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Reutilizar restos del cultivo exterior para un nuevo indoor

Termina la temporada de cultivo exterior y muchos eligen continuar con sus cosechas en indoor. Para eso, reutilizar los restos del cultivo anterior es una gran opción para fomentar prácticas sostenibles y, además, cuidar el bolsillo.

Qué restos del cultivo se pueden reutilizar

Luego de cosechar, nos encontramos con varios restos vegetales: tallos, raíces, hojas pequeñas y grandes o cogollos defectuosos. Todos estos elementos pueden utilizarse para distintas finalidades.

Por ejemplo, las hojas pequeñas que sobran de la manicura fina están recubiertas de resina, lo cuál las hace una excelente opción para ser aprovechadas en múltiples preparados cannábicos, como alimentos, concentrados, aceites o ungüentos.

También, hojas grandes sin resina, raíces y tallos pueden reutilizarse en la elaboración de compost, que sirve para nutrir las plantas y favorecer la microvida del suelo. Esta es una buena forma de reutilizar restos de la cosecha en un nuevo indoor.

Cómo reutilizar los restos de la cosecha en compost

En proporción, un compost ideal debe tener 30 partes de carbono por una parte de nitrógeno. Es decir, cada 3 materiales ricos en carbono se agrega uno rico en nitrógeno. Los restos de marihuana contienen carbono, por lo que son ideales para adherir a un compost.

Es importante resaltar que, a estos fines, conviene utilizar las hojas más grandes, que no contienen resina, para guardar las que son pequeñas para otras propósitos, como la elaboración de concentrados.

El compostaje es una de las mejores maneras de producir alimento para las plantas a partir de los restos de materia vegetal.

Respecto a la materia que aporta nitrógeno, podemos utilizar excremento de animales herbívoros (es importante respetar esto, ya que el estiércol de animales carnívoros puede generar mal olor y plagas), borra de café y cáscaras de vegetales o frutas.

Paso a paso para reutilizar los restos del cultivo en compost

Existen dos lugares básicos para hacer un compost: en compostera o en el suelo.

Para hacerlo en el suelo, basta con cavar un pozo en un lugar protegido de la luz. Una vez hecho el pozo, lo cubrimos con nylon.

Para la compostera, se puede utilizar un contenedor de al menos 200 litros que esté perforado en los costados para asegurar la circulación de aire.

Vayamos al paso a paso para realizar el compost:

  1. Triturar los materiales a utilizar y colocar una capa base de materiales compuestos por carbono, para seguir con otra capa de materiales ricos en nitrógeno. Recordar respetar la nivelación 30:1 para que la materia orgánica se degrade correctamente. A continuación, agregar una capa de tierra.
  2. Regar la superficie hasta que quede hidratada y repetir el proceso anterior: una capa de materia rica en carbono, otra capa de materia rica en nitrógeno y concluimos con tierra. Este procedimiento debe reiterarse hasta llenar la compostera o rellenar abundantemente el pozo. Finalizar con una capa gruesa de tierra.
  3. En caso de realizar el compost en contenedor, se debe cubrir la materia orgánica con un nylon. Si se realizó en suelo, podemos recubrir el compostaje con restos vegetales para protegerlo.
  4. Cada aproximadamente 10 días, mixear el compost. Llegará un punto en que la mezcla se verá homogénea, y ahí podremos pasar al secado y maduración del revoltijo. En esta etapa, se debe revolver el compost cada dos o tres días hasta que adquiera una humedad de entre el 35 y 45%.
  5. Por último, retiramos el compost del contenedor o suelo para que deje de madurar. En este punto, ya estará listo para ser utilizado.

Ideas para reutilizar materiales en un nuevo indoor

Podemos conseguir un indoor funcional con un presupuesto bajo. Simplemente, hay que adaptar los distintos elementos constitutivos de un cultivo de interior a opciones más baratas y disponibles en casa.

