obesidad y desnutrición que coexisten en simultáneo.
La semilla de cáñamo contiene lípidos Omegas 6 y 3, proteínas fáciles de digerir como albúmina y edestina, aminoácidos, incluso los 9 esenciales, hidratos de carbono, así como vitaminas y minerales. Es alta en antioxidantes naturales: compuestos fenólicos, tocoferoles, carotenoides y fitoesteroles.
Y eso no es todo, ya que en un informe hecho por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT 2020) se habla de que 1 de cada 167 adultos son celíacos y que 1 infante cada 80 lo es.
Es decir, se convive con una deficiencia, decadencia e intolerancia alarmante en materia alimenticia y salud que va in crescendo. Ésta problemática o crisis sanitaria corresponde a solucionarse con mucha audacia y velocidad para que no se vuelva crónica y estática. Una alternativa eficaz y disruptiva para paliar es la alimentación con cáñamo.
Jardín Primitivo
Una clara demostración de historia es el bagaje de tipo arqueológico del uso de la semilla como fuente de alimentación. Un ejemplo: en la zona que hoy es los Países Bajos se encontraron semillas con una antigüedad de 7 mil años. Es decir, la humanidad tiene una relación intrínseca con la planta, siendo una de las primeras en ser domesticadas y cultivadas. Por suerte, en Argentina hay políticas que dan marco legal a su utilización y empleo del cáñamo industrial. Así también, que se ha incluido las semillas y/o granos al código alimentario, en otras palabras, se hizo efectivo su uso comestible.
Si bien está en auge todos los ensayos y estudios pertinentes alrededor de los cannabinoides, la semilla de cáñamo carece y es libre de estás moléculas como el THC o CBD, entre otras, por lo que no causa ni colocón ni sueño.
Tampoco contiene gluten, beneficio y muy recomendable para un dieta celíaca que, además, a las recetas sin tacc le agrega un considerable aumento de nutrientes como bien lo demuestra el estudio científico publicado por el CONICET a fines del 2023. Aporta la vitamina B12 que resulta tan importante en un hábito vegetariano o vegano; como así también, las semillas proporcionan la vitamina B1 (Tiamina) muy esencial para periodos de embarazo o lactancia.
Versatilidad Innata
Si nos ponemos a pensar en la toda la generosidad que nos otorga y emana la planta de cannabis/cáñamo, es elemental y necesaria, casi perfecta, que nos ayuda en un montón de quehaceres de la vida cotidiana. Sirve como medicina, vestimenta, construcción, papel, recreativa, etc. Y como alimento fácil de emplear en cualquier receta típica de hogar.
De la semilla se extrae materia prima como aceite gastronómico prensado en frío, harina desgrasada y molida, semillas descascaradas y proteína en polvo. Su cultivo es de manera agroecológica y su transformación es mecánica sin utilización de ningún agregado de químicos nocivos. Éstos subproductos se pueden utilizar en todo tipo de horneados (panes, pizzas, cookies) y crudos (ensaladas, licuados, salsas) para preservar los valores y perfiles nutritivos y que no se volatilicen ni degraden por exceso de calor.
En tiempos de fakenews y de información -por lo menos- engañosa y efímera, es primordial basarse en cosas estables en el correr del tiempo. No se admiten excusas para no consumir ésta maravilla de la naturaleza. La semilla cañamera siempre estuvo ahí disponible e impoluta.