El secado es el paso previo al enfrascado de los cogollos y una etapa crucial. En este punto, las flores alcanzan su humedad ideal y adquieren la textura adecuada para su uso. Un buen secado no solo impacta en la calidad final del producto, sino también en su conservación.
Existen distintos métodos de secado: ¿conviene más un secado tradicional o una liofilización? ¿Es preferible un secado lento o rápido? ¿Es mejor utilizar un ropero, una caja o alguna otra técnica? Veamos en detalle todas estas opciones.
¿Por qué es importante el secado en la calidad final del cannabis?
El secado es una fase determinante para garantizar una experiencia de uso placentera. Durante este proceso, se degrada la clorofila, lo que reduce el sabor herbáceo del cannabis y mejora su perfil organoléptico. Además, es en esta etapa donde los terpenos, compuestos aromáticos responsables del olor y sabor de las flores, terminan de asentarse. Un secado inadecuado puede comprometer la calidad sensorial del producto final.
Asimismo, el secado es clave porque define el tamaño final de las flores y elimina el exceso de humedad, algo fundamental por dos razones principales.
En primer lugar, mejora la textura del cannabis, haciéndolo más adecuado para ser quemado o vaporizado de manera eficiente.
En segundo lugar, reduce significativamente el riesgo de proliferación de hongos y otros patógenos, que encuentran en la humedad excesiva un ambiente ideal para desarrollarse.
Métodos de secado: ¿es mejor un secado lento o rápido?
Cuando se trata del secado del cannabis, la mejor opción siempre será el secado lento y controlado. En general, este proceso toma entre 10 y 15 días, un período que puede parecer largo para los cultivadores ansiosos, pero que es esencial para obtener un producto de alta calidad.

La clave está en permitir que los cogollos se sequen a su propio ritmo, sin apurar el proceso. Intentar acelerar el secado solo traerá resultados negativos: flores con un perfil aromático reducido, textura quebradiza y una experiencia de uso menos placentera.
Sin embargo, en algunos casos, el secado puede completarse antes del tiempo estimado sin necesidad de que hayamos acelerado el proceso. Si los cogollos han alcanzado la humedad adecuada antes de lo esperado, el siguiente paso es proceder con el enfrascado para evitar que sigan perdiendo agua y se tornen demasiado secos.
Un secado excesivo tampoco es deseable, ya que da lugar a flores quebradizas y poco agradables al fumar. La clave es encontrar el equilibrio adecuado: los cogollos deben retener un cierto grado de humedad que les permita conservar su textura esponjosa y su perfil de terpenos en óptimas condiciones.
Métodos de secado tradicionales
El secado se realiza normalmente en sitios resguardados de la luz, con un correcto flujo de aire, una temperatura que oscile entre los 18 y 20°C y una humedad inferior al 50%. Mantener estas condiciones puede resultar un desafío, pero dispositivos como el termohigrómetro pueden ser de gran ayuda para medir y regular estos factores, asegurando un entorno óptimo para el proceso.
Dentro de los métodos tradicionales de secado, los más utilizados son el secado en roperos y el secado en cajas de cartón. Ambas opciones son accesibles y fáciles de implementar, aunque presentan ciertas diferencias en cuanto a su ejecución.
Secado en ropero
Para secar los cogollos en un ropero, es fundamental asegurarse de que no haya acumulación de humedad en las paredes interiores, ya que esto podría favorecer la aparición de moho. Antes de comenzar el proceso, se recomienda sanitizar el espacio con una limpieza profunda para eliminar posibles contaminantes.
Una vez acondicionado el ropero, las ramas con cogollos pueden colgarse de hilos atados al caño interior o bien utilizar perchas. Durante el proceso de secado, es importante ventilar diariamente el espacio, abriendo las puertas del ropero por algunos minutos para renovar el aire.
Además, se debe revisar periódicamente el estado de los cogollos en busca de signos de moho. Si se detecta alguna flor afectada, debe separarse inmediatamente del resto de la cosecha para evitar la propagación del problema.
Secado en caja de cartón
El método de secado en caja de cartón es una alternativa sencilla y efectiva. Solo se necesita una caja limpia y un hilo resistente. Con la ayuda de una aguja, se atraviesa el hilo por el interior de la caja, creando un soporte del que se colgarán los cogollos. Para garantizar una adecuada ventilación, se deben realizar pequeños orificios en la caja y abrirla al menos una vez al día para evitar la acumulación excesiva de humedad.
Para determinar cuándo los cogollos han alcanzado el punto óptimo de secado, existen dos pruebas sencillas. Una de ellas consiste en doblar una rama: si cruje pero no se quiebra completamente, significa que el secado ha sido exitoso. La otra prueba es presionar ligeramente los cogollos; si recuperan su forma original tras soltar la presión, es señal de que han alcanzado la humedad ideal y están listos para el siguiente paso, el curado.
Métodos de secado: uso de deshumidificadores
Si el secado se realiza en condiciones ambientales desfavorables, como alta humedad o temperaturas extremas, es posible recurrir a ciertos dispositivos para optimizar el proceso y preservar la calidad de los cogollos.
El termohigrómetro es una herramienta clave para monitorear la temperatura y la humedad del ambiente de secado. Si la humedad supera el 50%, se recomienda emplear un deshumidificador para reducirla y mantenerla dentro del rango óptimo. Esto previene la proliferación de hongos y mantiene en buen estado los terpenos y cannabinoides presentes en la planta.
Métodos de secado avanzados: congelado y liofilización
Entre las técnicas más avanzadas de secado, la liofilización se destaca como un método innovador que permite eliminar la humedad de los cogollos sin afectar su calidad. Este proceso consiste en congelar la marihuana a temperaturas extremadamente bajas y luego someterla a un entorno de vacío, donde la humedad se elimina por sublimación (paso directo del agua de estado sólido a gaseoso sin pasar por el estado líquido).
Si bien la liofilización ofrece múltiples beneficios, requiere equipos especializados y un control preciso de las variables, por lo que es una opción más común en la industria que en el autocultivo.
Beneficios de la liofilización
Esta técnica presenta varias ventajas en comparación con el secado tradicional:
- Reducción del tiempo de secado: Mientras que el secado convencional puede tardar entre 10 y 15 días, la liofilización puede completarse en 24 horas, permitiendo un envasado más rápido de la cosecha.
- Mejor conservación de terpenos y cannabinoides: La exposición prolongada al aire, la luz y el calor puede degradar los compuestos volátiles del cannabis. La liofilización evita estos factores, lo que resulta en flores con un aroma y efecto más intensos.
- Disminución del riesgo de hongos: En el secado tradicional, una humedad mal controlada puede favorecer el desarrollo de moho en los cogollos o incluso dentro de los frascos de curado. Al eliminar rápidamente la humedad con la liofilización, estos riesgos se reducen significativamente.