El lugar de cultivo

Si poseemos un cuarto libre en la casa para montar un indoor, estaríamos en la situación ideal. Pero esta no es la realidad de todos, y en esos casos, hay que buscar una vuelta de tuerca.
Muchas personas eligen instalar el cultivo en un armario, ya que se trata de un espacio seguro, bastante discreto y, si tiene el tamaño adecuado, permite alojar varias plantas. Solo hay que atender a dos cuestiones clave.

  1. Que al cerrar las puertas del armario no se filtre la luz del exterior.
  2. Que las paredes reflejen correctamente la iluminación de los focos.

El primer factor se resuelve fácilmente colocando cinta negra en los bordes de las puertas para evitar el ingreso de la luz. Esto es sumamente necesario impedir que haya contaminación lumínica, que se da cuando las plantas reciben exposición no deseada durante el tiempo que deberían descansar a oscuras.

INDOOR EN UN ROPERO
Antes de las carpas los cultivos en interior se realizaban en cualquier mueble con puertas que permitiera la instalación de luces y ventilación.

La segunda cuestión puede abordarse de dos maneras: una opción es pintar las paredes de blanco; la otra, forrarlas con material reflectante, como papel mylar, para asegurar una distribución pareja de la energía lumínica sobre las distintas partes de la estructura vegetal.

Ventilación

Para ventilar, se deben realizar dos agujeros en el placard del tamaño de una pelota de tenis, uno en el extremo superior y el otro en el extremo inferior del armario.

En el agujero de arriba, atornillamos el extractor. Teniendo en cuenta el espacio de un armario común, generalmente suele alcanzar con un cooler de 200 v y 4 pulgadas.

Para ventilar adentro del armario de cultivo, podemos utilizar otro cooler o ventilador pequeño.

Iluminación

La iluminación más económica la podemos encontrar en las lámparas galponeras. Estos dispositivos cuentan con varias ventajas, como su bajo consumo eléctrico, su poca emisión de calor, su fácil instalación y su precio. Además, ofrecen una iluminación bastante eficiente durante el periodo vegetativo.

Sin embargo, esto mismo no se replica en floración, donde las lámparas galponeras pueden presentar sus deficiencias. Pero una manera fácil de resolver este problema, en caso de que contemos con algún espacio en exterior, es sacar las plantas a florar al aire libre. De esta forma, aprovechamos la luz natural y gastamos menos energía.

En caso de que no contemos con un espacio al aire libre, podemos conseguir alguna luminaria más apta para floración, pero esto requeriría otro gasto.

Errores comunes al iniciar un indoor después del exterior

Uno de los mayores desafíos con los que se encuentra un cultivador al pasar a la modalidad de interior es regular el fotoperiodo. En exterior, esto se da naturalmente. Pero en cultivos bajo techo, somos nosotros quienes debemos otorgar a las plantas las horas de luz y oscuridad adecuadas.

Durante el periodo vegetativo, se suele utilizar un fotoperiodo de 18 horas de luz por 6 horas de oscuridad (18/6), porque en esta etapa, las flores necesitan estar expuestas al foco más de 12 horas por día. Esto se debe a que, si reciben menos de 12 horas de luz diaria, comenzarán a florar. Por este motivo, cuando notemos que ya hayan atravesado exitosamente el periodo vegetativo y estén listas para madurar, tendremos que cambiar el fotoperiodo.

Algunos cultivadores modifican el fotoperiodo abruptamente, mientras que otros prefieren hacerlo progresivamente. Cualquier opción está bien mientras la relación luz oscuridad en sea de 12/12 en floración.

Otro desafío que puede aparecer al pasar a la modalidad de interior es controlar el calor de las luces. Para esto, es fundamental colocar las lámparas a una distancia adecuada de las plantas para evitar estrés lumínico o que las hojas se quemen.

Por último, hay que asegurar una buena ventilación y mantener controlados los niveles de humedad. Con estos factores revisados, podremos tener un indoor exitoso.